Buenos Aires, 12 Marzo.- La exposición permanente a altos niveles de contaminantes en el aire, como partículas menores a 2.5 micras (pm2.5) y ozono, pone en riesgo la vida y la salud neurológica de niños y jóvenes en la Ciudad de México, y pudiera dar inicio a la enfermedad de Alzheimer desde la infancia.
Un estudio que será publicado en Environmental Research (edición de abril), revisó 134 autopsias de residentes urbanos, de entre 11 meses y 30 años de vida, y halló dos indicadores de la enfermedad en 133 de las autopsias:
“Alteraciones de las proteínas tau, que aparece modificada químicamente respecto de la normal (con más fosfatos) y acumulaciones de la beta-amiloide. La acción de ambas desestructura la arquitectura del cerebro”.
Según la investigación realizada por la periodista de ciencia Claudia Mazzeo, que será publicada en SciDev.Net, eso significa que “los jóvenes ya tienen la enfermedad de Alzheimer, porque las etapas preclínicas son muy cortas, y una vez que hay presencia de tau hiperfosforilada, la cadena de eventos no se detiene”.
Lo anterior, de acuerdo con las declaraciones de la toxicóloga Lilian Calderón-Garcidueñas, autora principal del estudio, investigadora de la Universidad de Montana, Estados Unidos, y de la Universidad del Valle de México.
El estudio también encontró en el cerebro la presencia de nanopartículas fruto de la combustión, que contienen sustancias tóxicas como metales, que generan una respuesta inflamatoria, cuya prolongación en el tiempo altera el funcionamiento celular y la comunicación en el cerebro, causando neurodegeneración.
Consultada sobre la representatividad de la muestra, Calderón-Garcidueñas señaló que las autopsias incluyeron individuos desde el nivel socio-económico bajo hasta clase media (abogados, médicos, estudiantes universitarios). “Nadie se escapa de llegar al servicio médico forense. Los casos abarcaron clase media y baja, que conforma 97.5 por ciento de la población”, agregó.
Las causas de muerte de las personas incluidas en la investigación fueron accidentes, suicidio u homicidio, y las autopsias se realizaron de manera consecutiva, es decir, no seleccionadas, y en 99.25 por ciento de los casos se identificó Alzheimer.