La red social Instagram cambió sus políticas de uso y anunció que desde el 16 de enero de 2013 podrá disponer de todas las fotos de sus usuarios para venderlas.
Los nuevos términos del servicio implican también que Instagram puede vender las fotos o usarlas en campañas publicitarias sin tener que pagar o notificar al autor, además de que las imágenes pasan a propiedad de la red social
Ningún usuario puede salvarse de estas medidas, a menos que borren todas las fotos que hayan creado en Instagram antes de la fecha límite.

