El Tropicana esperaba volver a las grandes ligas cuando abrió su sala de póquer en el corazón de Las Vegas, haciendo alarde de ser la mejor de la ciudad.
Pero esa misma mañana, agentes federales cerraron los tres sitios de póquer más grandes en internet. En septiembre pasado, menos de un año y medio más tarde, el icónico casino discretamente cambió sus mesas de fieltro verde por máquinas tragamonedas.
Esta es una historia que se ha vuelto cada vez más común ya que el ataque a los juegos de azar en internet debilita la imagen del póquer, y los casinos que alguna vez compitieron para atraer a los aficionados al juego de póquer Texas Hold’Em abandonan este menguante juego por alternativas más lucrativas.
El póquer nunca ha sido una importante fuente de dinero como las máquinas tragamonedas o la ruleta. Sin embargo, cuando la popularidad del juego se disparó durante la década de 2000, los casinos estaban dispuestos a renunciar al dinero extra para mantener a los jugadores dentro de sus instalaciones.
Ahora el cálculo está cambiando. En Las Vegas, epicentro de la moda del póquer, al menos ocho salas de póquer han cerrado en los últimos dos años. La misma tendencia también existe en los barcos del río Misisipi, casinos y salas de juego en territorio indio cerca de las grandes ciudades, desde California a la Florida.
Los defensores del póquer insisten en que el juego sigue siendo igual de popular, y algunos casinos más grandes dicen que sus salas están colmadas.