Golpe de timón al conflicto sirio

La estrategia de normalización política, en vez de la acción militar, es la única vía para resolver el conflicto bélico en Siria.

La estrategia de normalización política, en vez de la acción militar, es la única vía para resolver el conflicto bélico en Siria.
Foto: AP/Lens Young Homsi
Política
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La cruenta guerra civil que se registra en Siria desde hace dos años no muestra señales de un fin cercano en el campo de batalla, pero el anuncio de que el gobierno de Estados Unidos está dispuesto a dar apoyo a la insurgencia siria porque el ejército del presidente Bashar al-Assad utiliza armas químicas, así como la declaración del G-8 para buscar la normalización política como la única vía para resolver la crisis, pueden dar el golpe de timón necesario para terminar con el conflicto armado.

Son las reacciones esperadas frente al último reporte de la Organización de Naciones Unidas (ONU), en el sentido de que registra a 93 mil muertos provocados por el conflicto bélico.

Aunque no se ha determinado en concreto qué clase de apoyo, militar o logístico, recibirían los rebeldes sirios por parte de Estados Unidos, lo cierto es que las últimas ofensivas militares del régimen de al-Assad han mostrado un cambio de tendencia a su favor, explica Javier Oliva, académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en temas de seguridad.

—Para muchos, la intervención estadunidense tiene el propósito de igualar el poder militar entre ambos bandos. ¿Se busca obligar a al-Assad a negociar?

—Es cierto que, últimamente, la balanza militar se ha inclinado a favor del ejército regular de Bashar al-Assad, ya que se les han unido guerrilleros de Hamas que vienen de Palestina y que son verdaderos expertos. Ellos utilizan las mismas técnicas de los rebeldes y esto da una idea de la confrontación del conflicto. Por otro lado, hay acusaciones de que el régimen ha utilizado armas químicas, en particular gas sarín, en contra de la población siria. El uso de estas armas ayudó a que Inglaterra y Estados Unidos, en la reciente reunión del Grupo de los Ocho en Irlanda del Norte, plantearan al presidente ruso, Vladimir Putin, quien hay que recordar que tiene alianzas históricas con países como Serbia y Siria, el hecho de que están en posibilidad de entregar armas a los rebeldes. Lo que se busca es que exista un contrapeso real que obligue a al-Assad, si no a entrar en negociaciones, por lo menos a no suponer que la tendencia o la inercia del conflicto armado le va a resulta benéfico.

De ahí, añade Oliva, “el pronunciamiento del presidente Barack Obama y del primer ministro británico, David Cameron, que en la Cumbre del G-8 (que integran Alemania, Canadá, Estados Unidos, Francia, Italia, Japón, Reino Unido y Rusia) lograron que siete de los ocho países representados respaldaran el anuncio estadunidense para apoyar a los rebeldes, mientras que Rusia fue la única nación que apoyó al presidente sirio.

—¿Hay pruebas de que hubo ataques con armas químicas o es solo un argumento para dar validez a la decisión?

—Según Naciones Unidas sí hubo esos ataques. Pero Rusia lo desmiente. El tema es que como Rusia forma parte del Consejo de Seguridad de la ONU puede vetar cualquier acción, por lo menos cobijada por ese organismo. Lo cierto es que no se ha demostrado fehacientemente el uso de estas armas por parte de los expertos. No se han encontrado pruebas, ni cadáveres, ni residuos de armas para decir que en efecto se ha utilizado este tipo de armamento. Mientras no se halle una prueba contundente de la utilización de armas químicas, el argumento de Estados Unidos y de Inglaterra para poder apoyar a los rebeldes tendrá que ser otro. Sin embargo, si se demuestra el uso de estas armas, entonces apoyarán abiertamente a los rebeldes. No van a intervenir militarmente, pero sí respaldarán con armamento a la insurgencia, sobre todo porque Bashar al-Assad declaró (aunque Rusia desmintió) que había recibido algunas baterías de modernos cohetes antiaéreos, en especial para defenderse de la fuerza aérea israelí.

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