¿Golpe de Estado?

El golpe de Estado, como lo llaman algunos, ocurre solo dos años y medio después de la Primavera Árabe.

Enfrentamientos en Egipto
Foto: AP
Política
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Egipto se encuentra en una situación delicada. El 30 de junio millones de personas salieron a protestar contra su primer mandatario electo, quien apenas llevaba un año en el poder. El Ejército reaccionó rápidamente y en solo tres días depuso al ahora ex presidente Mohamad Morsi por no responder a las demandas de la gente.

El golpe de Estado, como lo llaman algunos, ocurre solo dos años y medio después de la Primavera Árabe, donde después de 30 días de protestas cayó el ex presidente Hosni Mubárak.

A pesar de que Mubárak había llevado una buena relación con el Ejército durante su mandato, las Fuerzas Armadas reconocieron el cambio en la voluntad popular y se hicieron cargo del gobierno interino.

Fue un año plagado de acusaciones sobre violaciones a los derechos humanos y corrupción. Aun así, el Ejército cumplió sus promesas y convocó a elecciones.

Luego de la caída de Mubárak, la oposición estaba desorganizada, salvo la Hermandad Musulmana, grupo islámico que data de la década de 1920. Esto permitió que Morsi, miembro de esa organización, ganara las elecciones de 2012.

Sin embargo, Mohamad Morsi no tardó en encontrar resistencia por parte de los ciudadanos, en especial los laicos y miembros de otras religiones distintas al Islam.

Además, la economía se deterioró rápidamente y hay escasez de gasolina y otros productos.

¿Qué sigue?

La situación egipcia es a la vez parecida y diferente a la de hace unos años: en esta ocasión el Ejército depuso a un líder que, aunque había perdido popularidad, fue electo por los ciudadanos.

Está por verse si el Ejército actuará a favor de un proceso de democratización o si esto significa una regresión para el pueblo egipcio.

Luego de la caída de Mubárak el Ejército ejerció el poder por casi un año y parece que los egipcios olvidaron ya las violaciones a los derechos humanos registradas en ese periodo. Es cierto que las Fuerzas Armadas cedieron el poder una vez que hubo elecciones, pero tardaron solamente un año para volver a intervenir en la política.

Aun así, los manifestantes celebraron la intervención en las calles. El Ejército redactó una “ruta de acción” en conjunto con líderes religiosos católicos y salafís. El documento que presentaron tras deponer a Morsi suspende temporalmente la Constitución y dice que se someterá a revisión por un grupo de representantes de distintos movimientos políticos. Además, nombra como presidente interino al presidente del Tribunal Supremo, Adil Mansour, para que convoque a elecciones presidenciales y parlamentarias, pero no especifica cuándo.

Mientras tanto, los gobiernos de otros países están pendientes del desarrollo de los hechos. Estados Unidos, por ejemplo, fue cuidadoso para no clasificar la deposición de Morsi como golpe de Estado, pues lo obligaría a dejar de mandar ayuda humanitaria a ese país. Sin embargo, el presidente Barack Obama expresó preocupación en un comunicado y llamó al Ejército egipcio a devolver el poder a un gobierno civil elegido democráticamente, lo antes posible.

Esperemos que se convoque a elecciones tan rápido como se decidió intervenir para deponer a Morsi. Quizás en esta ocasión la oposición egipcia tendrá más experiencia para organizarse políticamente y obtener mayor representación y poder en el nuevo gobierno. Sin embargo, preocupa este periodo de incertidumbre.

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