Mario Garza Salinas, especialista en protección civil y prevención de desastres de la Universidad Iberoamericana, se pronunció por recalibrar la alarma sísmica que se detonó el pasado martes 6 de agosto, para no desorientar a la población.
En un comunicado de esa casa de estudios recordó que si bien mucha gente no sintió el movimiento sísmico, éste sí ocurrió, pero fue de sólo 4.8 o 4.9 grados en la escala de Richter, por lo que fue casi imperceptible.
Sin embargo, la alerta sonó al estar calibrada para cualquier sismo, incluso los de baja intensidad, que en este caso desconcertó a la gente ante la duda de si estaba temblando o no.
El experto indicó que México es un país de gran actividad sísmica, con más de 90 movimientos telúricos anuales de magnitud superior a cuatro grados en la escala de Richter, equivalentes a 60 por ciento de los registrados en el mundo.