A pesar de que la leche materna promueve la supervivencia, el desarrollo sensorial y cognitivo del recién nacido, además de protegerlo de enfermedades infecciosas, dermatitis, asma, leucemia, diabetes tipos I y II y muerte súbita en los primeros 24 meses de vida, en México es alarmante la tasa de abandono de las madres que alimentan a sus hijos con este vital nutriente, cuyo porcentaje pasó de 22.3% en 2006 a 14.4% en 2012, es decir, casi ocho puntos porcentuales menos.
Esta situación lleva a que los menores de un año estén más vulnerables ante el ataque de diversos microorganismos en vías respiratorias y aparato digestivo.
De hecho, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2012 destaca que al año más de 28 mil infantes menores de cinco años fallecen y poco más de 40% tiene menos de un año, siendo enfermedades como diarrea y respiratorias las más comunes.
Por lo anterior, es vital activar la práctica de la lactancia materna, lo cual disminuye la mortalidad infantil, ya que ayuda al proceso digestivo, combate padecimientos y refuerza el sistema inmunológico con la ingesta de proteínas, grasas y nutrientes necesarios para el buen desarrollo del recién nacido.
Cabe destacar que en el Senado se reformó la Ley General de Salud para que en instituciones públicas y privadas se tengan espacios higiénicos y dignos para realizar la extracción de la leche materna y que se guarde hasta el fin de la jornada laboral de las mujeres.
Y es que, por lo regular, las madres recurrían a los sanitarios o cocinas para esta actividad, con el consiguiente riesgo de infección.
Económica y sana
La senadora Maki Esther Ortíz Domínguez, presidenta de la comisión de Salud, menciona que, con base en datos de Ensanut 2012, la lactancia materna presenta cambios drásticos y desfavorables: entre 2006 y 2012 pasó de 22.3 a 14.4% el promedio nacional de esta práctica alimentaria, casi ocho puntos porcentuales abajo, mientras que en el medio rural disminuyó aún más, al pasar de 36.9 a 18.5 por ciento.
“Es imprescindible que las madres conozcan este método de alimentación en beneficio de la salud de los infantes y de la misma economía, pues no se adquieren formulas lácteas a excepción de los casos que así lo requieran”, destaca.
Los resultados de Ensanut 2012 indican que las prácticas de lactancia en México están muy por debajo de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS): apenas poco más de un tercio de los niños son puestos al seno materno en la primera hora de vida y se observa un porcentaje sumamente bajo de niños de seis meses que reciben lactancia materna exclusiva (14.4 por ciento).
De cada 100 niños, dos mueren antes de cumplir el año de vida; de los cinco mil 170 nacidos al día, 115 mueren antes de la edad señalada, lo que representa diez mil 925 infantes fallecidos antes de este primer año de vida.
En su momento, la senadora Gabriela Cuevas Barrón calificó de lamentable que México no participara en la Semana Mundial de la Lactancia, ya que hay “mujeres de talento, de trabajo, mujeres que hoy se están haciendo responsable de una de cada cuatro familias en nuestro país; una de cada cuatro mujeres se está haciendo responsable de su hogar; y en el Distrito Federal es una de cada tres”.
Por ello, asegura, es importante que México se sume a estas instancias y hacerlo visible con promoción y respeto a las mujeres.
La lactancia es un acto cada vez menos realizado: de acuerdo con datos de la OMS, en 2011 menos de 42% de menores de seis meses fueron alimentados sólo con leche materna, aunque dicha organización recomienda alimentar a los menores, desde la primera hora de nacidos y hasta los seis meses, con leche materna, y hasta los dos años como alimento complementario.
“Falta actuar”
La leche materna es el alimento natural de los niños, que disminuye las probabilidades de padecer obesidad, desnutrición y diabetes, ya que aumenta en 14 veces las posibilidades de sobrevivir los primeros seis meses de vida, a diferencia de los bebés que no son amamantados, dice Isabel Crowley, representante de Unicef en México.
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