Desde su aparición en la faz de la Tierra, la humanidad ha transformado su entorno de manera determinante y, por ende, también ha dejado una huella innegable en el planeta.
Con el avance de la tecnología, esta huella ha sido perjudicial para la naturaleza y para la misma especie humana.
Conoce las 10 actividades humanas que han lastimado a la Tierra y que ponen en peligro su propia existencia.
Cambio climático
El más conocido de los daños humanos al planeta se refiere a las emisiones de carbono, metano y otros contaminantes a la atmósfera, lo que deriva en el incremento de la temperatura, el derretimiento de los glaciares y el aumento en el nivel del mar, un fenómeno inundaría a mucho territorio que hoy son costas.
Desgaste de la capa de ozono
La capa de ozono protege a la Tierra de los rayos ultravioleta, los cuales pueden provocar cáncer en la piel y cataratas en los humanos. Asimismo, éstos pueden destruir a las cianobacterias, que son fundamentales para árboles y plantas. Los clorofluorocarbonos -químicos creados por el hombre y usados en aerosoles, aparatos de refrigeración y plásticos foam, entre otros- contribuyen a la destrucción de la capa de ozono.

Contaminación
La actividad industrial genera desechos que afectan el ambiente. Entre estos se encuentran desechos líquidos, uso excesivo de fertilizantes y contaminación del agua han provocado desequilibrios en el ciclo natural de la vida animal y vegetal en el mundo.

Deforestación
El aumento de la población y de las industrias han demandado ampliar el territorio que ocupan, lo que ha llevado a la destrucción de bosques, los cuales tienen un importante papel en sostener la integridad el suelo y prevenir la erosión del mismo.

Extinción de otras especies
La transformación de los ambientes y la caza indiscriminada derivan en la desaparición de otras especies que constituyen la biodiversidad. Este término se refiere no sólo a la existencia de varias especies, sino al papel irremplazable de cada una en el equilibrio ambiental.

Explosión demográfica
La consolidación de la agricultura permitió que los humanos se volvieran sedentarios y su reproducción fuera próspera. No obstante, el exceso poblacional ha generado la necesidad excesiva de recursos y, por consiguiente, más contaminación.

Armas químicas
Los avances en biología molecular y genética no sólo son la promesa de enfrentar, en un futuro, enfermedades mortíferas como el cáncer. No obstante, también abrieron la puerta a la fabricación de armas letales que destruyen a la vida desde su núcleo.

Urbanización
El crecimiento de las ciudades deriva en una mayor demanda de energía y recursos, en tanto que se también se incrementa contaminación, el suelo ya no puede usarse para la agricultura y se pierden zonas naturales.

Fuentes renovables de energía
A partir de la Revolución Industrial, la humanidad ha dependido de combustibles fósiles y aún lo hace. Sin embargo, estudios han comprobado el daño que las emisiones de dióxido de carbono han hecho al ambiente. Pese a esto, la humanidad no ha impulsado la consolidación de fuentes de energía renovables y limpias.

Armas nucleares
El más mortífero tipo de arma construida por la humanidad puede representar un aliciente para evitar conflictos a escala global, pero también significa un latente peligro para toda la vida en el planeta.
