Epilepsia: estigma por desinformación

No se trata de una enfermedad contagiosa ni siquiátrica o mental, sino de un problema físico.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Pesan los estigmas
Foto: Yuriy Klochan

Cuando se habla de epilepsia la mayoría de las personas piensa en sujetos con convulsiones, pero no siempre es así: eso depende de la zona del cerebro que se encuentra afectada.

En algunos casos se verá alterada la visión, la audición, el área sensitiva o la movilidad de brazos o piernas, por lo que existen varios tipos de este trastorno, cuyos pacientes de hecho logran la curación total de ser diagnosticados a tiempo y con apego al tratamiento.

En México se estima que al menos 2 millones de personas padecen epilepsia, desorden neurológico que provoca la alteración de la actividad normal de las neuronas.

Se presenta en dos rangos de edad: antes de los doce y después de los 65 años, comenta Juan Carlos Reséndiz Aparicio, miembro de la Liga contra la Epilepsia (Camelice) y del Programa Prioritario de Epilepsia (PPE).

“La epilepsia es un desorden neurológico que provoca la alteración de la actividad normal de las neuronas. No se trata de una enfermedad contagiosa, ni siquiátrica o mental, sino de un problema físico. Una vez que el paciente ha sido identificado se le prescribe un tratamiento; entonces pueden llevar a cabo una vida normal: tener hijos, manejar un auto y ser independientes”, resalta.

Por ello, agrega, es importante que las personas que sean familiares o convivan con alguien que padece epilepsia conozcan qué hacer en caso de que se presente una crisis, ya que este tipo de eventos “pueden ir o no acompañados de pérdida de conocimiento”.

Discriminación

El neurólogo señala que “existen dos tipos de epilepsias: parciales o focales y generalizadas. Las primeras son aquellas donde solo está afectada una zona cerebral y se notará en un movimiento alterado de una parte específica del cuerpo, ya sea la visión, el oído, el rostro, brazos o piernas.

En el caso de las crisis generalizadas hay epilepsias de ausencias, es decir, el paciente se desconecta por algunos segundos y se vuelve a conectar. En cuanto a las mioclónicas, son brincos que da el organismo, semejantes a cuando la persona está a punto de quedarse dormida y en los pacientes esos saltos son repetidos”, explica el especialista.

La epilepsia en un trastorno que a nivel mundial afecta a casi 50 millones de personas. Por desgracia, la falta de conocimiento provoca que la gente estigmatice a los pacientes, ya que asocian estas crisis a motivos sobrenaturales o de posesión demoníaca, lo que genera discriminación y rechazo social.

“Fuera del círculo familiar, estas personas sufren distanciamiento de sus compañeros en la escuela, aislamiento por un desconocimiento del padecimiento y de saber cómo ayudarlos, y al buscar trabajo enfrentan dificultades para ser aceptados a pesar de haber tenido una muy buena educación”, advierte.

Superar la enfermedad

Reséndiz Aparicio señala que “la epilepsia es un trastorno provocado por el aumento de la actividad eléctrica de las neuronas en diferentes zonas del cerebro, (por lo que) la persona afectada puede sufrir una serie de convulsiones o movimientos corporales incontrolados de forma repetitiva. Pero le puedo asegurar que una gran mayoría de pacientes que no tienen ninguna lesión cerebral grave, bien tratados y diagnosticados pueden hacer una vida normal y tener un alto porcentaje de cura: por lo menos 70% de los pacientes logran superar la enfermedad”.

Este padecimiento consiste “en un episodio corto: dura un minuto o minuto y medio. Es un fenómeno súbito y paroxístico. Se presenta sin que nadie lo espere y de manera constante. Es el primer dato para pensar en el diagnóstico de epilepsia”, comparte el especialista.

También refiere que el uso de un electroencefalograma ayuda a medir la actividad eléctrica cerebral y es la herramienta número uno; después está la historia clínica del paciente para un diagnóstico adecuado. “Hay electros que pueden interpretarse con signos de epilepsia, pero si el paciente no manifiesta crisis entonces no la tiene”, dice.

Diferentes tipos

Este padecimiento se divide en tres grandes grupos: el primero es de epilepsias genéticamente determinadas y abarca 25% de todas; le siguen las epilepsias de causas desconocidas, de 25 a 30%, y epilepsias sintomáticas o secundarias a otro padecimiento, como malformación o infarto, que conforman 50% y en cuyo grupo son muy importantes estudios como resonancia magnética o tomografías para confirmar la etiología.

Por último, el especialista recomienda a familiares, compañeros de escuelo o trabajo seguir los siguientes pasos en caso de alguna crisis epiléptica: mantener la calma, no sujetar ni agarrar a la persona, solo se le debe ayudar a colocarse en el piso sin hacerse daño y ponerle algo suave debajo de la cabeza. Nunca meter objetos en la boca del paciente. Retirar a la gente y contar con reloj la duración de la crisis. No dejar solo al paciente.

Se deberá llamar a un servicio de urgencias en los casos en que la crisis dure más de cinco minutos; si hay dos o más crisis seguidas; si hay un traumatismo craneal; si los dedos o los labios se ponen azules tras un episodio, o si al momento de la crisis el paciente se hizo un daño importante que le impida moverse al término de la misma, como una fractura.