El rumor es fuerte: es inminente un default sobre la deuda externa incurrida por el sector privado en Rusia. Estamos hablando de un monto respetable: un anglotrillón de dólares gringos ($1,000,000,000,000). Dice un analista: “Esa medida es lógica, pues el rublo vale hoy la mitad de lo que valía antes de las sanciones. Si EU insiste en mantener dichas sanciones, Rusia no tiene que arruinarse pagando ese dineral cuando su moneda ha caído 50% debido a la agresión de parte de EU, el acreedor”.
(Por esa “agresión”, el analista se refiere básicamente al hundimiento artificial y brutal del precio del petróleo, pilar de las finanzas públicas rusas).
Gulp. Sí, puede ser una decisión perfectamente lógica, práctica y fundamentada… pero no dejará de sacudir el mundo entero. ¿Recuerdas el Efecto Vodka? En noviembre de 1998 Rusia declaró que no podía pagar sino la mitad de su deuda externa de ese momento, que era ridícula: 17 millardos de verdes. Ese problema causó el famosísimo desplome del LTCM, obligó al primer gran rescate de la serie y dio el banderazo de salida a esta megadepresión que vivimos desde entonces. ¡Y ese problema era 60 veces menos cuantioso que el de hoy!
Ese default ruso marcaría el derrumbe del castillo de naipes financiero global, pues sería una daga clavada en el corazón de la galaxia de derivados, mil veces mayor: un anglocuatrillón de dólares.
Lucha de elefantes
De eso se trata en realidad el jaloneo entre Putin y Obama (no tanto de Siria y otros temas geopolíticos, como quieren hacernos creer los presstitutes internacionales). La posición de Putin parece muy clara: o EU actúa rápido para levantar sus sanciones contra Rusia, desistirse de acosos económicos y militares, y normalizar relaciones diplomáticas, o no hay esperanzas de desactivar esta bomba nuclear (Financial Weapons of Mass Destruction, diría Warren Buffet).
Por lo pronto, adelantándose como siempre a sus adversarios, Putin ya hizo dos jugadas típicas de ajedrez. Una, retomó el viejo plan tipo zarista de Stalin que volvió a Rusia completamente autosuficiente en 1937. Y dos, hizo aprobar una nueva ley que permite la confiscación de activos foráneos en casos de “emergencia” (whatever that means).
La intención es obvia: si Rusia declara la moratoria, EU y Occidente en general se irán de inmediato sobre los bienes rusos en sus territorios e intentarán aislarla productiva y comercialmente. La primera jugada de Putin vuelve a Rusia invulnerable (al menos temporalmente) a todo aislamiento. Su segunda jugada es también magistral: hay muchos más activos foráneos en Rusia, que activos rusos en Occidente. O sea, si a manotazos vamos, mi mano es más grande que la tuya: tú tienes más juguetes en mi patio, que yo en el tuyo.
Putin parece decirle a Obama lo que nosotros solíamos decir en secundaria en anticipación de un pleito: ya veremos de a cómo nos toca. Pero yo recuerdo el sabio refrán: cuando los elefantes luchan, la mayor matazón es de hormigas.