‘Un sistema judicial robusto, sólido y más humano’

Edgar Elías Azar, presidente del TSJDF, destaca los avances que ha tenido la administración de justicia en la capital del país. 

Ángel Hernández
Política
Edgar Elías Azar
Foto: NTX

La independencia judicial es indispensable para que el nuevo sistema de justicia penal sea exitoso. Y esa independencia significa contar con los recursos económicos suficientes para que funcione el esquema de juicios orales que entrará en vigor en todo el país en junio de 2016, afirma el presidente del Tribunal Superior de Justicia del Distrito Federal (TSJDF), Edgar Elías Azar.

Advierte que no se podrá hablar de un cambio radical en el sistema de justicia con base en la oralidad si no se garantiza primero el financiamiento para su operación, ya que de lo contrario la reforma penal corre el riesgo de entrar en crisis en tres o cuatro años.

El magistrado, quien actualmente participa en el proceso de elección para buscar un tercer periodo al frente del TSJDF, destaca los avances que ha tenido la administración de justicia en la capital del país en los últimos ocho años, incluyendo la reducción considerable de tiempo para emitir sentencias y el progreso en la aplicación de la oralidad en todas las materias judiciales.

En entrevista, Elías Azar asevera que el Distrito Federal cuenta hoy con un sistema judicial robusto, sólido, cercano a la gente y más humano.

“El tribunal que la gente sufrió por casi toda la vida, el tribunal de papel, el tribunal escrito donde no se ve al juez y no hay debate público, está empezando a extinguirse”, resalta.

El presidente del TSJDF hace énfasis en señalar que con el nuevo modelo de juicios orales habrá total transparencia en los procesos, lo que permitirá reducir casi en su totalidad los actos de corrupción, ya que las audiencias serán abiertas y los ciudadanos podrán observar la actuación de los jueces, por lo que su desempeño estará sometido al escrutinio público.

Y al afirmar que está satisfecho de su gestión al frente del TSJDF, dice que su decisión de contender de nueva cuenta por la presidencia del organismo nace de su interés en concluir los trabajos que se han hecho en su gestión y consolidar los avances logrados en estos años.

azarelias3.jpg

Cambio profundo

Ya en el inicio de su primer periodo como presidente del TSJDF (2008-2011), el magistrado reconocía que el reclamo de los capitalinos era una justicia pronta y expedita.

—¿Qué tanto se ha avanzado en el TSJDF, durante su gestión, para dar respuesta a esa demanda ciudadana?

—El cambio que hemos tenido en el tribunal, el nuevo cambio que hemos operado, es verdaderamente paradigmático ya en la transformación para encaminar la impartición de justicia hacia la oralidad en todas las materias. Ha sido un avance importante.

Destaca que el Distrito Federal es pionero en el país en los juicios orales en materia civil y mercantil, avance que ha despertado interés a nivel nacional y de otras naciones con las que se ha compartido la experiencia.

Asevera que en la capital los asuntos se están resolviendo de forma mucho más expedita, con promedios que van de diez a 90 días en cuestiones que antes requerían años, como en litigios de lo familiar, civil, penal o de justicia de adolescentes.

De estos dos últimos resalta que los magistrados en la materia los han conducido con mucha responsabilidad y han realizado un trabajo destacado.

Menciona, por ejemplo, que más de 90% de los asuntos que se consignan en justicia para adolescentes en delitos no graves son reparados, no hay juicio y la víctima queda satisfecha con la reparación del daño. “Hay asuntos que con una disculpa, el pago o la devolución de un objeto se arreglan”, puntualiza.

azarelias2.jpg

Independencia judicial

Otra de sus preocupaciones al frente del TSJDF ha sido establecer alternativas de justicia ante el crecimiento desorbitado de los tribunales, gigantismo que no debe permitirse, advierte al recordar que “el gobierno de los jueces es muy peligroso”, por lo que se manifiesta por enseñarle a la sociedad a que resuelva sus conflictos por ella misma, así como a respetar las decisiones que se toman desde las bases de la democracia y con la ley en la mano.

Elías Azar expone que en su administración se emprendió un programa ambicioso que ha permitido resolver más de 250 mil juicios en menos de tres años, los cuales no han llegado a tribunales.

—¿Cuáles son los principales retos que ha tenido que enfrentar al frente del tribunal?

Uno es la independencia judicial, fundamental para la vida judicial y, sobre todo, para la oralidad en todas las materias, porque si no se consigue el cambio a la oralidad difícilmente tendremos buen futuro.

Agrega que otro desafío es la colegiación, ya que es forzoso que se establezca la colegiación obligatoria y es necesario que los tribunales descansen su actividad en un flujo de recursos que sea independiente y no esté ligado a los gobernadores de los estados.

Reconoce el apoyo que ha recibido del jefe del Gobierno del Distrito Federal para la inversión en materia de justicia y si bien el tema de los recursos económicos ha sido un problema, siempre han encontrado la puerta abierta del gobierno central para seguir adelante en los proyectos.

azarelias1.jpg

Encrucijada

Por otro lado señala que el tribunal capitalino vive hoy una encrucijada muy importante, caracterizada por un déficit de mil 300 millones de pesos, surgido por las responsabilidades constitucionales que se le han adherido sin los recursos financieros respectivos. “El presupuesto asignado nunca alcanza y tenemos que estar financiando el déficit con ampliaciones presupuestales que nos da el jefe de Gobierno”, explica.

—¿Cuáles son esas atribuciones constitucionales que se han añadido para el tribunal?

—La justicia de adolescentes, que no teníamos y cuesta mucho dinero operarla; la ejecución de sanciones penales, para la cual requerimos de casi un centenar de jueces para operar todo el sistema y solo tenemos cuatro; los casos de narcomenudeo, que no manejábamos antes… Te pasan todas esas responsabilidades constitucionales, pero no te dan recursos para operarlas.

El magistrado presidente resalta que en ocho años el TSJDF ha aumentado en 87% su infraestructura inmobiliaria, lo que significa que en ese tiempo casi se ha realizado lo que el tribunal construyó en 154 años de vida, crecimiento que se ha dado por efecto de las reformas en materia judicial y penal.

Sin embargo reconoce que ahora el desafío es contar con el inmobiliario para la entrada del nuevo sistema de justicia penal, instalaciones que no están acabadas, aunque confía en que las seis edificaciones que se requieren para ese fin queden concluidas lo antes posible, si bien no estarán listas el próximo año.

—¿Cómo se ha dado la profesionalización y actualización de jueces y magistrados para que operen el nuevo sistema de justicia?

—El cambio es muy radical. No todos los nuevos jueces y magistrados van a servir para el nuevo sistema, pero tendrán que cambiar el chip, el criterio, su forma de pensar. Han recibido capacitación en el nuevo sistema y lo están haciendo bien. Y tengo confianza en que unos con mayor dificultad que otros, pero van caminando rumbo al tema de la oralidad, entendiéndola muy bien.

Reconoce que tendrán problemas muy serios, pero ninguno de ellos le preocupa que no se pueda superar. “La fortaleza de nuestros tribunales es tan grande que estoy seguro de que va a caminar y va a superar todos los problemas que se puedan presentar”, recalca.

—¿Por qué le interesa competir de nueva cuenta para presidente del TSJDF?

—Me interesa mucho porque quiero concluir los trabajos que se han hecho. Y la pregunta es: ¿otro magistrado lo podría terminar? La verdad es que no lo sé. A lo mejor lo termina con más éxito que yo, pero no creo que la curva de aprendizaje le vaya a dar el tiempo para hacerlo. ¿Por qué hablo de la curva de aprendizaje? Porque el tema de la oralidad penal entra en junio del año que entra y si otro es elegido tomará posesión en enero; y de enero a junio, ¿qué es lo que va a hacer? ¿Aprender? Esa situación me hizo decidir participar.

Respecto de sus propuestas para encabezar de nuevo el tribunal, explica que la primera y más importante de todas es la independencia judicial porque le llevará al éxito del segundo programa: la oralidad en todas las materias. “Pero no podemos hablar de oralidad si no tenemos el recurso garantizado”, insiste.

Otros temas son la consolidación de los juicios orales en todas sus vertientes, la digitalización de los expedientes —pues se manejan 22 millones, de los cuales casi dos millones ya están digitalizados—, la ciudad judicial y el fondo de retiro de magistrados, entre los más importantes.

—¿Está satisfecho de su labor al frente del TSJDF?

—Muy satisfecho. Porque los resultados pueden ser imperceptibles para muchos, pero hemos hecho el Instituto de Ciencia Forense y creamos una licenciatura que nos tomó dos años de gestión. Fue un esfuerzo mayúsculo, de esos que se inscriben en el corazón de uno: ya estoy viendo a mis técnicos forenses entrar a los tribunales y juzgados y poner en jaque a los ministerios públicos y al mismo juez. Era una carrera indispensable y la creamos.

tribu.png

También te puede interesar:

10 claves del nuevo sistema de justicia penal para adolescentes

Nuevo Sistema de Justicia Penal funciona en 28 estados del país

Sin excusas, capacitación de policías del DF para juicios orales