Dolores, una de las tantas mujeres secuestradas por Zapata

Dolores Escandón fue una de las 28 mujeres con las que Emiliano Zapata procreó 34 hijos.

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Foto: Fonoteca

Dolores Escandón fue una de las 28 mujeres con las que Emiliano Zapata procreó 34 hijos, sin embargo, a diferencia de las otras, Dolores se armó de valor y abandonó al caudillo al enterarse que su matrimonio no fue legal.

La historia de Dolores se publicó en agosto de 1912 en el diario The Sun, el texto detalla cómo fue secuestrada para convertirse en una de las esposas del legendario líder revolucionario.

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Secuestro

El 12 de septiembre de 1909, Dolores fue secuestrada por un grupo de revolucionarios liderados por Zapata, la joven tenía 20 años y era hija de un poderoso hacendado de Santa Rita, Morelos.

“ Una anciana me dijo que mi tía Juana, que vivía a unos pocos kilómetros de ahí, me buscaba, pensé que era una de las mujeres que trabajan con mi tía y no tuve miedo, la seguí y ella fue quien me entregó a un grupo de hombres armados y que iban a caballo”, narró la joven Dolores.

Los hombres venían de negro, con los rostros cubiertos y pese a que había una brillante luna esa noche, la joven Escandón no pudo reconocer a sus captores.

Con los ojos vendados y la boca tapada, la llevaron a un cuarto en donde había otras 2 mujeres, ahí se enteró que estaba en la casa de Emiliano Zapata. Aunque intentó escapar y gritar, sus custodias se lo impidieron. Al día siguiente, la llevaron con Emiliano Zapata.

“Entré a un área con muchas habitaciones y en cada una había mujeres con niños, eran muchos, Zapata no estaba armado, estaba vestido de charro y se presentó como un inofensivo hacendado, frente a él estaba un escritorio de caoba y papeles regados”, detalló la joven.

Ella cuestionó su cautiverio, le gritó que era un “demonio negro” y le preguntó qué haría con ella. Zapata esbozó una mueca y la única respuesta que obtuvo fue: “¿qué que voy a hacer contigo? pues casarme.

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Matrimonio

De inmediato, Zapata mandó traer a Abraham Espinoza, un supuesto sacerdote que validaba las uniones del caudillo con diferentes mujeres.

“Antes de iniciar la ceremonia, Zapata colocó 4 sillas frente a su escritorio de caoba, invitó a 4 mujeres de edad avanzada a sentarse y me tomó de los hombres para darme un beso”.

La joven Dolores, a quien de cariño Zapata le puso el mote de “gatita de fuego”, se convertiría en una de las esposas favoritas del líder revolucionario.

Después de la ceremonia, Dolores fue llevada a un cuarto con muebles lujosos, un baño grande e incluso tenía a su disposición a una la joven de tan sólo 15 años que fungía como mucama. Ella le dijo que Zapata tenía otras 19 mujeres viviendo en la casa.

Dolores confesó que después de saber que era la mujer del líder revolucionario, se sintió más segura y se hizo a la idea de que viviría ahí por mucho tiempo. Incluso, llegó a sentir cariño por él debido a que la colmaba de atenciones y cuidados.

Dolores y Emiliano Zapata engendraron a Eufemia Zapata Escandón el 14 de julio de 1910, la pequeña se convirtió en la hija número 34 del líder.

Aunque la joven Escandón sabía que Zapata tenía varias mujeres, ella se sentía especial porque pensaba que era la única esposa legítima, sin embargo, una mujer de nombre Catalina, le confesó que meses antes de que ella llegara a Villa Ayala, Zapata mandó traer al “sacerdote” para casarse con ella.

Dolores se sintió defraudada, sin embargo, decidió comprobar si lo que Catalina le decía era cierto, por lo que investigó al supuesto sacerdote de nombre Abraham González, para ello, logró que su esposo le entregara 500 pesos y un boleto de tren para ir de paseo, situación que ella aprovechó para indagar sobre su supuesto matrimonio.

La sorpresa de Dolores fue que el supuesto sacerdote que usó Zapata para casarse, no estaba registrado en ningún sitio, su matrimonio no tenía validez.

Dolores decidió que no quería regresar con Zapata, así que tomó a su pequeña hija, de tan sólo 2 años de edad y regresó con su familia. El último pensamiento de Dolores sobre Zapata fue:

Seguramente si Zapata se acuerda de mí no será con cariño, si no con odio”.

Testimonio de Dolores Escandón by Vértigo Político

Fuente: Library of Congress EUA

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