El camino de los candidatos independientes

Algunos expertos consideran que existen posibilidades de que los independientes obtengan el triunfo

Antonio Caporal
Política
Candidatos independientes
Foto: NTX

En las elecciones para gobernador de 2015 únicamente en tres de nueve entidades se registraron candidatos independientes y de ellos solo uno obtuvo la victoria, mientras que los otros dos consiguieron un ínfimo porcentaje de votación.

En este 2016 hay candidatos independientes que contienden por una gubernatura en nueve de doce entidades (uno por cada una): Aguascalientes, Chihuahua, Durango, Sinaloa, Puebla, Tamaulipas, Tlaxcala, Veracruz y Zacatecas. Ellos buscan conseguir el triunfo, como lo hizo el año pasado el actual mandatario de Nuevo León.


¿Pero cuál es el camino para la victoria de los candidatos a una gubernatura que no son abanderados por ningún partido político?

Al revisar los datos de anteriores comicios constitucionales en las entidades en donde se elegirá gobernador el próximo 5 de junio, observamos que los triunfos para la gubernatura se obtienen con porcentajes que van de 35 a 50% de la votación, aproximadamente.

Si tomamos en cuenta el abstencionismo, que va de 40 a 50%, la votación en términos absolutos decrece y entonces observamos que los triunfos se obtienen con porcentajes que van de 17 a 30% del total de inscritos en la Lista Nominal.

Esto quiere decir que para ganar una gubernatura solo hay que conseguir el apoyo de dos o tres de cada diez ciudadanos registrados en la lista de electores. La meta no parece tan díficil para los independientes.

De hecho, algunos analistas consideran que las posibilidades de triunfo de los candidatos independientes van en ascenso, fundamentalmente por el “hartazgo” que los ciudadanos sienten hacia los partidos políticos.

Diversas mediciones y encuestas dan cuenta de esto último: la figura de los candidatos sin partido es bien vista por los electores.

Otros analistas, en cambio, ven pocas posibilidades de triunfo para los independientes, ya que consideran que las estructuras partidistas aún son sólidas en diversas entidades y su “voto duro” y algunas alianzas les garantizan el triunfo. Además, hay algunos estados donde nunca se ha dado la alternancia y los triunfos del partido dominante han sido bastante holgados.

Con posibilidades

Marisol Reyes Soto, profesora del Departamento de Relaciones Internacionales del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), considera que los triunfos de los candidatos independientes en 2015 fueron producto, en buena medida, del “hartazgo” ciudadano por “la violencia” en sus entidades o distritos, así como por “los escándalos de corrupción en todos los partidos tradicionales”.

En este sentido, Reyes opina que dichos contendientes se presentan en este 2016 como una opción viable para un buen número de electores.

A su vez, Jesús Cantú, director del ITESM en el campus Monterrey, también afirma que el fenómeno de los candidatos independientes se entiende por “el alto grado de desprestigio que tienen los partidos políticos entre la ciudadanía” y de lo cual han dado cuenta diversas mediciones, entre ellas el Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México, realizado por el entonces Instituto Federal Electoral junto con El Colegio de México.

Con un escenario en el que la ciudadanía “no confía” y tiene “mala opinión de los partidos”, las posibilidades de éxito de los candidatos independientes “aumentan de manera importante”, aunque se debe tener en cuenta que deben confluir otros factores para lograr el triunfo.

Y cita el caso del triunfo de Jaime Rodríguez, gobernador de Nuevo León: “Al hartazgo con los partidos políticos tradicionales se sumaron, al menos, otros cuatro factores: los crecientes e impunes escándalos de corrupción; el deterioro de la calidad de vida de la mayoría de la población neoleonesa por los altos índices de inseguridad en la entidad; los malos procesos de selección interna de las candidaturas del PRI y PAN; y, desde luego, una buena campaña de parte del candidato ganador”.

Marco Antonio Elejarza Yáñez, representante de la Asociación Nacional de Padres de Familia y quien recientemente buscó la candidatura independiente para la gubernatura de Tamaulipas (pero no la consiguió), sostiene en tanto que “la gente tiene ganas de ser representada por alguien que realmente conozca sus necesidades y que al haberlas padecido tenga el conocimiento de causa para darles la solución más viable, por lo que ahora ya son muchos los ciudadanos que votarán por candidatos independientes”.

El Centro de Investigación para el Desarrollo AC (CIDAC) expone por su parte que “la elección de 2015 demostró que las candidaturas independientes pueden representar en este 2016 una alternativa viable ante el desprestigio de los partidos políticos entre los ciudadanos”.

Y cabe tomar en cuenta lo expuesto por Alejandro Espinosa, investigador del Colegio de la Frontera Norte: “En una sociedad que tiende a estigmatizar a los partidos políticos por considerarlos como la encarnación del mal, la mesa está puesta para que broten las posturas mesiánicas, hombres y mujeres con la capacidad de resolver los problemas de corrupción e impunidad de las cuales responsabilizan a los partidos políticos. Los buenos y los malos, así dividen a los bandos irreconciliables. Por un lado los políticos (malos), por el otro la sociedad civil (buena)”.

En este sentido añade: “Es muy preocupante que la simplificación de los problemas: ‘todos los partidos políticos son lo mismo’, ‘la sociedad civil es buena’, sea la premisa de la cual partan los candidatos sin partido. Ni todos los partidos son lo mismo, ni la sociedad civil es homogénea: en ella conviven y sobreviven grupos de todo el espectro político e ideológico”.

Sin posibilidades

Por otro lado Víctor Sánchez Baños, analista político y colaborador de este semanario, expone: “De las doce gubernaturas que se disputarán el PRI podrá mantener la mayoría”. Y solo habría “dos candidatos independientes que tienen posibilidades de triunfar si prenden sus campañas”.

Al respecto precisa: “Aunque en estos momentos se ve raquítica su presencia, José Luis Barraza, en Chihuahua, y Juan Bueno Torio, en Veracruz, podrían dar el campanazo. Ambos comparten el mismo perfil empresarial y, al mismo tiempo, la ideología conservadora panista”.

Sánchez Baños explica que Barraza “cuenta con el apoyo de grupos empresariales en el norte y mantiene como estrategia impulsar al sector industrial de la entidad. Sin embargo, aún no representa un riesgo para los aspirantes de esa entidad, donde el priista Enrique Serrano, de acuerdo con encuestas locales, lleva una ventaja de hasta doce puntos sobre Javier Corral y más de 20 sobre Barraza y otros”.

En Veracruz en cambio, dice, “el candidato oficial, Héctor Yunes, lleva ventaja en las encuestas”, pero “las condiciones políticas son distintas”.

Y añade: “Juan Bueno Torio tiene un perfil fuerte. Las posibilidades de que gane son importantes. En la disputa de los primos (Héctor y Miguel Ángel Yunes) por el poder es muy claro que los veracruzanos quieren un cambio radical en el enrarecido clima en el que viven”.

Al resto de los candidatos independientes que buscan una gubernatura, Sánchez Baños no les otorga oportunidad alguna.

Quien de igual forma resta posibilidades a los candidatos independientes es el escritor y analista político Francisco Martín Moreno, quien resalta sobre todo la importancia del “voto duro”.

Al respecto apunta: “Quien sueñe con derrotar al PRI deberá tener en cuenta la enorme dificultad para destruir el voto duro”, esos millones de ciudadanos que “pase lo que pase” votan siempre por los candidatos priistas.

Y no es gratuito que millones voten por el priismo, explica el escritor: “El escandaloso fracaso de la alternancia en el poder durante los gobiernos del PAN no solo causó graves daños al partido sino a la nación, que después de doce años perdió la esperanza en los políticos albiazules que sacaron exitosamente al PRI de Los Pinos, pero que por incapaces lo volvieron a meter hundiéndonos en el escepticismo”.

Los cálculos

Más allá de las opiniones que les dan o restan posibilidades de triunfo a los candidatos independientes, es relevante conocer qué porcentaje de votación se requiere aproximadamente —conforme a los resultados de anteriores elecciones constitucionales, 2004 y 2010— para obtener el triunfo en los estados donde renovarán gubernaturas.

Por ejemplo, en Aguascalientes obtener el voto de 23 a 25% del total de inscritos en la Lista Nominal ha dado el triunfo; en Durango, de 22 a 26%; y en Zacatecas con solo obtener de 18 a 22% se ha conseguido la victoria.

De acuerdo con los datos arriba expuestos observamos que obtener el voto de dos o de tres de cada diez registrados en la Lista Nominal permite acceder al triunfo.

¿Lo anterior es posible? En teoría sí. Recordemos que distintas mediciones refieren que existe una mayoría de ciudadanos que está en contra de los partidos, como lo indica la Encuesta nacional de opinión pública, candidaturas independientes y abstencionismo elaborada por el Centro de Estudios Sociales y de Opinión Pública de la Cámara de Diputados: “Siete de cada diez ciudadanos han escuchado hablar de las candidaturas independientes y más de la mitad estaría dispuesto a votar por esta figura”.

Asimismo, “70% de los ciudadanos considera que es muy cierto o algo cierto que las candidaturas independientes se crearon como alternativa para aquellos ciudadanos que no quieren votar por los partidos políticos tradicionales”.

A su vez, la encuestadora Parametría expone que “al preguntar a los ciudadanos cuál creían que era la razón por la que los independientes habían obtenido la victoria en diferentes puestos de elección popular en 2015, poco más de la mitad, 52%, contestó que se debía al hartazgo de la gente con los partidos políticos; 13% dijo que habían resultado ganadores porque tenían mejores propuestas; y 6% los vio como mejores candidatos”.

También indica que 65% de los encuestados “está a favor de que se sigan permitiendo las candidaturas independientes en las elecciones”.

El “hartazgo ciudadano hacia los partidos políticos ahí está”, señalan los analistas, solo falta que los candidatos independientes lo aprovechen para conseguir triunfos.

Aunque hay que tomar en cuenta que en entidades como Durango, Hidalgo, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz nunca ha habido alternancia en el gobierno estatal, así como también se debe observar que en ellas —excepto Veracruz— las elecciones constitucionales han sido poco competidas: las diferencias entre el primero y segundo lugar han sido de hasta 25 puntos porcentuales.

El próximo 5 de junio, por la noche, sabremos cómo les fue a los candidatos independientes que contendieron por alguna gubernatura.