Este martes inició en Venezuela —en el estado Nueva Esparta— la XVII Cumbre de Movimiento de Países No Alineados (Mnoal). La actividad contrasta con la realidad de una localidad que atraviesa una severa escasez de productos de primera necesidad, a la par de la deficiencia en la prestación de servicios públicos. La reunión se extenderá hasta el domingo 18.
El gobierno venezolano extremó las medidas de seguridad que derivaron en la militarización de toda la zona, la suspensión de la circulación aérea y la arremetida judicial contra disidentes a la administración de Nicolás Maduro en la entidad.
Locales y playas cerradas dificultan los ingresos en la ya mermada actividad económica de una zona que otrora vivió del turismo y que le valió el título de la Perla del Caribe. Desde el pasado fin de semana se pudo observar un inusual despliegue de efectivos. Al menos 14 mil funcionarios fueron distribuidos en toda la jurisdicción.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD), en voz del diputado Henry Ramos Allup, denunció que esta cita sirve para “lavarle la cara al gobierno ante la comunidad internacional” en medio de una de las peores crisis que haya atravesado el país; mientras que el gobernador de Miranda, Henrique Capriles, advirtió que los ciudadanos protestarán frente al Hotel Venetur, que servirá de sede a la reunión, si el Consejo Nacional Electoral (CNE) no da a conocer la fecha de recolección de 20% de voluntades para activar el referendo revocatorio contra Maduro.