Los años de Trump

El rechazo a la inmigración fue quizá la promesa que más votos le ganó a Trump

Sergio Sarmiento
Columnas
Donald Trump
Foto: AP

Sin duda 2016 ha sido el año de Donald Trump. Y 2017 lo será nuevamente.

En 2016 vimos la inesperada historia de un empresario narcisista que después de una serie de bancarrotas reinventó su carrera como estrella de un reality show y cuyo mayor logro como empresario ha sido evitar el pago de impuestos durante años. Trump decidió lanzar su candidatura a la presidencia, lo que en un principio pareció un chiste y al final se convirtió en una realidad que podría volverse una película de terror, como declaró el pasado 19 de diciembre Agustín Carstens, gobernador del Banco de México.


Trump condujo una campaña populista, haciendo promesas incumplibles e insultando a todo el que no estuviera de acuerdo con él. Sus propuestas eran incongruentes. Algunas podrían tener consecuencias muy negativas para Estados Unidos, México y el mundo.

Como candidato, Trump promovió una estrategia proteccionista y mercantilista. Prometió descartar el TPP, el tratado comercial de la Cuenca del Pacífico que promovió el gobierno de Barack Obama para servir de contrapeso comercial a China, y también renegociar o abandonar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. Dijo que establecería aranceles especiales para castigar a las empresas estadunidenses que muden su producción a México. La mayoría de los economistas considera que este retorno al proteccionismo tendría consecuencias negativas muy importantes para la economía norteamericana.


El rechazo a la inmigración fue quizá la promesa que más votos le ganó a Trump. El punto culminante de cada presentación de campaña era su afirmación de que construiría un muro en la frontera con México y que además obligaría a México a pagar por él. El gobierno mexicano ha dicho que no pagará por el muro y no parece haber forma legal de obligarlo. Pero además en la frontera entre México y Estados Unidos ya hay alrededor de mil kilómetros de muro y mil kilómetros de río sin que ni uno ni el otro hayan tenido ningún efecto en la migración.

Rumbo

Una de las razones por las que millones de estadunidenses votaron por Trump fue que la gente supuso que él no mentiría en campaña, como los políticos. Pero el propio Trump parece darse cuenta de que la aplicación de las promesas de campaña podría ser complicada.

Trump ha empezado a mostrar una mayor flexibilidad y tolerancia como presidente electo. De hecho, se reunió el fin de semana pasado con Carlos Slim, el empresario mexicano, a quien había cuestionado severamente por ser accionista del diario The New York Times, un periódico muy crítico a Trump. Tanto el rotativo como el empresario mexicano han señalado que Slim no tiene ninguna influencia sobre la política editorial del diario, pero eso no evitó los ataques. El hecho de que Trump y Slim se hayan reunido en una conversación aparentemente cordial es un signo positivo.

Pero la verdad es que no sabemos cuáles serán las políticas de Trump. Algunas de las que prometió, como una reforma fiscal que reduzca el impuesto corporativo en Estados Unidos, podrían promover un mayor crecimiento en su país, lo cual beneficiaría al nuestro. Pero si realmente Trump busca frenar las exportaciones mexicanas a Estados Unidos el resultado sería una crisis dramática.

Este 2016 fue el año de Trump, un hombre que rompió todas las previsiones políticas en un país que se ha preciado siempre de la madurez de sus instituciones políticas. Pero 2017 lo será más, porque se prevé un cambio importante en el rumbo de Estados Unidos, solo que no sabemos cuál será este nuevo rumbo.