Alrededor del 15% de quienes viven con diabetes, en algún momento llegan a presentar síndrome del pie diabético, “una situación que genera frecuentes ingresos hospitalarios, los cuales pueden terminar con la pérdida del miembro afectado e incluso con la vida del paciente”, aseguró Gustavo Zamora, miembro de la Asociación Mexicana de Quiropedistas y Podiatras (AMPQUIPAC).
En su participación dentro del Foro de Podología “Por Un México Sin Amputaciones”, celebrado este Día Mundial de la Diabetes, con el apoyo de la LXIII Legislatura, de la Cámara de Diputados del H. Congreso de la Unión, Zamora destacó la importancia de trabajar en la elaboración de una propuesta formal y justificar la iniciativa de Ley que permita incluir en la Ley General de Salud, a la Podología como integrante del equipo multidisciplinario de salud que atiende a la población Mexicana.
Por su parte, José Contreras Ruíz, especialista del Hospital General Manuel Gea González, destacó que estas acciones “buscan dotar de personalidad jurídica a la podología; y serán el punto de partida para que quienes son o serán técnicos o profesionales en Podología, puedan contar con leyes, normas y reglamentos que les permitan profesionalizarse y tener el reconocimiento médico para su incorporación positiva y activa, a favor de los pacientes, dentro del Sistema Nacional de Salud (SNS)”.
Contreras Ruiz, afirmó que con estas iniciativas “buscamos destacar la importante labor del Podólogo en la prevención y detección oportuna de factores de riesgo en el pie, así como la atención y participación de éste dentro de equipos multidisciplinarios ante una de las complicaciones más devastadoras de la Diabetes como el “Pie Diabético”.
“Con base en nuestra experiencia en el Hospital Gea González, refirió el Dr. Contreras, la propuesta, consiste en que se haga un perfil del tipo de podólogo necesario en el SNS, cerciorándonos de que las escuelas que los forman, cuenten con la calidad suficiente, para incluirlo en nuestras clínicas y hospitales, y sean los responsable de mantener la salud de los pies de la población mexicana”.
Dentro de su participación, Edgar Álvarez, director general de la Escuela Podológica de México, explicó que “llamamos Pie Diabético a la presencia de heridas crónicas de difícil cicatrización, úlceras y necrosis; y éste constituye hasta ahora, la primera causa de discapacidad, ausentismo y amputación no traumática del pie, así como un factor de riesgo importante y la causa de fallecimiento de quienes viven con diabetes.
De acuerdo con datos del IMSS, la amputación de miembros inferiores disminuye la calidad de vida de los pacientes. También que, las tasas de esta cirugía en el IMSS, fueron en el 2013 de 89.6 por cada 100 mil habitantes, cifra que ha aumentado desde 2004 (71.3); e indica que estas tasas en México son muy altas en comparación con las reportadas en países desarrollados, por ejemplo el más alto, Estados Unidos con 26.5 y el más bajo, Corea con sólo el 7.7.
En cuanto al impacto económico que tendría, una vez legislada la participación de los podólogos, con sus diferentes grados de estudio (técnico, profesional) dentro del Sistema Nacional de Salud, se podrá reducir hasta en un 50% el gasto público aplicado en los estados, dirigido al sector salud para la atención del paciente con pie diabético. Así como reducir hasta un 70% el uso de insumos, cuidando la correcta selección de apósitos y medicamentos tanto nacionales como importados.
Los asistentes al Foro de Podología, coincidieron en que el podólogo es una pieza fundamental dentro de los equipos multidisciplinarios de profesionales de la salud, ya que contribuyen con un diagnóstico temprano, tratamiento médico, de cirugía menor y la rehabilitación de los pacientes, particularmente con pie diabético.
Este llamado conjunto a formalizar y legislar la participación de los podólogos, técnicos y profesionales, dentro de los equipos de salud privados e institucionales, busca ayudar a establecer diagnósticos tempranos, con una atención oportuna, lo que brindará un fuerte apoyo al equipo médico y permitirá abatir costos, pero sobre todo, contribuirá a mejorar la calidad de vida de las personas, evitándoles complicaciones mayores, amputaciones, incapacidades temporales o permanentes e incluso consecuencias mortales.