La última y nos vamos

“El crecimiento de la deuda y las burbujas de activos ha creado un sistema con un riesgo exponencialmente mayor”.

Guillermo Fárber
Columnas
Ilustración

¿Recuerdas el sexenio de De la Madrid? Heredó un país quebrado, con finanzas públicas hechas pedazos tras los despilfarros y latrocinios de la Docena Trágica —los doce años de Echeverría y López Portillo— y durante los cuales sus funcionarios keynesianos (Alejo, Ovalle, Flores de la Peña, etcétera) se dieron vuelo gastando a lo loco y endeudando al país con su pretexto favorito de “impulsar la demanda agregada” (que a su vez creará empleos que generarán a su vez los recursos fiscales para pagar la deuda contraída, etcétera: la falacia usual tan querida por los políticos, siempre dispuestos a gastar hoy y que pague otro en el futuro).

Hacia 1985 al secretario de Programación y Presupuesto sus enemigos lo apodaban Salinas Recortari porque le tocó la amarga tarea de limitar los egresos del gobierno recortando sueldos y presupuestos (salvo el servicio a la deuda externa porque en este mundo cualquiera se puede morir de hambre pero a los usureros internacionales se les paga hasta el último centavo y para eso están sus escuderos tecnócratas).

Bueno, ahora a quien le llegó el agua a los aparejos fue a Trump-el-neo-recortari, quien tras bajar impuestos a lo salvaje a sus cuates corporativos mandó al Congreso el mayor presupuesto de la historia de EU (sobre todo para sus cuates de la industria bélica). O sea, muchos más gastos y muchos menos ingresos. Naturalmente Trump acaba de anunciar que el gobierno federal gringo congelará todos los sueldos a la burocracia. O sea, como de costumbre en todos lados, las clases medias (y en este caso los extranjeros) pagarán los regalos a los de arriba (https://www.youtube.com/watch?v=UG_YFBQz29M).

El colapso que viene

¿Lo repito? ¿También Trump es un pesimista agorero catastrofista? Las buenas almas siguen llamándonos locos a los que desde hace 24 años seguimos día con día la economía occidental y pronosticamos un colapso inminente, tremebundo e inevitable. ¿¿¿A estas alturas todavía se burlan??? Ni modo: hay maderas que no agarran el barniz.

En su artículo intitulado The last hurrah before the dark years el financiero suizo Egon von Greyerz lo dice muy bien: “¡Ya comenzó! El otoño de 2018 será trascendental en la economía mundial, los mercados y la política. Ahora estamos viendo el hurra final para las acciones, los bonos, el dólar y la mayoría de los mercados de activos. La economía mundial ha estado viviendo en tiempo prestado desde la crisis de 2006 a 2009. El sistema financiero debería haber colapsado en ese momento. Pero el apoyo vital masivo que orquestaron los bancos centrales logró mantener vivo al moribundo durante otra década.

“Bajar las tasas de interés a cero o negativo e imprimir suficiente dinero para duplicar la deuda global dicen que ‘resolvió’ el problema. Pero en lugar de salvar al mundo de un colapso económico el crecimiento de la deuda y las burbujas de activos ha creado un sistema con un riesgo exponencialmente mayor. Estamos en las vísperas de la destrucción”.