Consolidar el modelo de ahorro para el retiro, el reto

Más de 62 millones de mexicanos con cuentas en Afores

Norberto Vázquez
Política
Pensiones.
Foto: Olegarduko.

Ciudad de México, 5 de febrero. Uno de los puntos centrales del desarrollo social y económico de México, es el andamiaje financiero que debe de estar consolidado para el futuro de más de 118 millones de habitantes en sus ahorros para el retiro y sus pensiones, como política pública indispensable para cuando este país pase de ser una nación de jóvenes a una de ciudadanía longeva.

Para especialistas, el modelo actual que rige los recursos de millones de trabajadores en México deberá de ir incorporando cada vez más medidas concretas que vayan diseñando la ingeniaría legal y financiera que incorpore a millones de trabajadores ya en retiro que no cuentan con estas prestaciones de ley, así como el panorama adverso que enfrentarán la generaciones actuales de jóvenes para que también sean anexadas a los actuales mecanismos de pensiones y jubilaciones.

Y es que a partir del 1 de mayo de 1992, cuando se creó el Sistema de Ahorro para el Retiro (SAR), en México operó un sistema de reparto en que los trabajadores en edad de jubilación que cotizaban a algún instituto de seguridad social recibían una pensión financiada por todos los trabajadores en activo y el Estado, lo que significa que los dineros acumulados formaban parte de un fondo común o cuenta concentradora para sufragar todas las pensiones.

Cinco años más tarde, en julio de 1997, surgió la individualización de recursos o sistema de capitalización individual; es decir, los trabajadores disponen de una cuenta propia donde se depositan las aportaciones y rendimientos que se usan para financiar la pensión individual de cada trabajador: por medio del estado de cuenta individual cada uno tiene pleno conocimiento de la situación de su ahorro en su Administradora de Fondos para el Retiro (Afore), de las que actualmente operan diez en el nicho nacional.

Este modelo, agregan los expertos, deberá de ir previendo futuras disyuntivas económicas y posibles insolvencia monetarias gubernamentales con la finalidad de ir reduciendo la menor cantidad de riesgos donde según las proyecciones este país hacia 2050 pasará de ser un país con un pleno “bono demográfico” (muchos jóvenes en etapa de producción) a uno que envejece prematuramente.

Escenarios

La más reciente Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) que realiza el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), la población de 60 años y más es de 12.9 millones de personas, equivalente al 10.8% del total nacional, y según proyecciones del Consejo Nacional de Población (Conapo), para el 2050 alcanzará el 22%, contra 19% de población infantil.

Al respecto, Aída Díaz-Tendero del Centro de Investigaciones sobre América Latina (CIALC) afirma que México tiene un comportamiento demográfico de “país desarrollado en términos de fecundidad y mortalidad”.

Esto se traduce, agrega, “en una tendencia decreciente del número de hijos por mujer y un aumento en la esperanza de vida, lo que provoca un proceso acelerado de envejecimiento poblacional. Sin embargo, ello no implica necesariamente un beneficio”, explica Díaz-Tendero.

Y afirma: “Esta composición brinda un panorama peculiar: nos hicimos viejos antes que ricos. Los países europeos, por ejemplo, tuvieron la oportunidad de fortalecer sus estados de bienestar y establecer sistemas de protección social que abarcaran prácticamente a toda la población, incluido el grupo de los adultos mayores”, afirman.

Datos del INEGI revelan que en 1970 los mexicanos vivían en promedio 61 años; en el 2000, 73, y en 2018 la esperanza de vida es de casi 75. Para 2030 se espera sea de 77 años.

Otros datos: actualmente, según los indicadores de informalidad laboral, publicados por el INEGI, hay 8.9 millones de personas de 65 años y más, de los cuales 2.4 millones son población ocupada, que representa el 26.9 por ciento.

De éstos, 1.9 millones son informales y sólo 514 mil son formales, es decir, tres de cada cuatro individuos de este grupo poblacional son informales, es decir que no contarán con una pensión.

Integración

El más reciente informe 2018 de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) y la Comisión de Ahorro para el Retiro (Consar) presentado a la Cámara de Diputados establece que el SAR presentó resultados favorables durante el segundo trimestre del año pasado: los activos totales gestionados en el SAR crecieron 171 mil 76 millones de pesos respecto del cierre de 2017, para alcanzar tres billones 322 mil 566 millones de pesos, equivalentes a 15.02% del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.

De dicha cantidad, 45.5% del saldo proviene de los rendimientos netos de comisiones que las Afores han generado en casi 22 años de operar para el SAR, mientras que el resto, 54.5%, provino de las aportaciones.

De 2012 al segundo trimestre de 2018 los activos del sistema de pensiones aumentaron un billón 419 mil 339 millones de pesos, al pasar de un billón 903 mil 226 a tres billones 322 mil 566 millones de pesos. De dicha cantidad, 684 mil 420 millones de pesos fueron generados por rendimientos netos de comisiones (plusvalías) y el resto, 734 mil 920 millones, por las aportaciones (netas de retiros).

La inversión en actividades productivas de las Afores, mediante diferentes instrumentos financieros, alcanzó un monto de un billón 198 mil 695 millones de pesos al cierre del segundo trimestre de 2018, destacando el crecimiento de inversiones en Fibras(Fideicomisos de Inversión y Bienes Raíces) que actualmente asciende a 99 mil 800 millones de pesos. Los Fibras son instrumentos de inversión en inmuebles administrados por terceros que se encargan de rentar y operar propiedades que ofrezcan un retorno de inversión. Cuentan con un portafolio de bienes inmuebles diversificado geográficamente: incluye inmuebles en zonas habitacionales, edificios de oficinas, naves industriales, centros comerciales, hoteles y hospitales de todo México, entre otros.

Por su parte, el ahorro voluntario (sin ahorro solidario) durante el segundo trimestre de 2018 alcanzó 43 mil 703 millones de pesos, de los que 34 mil 92.9 millones (78.01%) se aportaron entre enero de 2013 y junio de 2018.

Otros datos de la Consar: al 15 de enero de 2019 el número total de cuentas administradas en diez Afores que integran el sector nacional sumaron 62 millones 879 mil 959, lo que representa un crecimiento anual promedio de 4.35% desde 2012. También hay ocho millones 844 mil 463 cuentas individuales, con recursos depositados en el Banco de México.

Con recursos depositados en Sociedades de Inversión Especializadas en Fondos para el Retiro (Siefores) existen diez millones 553 mil 957 cuentas individuales: una Siefore es el fondo de inversión en el cual las Afores invierten los recursos de los trabajadores buscando obtener el mayor rendimiento posible para estos, siempre bajo medidas de supervisión del organismo regulador, en este caso la Consar.

Cabe señalar que debido a la volatilidad en el mercado en las reformas de 1997 se estipuló que la inversión de los ahorros de los trabajadores debe realizarse de la manera más cuidadosa posible, razón por la cual la edad importa mucho a la hora de invertir los capitales de los ciudadanos.

Actualmente existen cinco Siefores: Básica 4, para personas de 36 años o menos; Básica 3, para individuos entre 37 y 45 años; Básica 2, para los que tengan de 46 a 59 años; Básica 1, para trabajadores de 60 años y mayores, y Básica 0 o Siefore básica de pensiones, para personas de 60 años y mayores que están próximas a realizar retiros totales por pensión o negativa de pensión.

Proyecciones

En su informe de actividades 2018, la Consar detalla que actualmente “uno de cada tres adultos de 65 años y más depende únicamente de su pensión como fuente de ingresos, la cual va de los 608 a los seis mil 602 pesos mensuales”, expone.

Explica, también, “que aproximadamente el 63% de los adultos mayores cuenta con ingresos complementarios como el trabajo, las rentas y las transferencias de otros hogares, mientras que la expectativa de vida ha pasado de 66 a 76 años, lo que implica una dependencia a la pensión por más tiempo”, revela.

Indica que en 2016 había 9.6 millones de personas de al menos 65 años en México: de ellas, sólo 2.9 millones (31%) tuvieron ingresos por pensión o jubilación, principalmente de los institutos de seguridad social del Estado.

Dice que “todas estas pensiones han sido otorgadas bajo esquemas de beneficio definido, es decir, pensiones contributivas. Se estima, por tanto, que aproximadamente 2.5 millones de mexicanos mayores de 65 años (26%) no tiene ingresos por algún sistema de pensión”, agrega la Consar.

Otro fenómeno pasa con los jóvenes: tener entre 20 y 35 años, ser millennial, significa, dicen los expertos, redefinir el mundo laboral: experimentar el aumento del outsourcing, trabajos freelance, proyectos de emprendimiento con diversos esquemas de pago y en consecuencia, tener incertidumbre sobre su retiro.

Peor aún dice el INEGI: en nuestro país contamos actualmente con un alto porcentaje de gente joven, 35% de la población nacional (50.3% mujeres y 49.7% hombres) lo que se traduce en 38.3 millones de jóvenes que viven en México.

Este dato no representan ningún riesgo aparente, hasta que nos percatamos como revela el organismo de estadística que “el 65% de estos jóvenes está desempleado, siete millones no estudian ni trabajan y uno de cada tres vive en situación de carencia”.

De esta manera para los expertos, el Estado con este escenario no podría regresar al esquema anterior de 1992 puesto que la deuda del sistema de pensiones es enorme, por lo que con el cambio a la ley de 1997 se buscó flexibilizar estas obligaciones y el objetivo se está concretando: actualmente la mayor contribución del gobierno consiste en intensificar buen empleo para los trabajadores e incentivar el ahorro voluntario para el retiro y las pensiones.

Inversión futura

El Centro de Sociales y de Opinión Pública (CESOP) en su informe 2017, Pensiones y Jubilaciones en México: situación actual, retos y perspectivas explica que en el escenario de el bajo monto de las aportaciones que hacen los trabajadores mexicanos a sus cuentas individuales conduce a que el Estado tenga que seguir erogando para cubrir la pensión garantizada establecida en las leyes de seguridad social. Al respecto, calcula que para el periodo 2014-2050 el gasto será de cinco billones 147 mil 718 millones de pesos. Afirma que la mayor parte de las cuentas individuales están inactivas pues pertenecen a trabajadores que, o bien se encuentran desempleados o pasaron a formar parte de la informalidad. En 2016, se detectaron 29 millones 272 mil cuentas que no habían recibido desde 2011 aportaciones ni obligatorias ni voluntarias, lo que representaba el 56 % del total de cuentas individuales.

¿Qué es el SAR?

El Sistema de Ahorro para el Retiro se creó el 1 de mayo de 1992 con el propósito de que los trabajadores afiliados al IMSS y al ISSSTE contarán con un ahorro para complementar su ingreso al momento de obtener una pensión, en virtud de que el monto de las pensiones en México es realmente insuficiente y no alcanza para una vejez digna, con una buena calidad de vida: recursos integrados en una sola cuenta concentradora. Más tarde la reforma al sistema de pensiones de los trabajadores del sector formal privado se aprobó en diciembre de 1995 y entró en vigor el 1 de julio de 1997. Esta reforma significó la sustitución del esquema de reparto y beneficios definidos por uno de capitalización total, con base en cuentas individuales. Aunque el cambio fue obligatorio los ya pensionados no modificaron su situación y los trabajadores activos al momento de la reforma tienen la opción de elegir, cuando llegue el momento de su retiro, los beneficios del nuevo programa o del anterior.