Estoy seguro de que la gran mayoría de los aficionados al futbol quedaron maravillados con lo que ha presentado en cuanto a rendimiento la selección mexicana mayor bajo la tutela del argentino Gerardo Martino.
¡Y sí! En las fechas FIFA, primero frente a la selección chilena, se jugó con autoridad y buen sentido colectivo; posteriormente se aprovechó la flaqueza que representó Paraguay como rival. Se ganaron dos partidos como hace mucho no lo hacía la selección, es decir: con contundencia, personalidad y, sobre todo, lealtad a lo que pretende el entrenador en términos tácticos.
Acepto que desde un principio no estaba tan contento con la designación de Martino, porque parecía que por parte de la Federación Mexicana de Futbol (FMF) había necedad por contratar a aquel que llevaba consigo un nombre rimbombante y no así a alguien que conociera a profundidad el medio de nuestro complejo futbol. La verdad yo apostaba por un entrenador mexicano, que los había.
Sin embargo muy pronto Gerardo Martino me ha sacado una sonrisa, porque en muy poco tiempo tuvo la habilidad de hacer comprender a los jugadores lo que él quiere que se exprese en la cancha, lo que busca en cuanto a estilo de juego. Por lo que alcancé a ver el actual entrenador nacional es un estratega que no intentará descubrir el hilo negro; me enseñó que es pragmático en sus formas, pero sobre todo buscará aprovechar la riqueza técnica con la que cuenta el futbolista mexicano. Ojo: estoy contento por ahora con las formas y los cómos, pero de ello a decir que el Tricolor va bien enfilado al mentado quinto partido en el próximo mundial hay una gran diferencia.
Por lo menos su servidor toma las cosas con calma. Creo que lo bien hecho hasta ahora se tiene que resaltar y ahí está, pero definitivamente es muy temprano para expresar tantas locuras como esas que he escuchado y leído que van desde “con Gerardo Martino México llegará por fin a unos cuartos de final de un mundial” o “México será imponente”. ¡No, hombre, no haga caso a ese periodismo fácil y aplaudidor! Hasta el propio Martino reconoce que el camino apenas se recorre y seguramente en un futuro habrá momentos complejos en donde la prensa lo cuestionará.
Si tuviera que definir el inicio de la era Gerardo Martino con la selección diría: esperanzadora.
La importancia de la disciplina
Hasta no hace mucho en el entorno de la selección mexicana algunos jugadores, principalmente los que militan en el extranjero, hacían lo que se les daba su regalada gana; es decir, si se les antojaba, no acudían a las convocatorias de los entrenadores para partidos amistosos y oficiales. De pronto aparecía uno que pedía permiso de no ir con la selección mexicana porque tenía que estar en el cumpleaños de su esposa; otro que iba a ser padrino del hijo de su cuate, o el que simplemente se desinteresaba e inventaba lo que fuera con tal de no subirse a un avión y concentrarse con el equipo nacional. ¡Ya ve que los viajes largos son muy cansados! Esos desaguisados, parece, ya no se tolerarán con Martino. Y si no pregúntenle a Jesús Manuel Corona, quien desde Portugal primero le dijo que sí al entrenador y un par de horas más tarde le dijo que siempre no porque una supuesta lesión le impedía estar con el grupo. Pronto elTata reaccionó diciendo que habrá consecuencias para el jugador. Y le digo algo: Corona muy probablemente se perderá la próxima Copa Oro: ese será su castigo. ¡Ojalá no lo vuelvan a llamar!
Festejo que Gerardo Martino vaya contra malos hábitos de la selección, que se dan desde el seno de los futbolistas hasta la estructura directiva. Afortunadamente, en ese sentido, ya les expresó el argentino a los federativos mexicanos su malestar en varios puntos. ¡Es hora de intentar poner orden en la selección mexicana!