México ha tenido un fuerte crecimiento turístico en los últimos años. En 2010 recibió 22.4 millones de visitantes internacionales, lo cual lo colocaba en el décimo lugar del mundo en las listas de la Organización Mundial del Turismo (OMT). Para 2019 el número de visitantes había aumentado a 39.3 millones y se ubicaba en el sexto lugar. Lo sorprendente de este fuerte crecimiento es que tuvo lugar en un periodo en que la violencia generó una pésima imagen de nuestro país a nivel internacional.
A pesar de ocupar el sexto lugar en visitantes internacionales México está solamente en el puesto número 15 en ingresos de divisas por turismo. Esto se debe en parte a que México recibe turistas de un poder adquisitivo menor que otras naciones. Pero el factor más importante es que al país llegan muchos visitantes de origen mexicano que muchas veces se quedan en casas de familiares y no en cuartos de hotel.
No hay duda de que México tiene mucho con qué dar la batalla en el mercado del turismo internacional. Una de las razones es su infraestructura. México tiene hoteles de un nivel muy superior al de otros destinos turísticos y los precios son bastante menores. Si bien nuestras carreteras y aeropuertos no están en los niveles de los países desarrollados son competitivos frente a los de otras naciones en desarrollo. En México, además de las playas, tenemos una enorme riqueza histórica y arqueológica. El mayor activo de México, sin embargo, es la gente, que tiene un trato naturalmente amable.
Reconsiderar
¿Puede México superar a los países que están arriba en la lista de arribos de visitantes? Francia, España, Estados Unidos, China e Italia son los únicos que nos rebasan. Se trata de grandes potencias turísticas pero no es imposible ir subiendo paso a paso. Hay mayores posibilidades, sin embargo, de aumentar los ingresos en divisas. Para eso tenemos que atraer a visitantes con mayor poder adquisitivo y aquellos que no tienen ascendencia mexicana pero muchas veces se sienten atemorizados de venir a nuestro país.
Para continuar el ascenso es imprescindible proyectar una mejor imagen. La violencia nos ha hecho un daño enorme. Por eso ha sido importante la promoción internacional que se ha hecho con el impuesto turístico. Eventos como la Fórmula 1, vistos por millones, permiten mostrar un país seguro y divertido.
Hoy las cosas pueden cambiar. El presidente Andrés Manuel López Obrador ha tomado la decisión de cancelar la promoción turística o encargársela a unas embajadas que no tienen ni la vocación ni el personal para realizar el trabajo. Quiere también dejar de utilizar el dinero del impuesto turístico para la promoción y usarlo para subsidiar el Tren Maya. El gobierno ha cancelado, por otra parte, el Nuevo Aeropuerto Internacional de México en Texcoco, que estaba destinado a ser un centro internacional de conexiones. Estas medidas incidirán de forma negativa en el crecimiento del turismo en México.
Para algunos el turismo es una inaceptable industria fifí en un país pobre, pero la actividad turística genera más de cuatro millones de empleos en nuestro país. Quienes se benefician de ella son gente del pueblo que puede mantener un nivel de vida digno solo si prospera en una actividad que vive en buena medida de la buena imagen de un país. Es importante que el gobierno reconsidere algunas de las decisiones que está tomando en esta materia.