HORA DE CAMBIAR

El promedio de entrada a las diferentes plazas del futbol mexicano es de menos de 45 por ciento.

Cristopher Rivera
Columnas
Foto: Especial
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¡La Liga MX, con sus torneos cortos, ya no da más! El formato de competencia que prevalece en nuestro futbol es obsoleto, poco atractivo y aburrido, para la propia afición e incluso para los socios comerciales.

Los torneos cortos, desde siempre o desde que existen, fomentan la mediocridad, la irregularidad o el desinterés, entre otros aspectos que no deberían existir en general dentro del deporte. Pero así es en el futbol mexicano.

Por ejemplo, qué carambas tiene que hacer el Club León en una liguilla cuando ha barrido —literal— en la fase regular del campeonato gracias a que practica un juego espectacular y contundente. Con todas las de la ley el equipo esmeralda está en la cima, claro, entendiendo que es uno de esos fenómenos raros de nuestro balompié.

Pero ni modo, León dentro de la mentada liguilla, en una de esas se queda en el camino con respecto de sus aspiraciones por el título. Y todo porque las reglas consienten a los mediocres que, sin mucho, se instalan en cuartos de final. El trofeo de campeón debería ser para los Panzas Verdes.

Pero voy más allá. Actualmente León está lejos de ser una de las plantillas más caras del futbol mexicano. Por ejemplo hay casi 40 millones de euros de diferencia entre la nómina del cuadro leonés frente a lo que tienen Tigres o América. Y hoy, si se trata de comparar el futbol de uno y otro, los de Guanajuato están muy por encima pero ya en la famosa fiesta grande ese buen quehacer se va muy fácil a la basura. No siempre es campeón el que mejor juega.

Por otro lado seguramente usted a lo largo de los últimos 20 años se ha dado cuenta que la Liga MX comienza verdaderamente a entretener a los aficionados por ahí de la fecha siete u ocho, si bien nos va; y todo porque el torneo es tan corto que, es obvio, los equipos queman la primera mitad del campeonato para adaptarse y repuntar demasiado tarde (León actualmente es un caso raro).

Nos tenemos que chutar usted y yo en gran parte de un torneo corto partidos garrafales, dignos del amateurismo y no del profesionalismo; y después, sobre el final, vendría “lo mejor”.

Lo que le comento no es solo una idea mía sino del grueso de los seguidores del futbol mexicano. Prueba de ello son los bajos ratings en las televisoras y, sobre todo, las pobres entradas a los estadios. Aquí le doy un dato contundente: fuera de los equipos regios el promedio de entrada a las diferentes plazas del futbol mexicano es de menos de 45%, lo que significa que ya no seduce el producto de la Liga MX y un lleno solo se da en los llamados clásicos. Y eso no siempre.

Además el actual formato propicia el penoso episodio de los técnicos despedidos; y cómo no, si los tiempos no dan, son cortos y poco generosos con la preparación. Los procesos largos en nuestra liga son muy raros. Por eso hay diez técnicos cesados en lo que va del Clausura 2019. Una vergüenza de liga.

Regresen los torneos largos

Cierto, los torneos largos también contaban con liguilla pero a esa instancia los equipos se calificaban con autoridad, sin flaquezas ni mediocridad, hechos y derechos para competir por el título, porque durante 38 jornadas que equivalían a diez meses de competencia, los diferentes clubes ganaban algo que hoy es muy complicado y se llama: regularidad.

Ya en la etapa de finales, cuando existían las temporadas largas, se daban verdaderos agarrones entre equipos chicos y grandes. Toros Neza competía como los grandes; Atlético Celaya incomodaba a cualquiera y hasta los desaparecidos Tecos se bañaron de gloria.

Y regreso de nueva cuenta al tema de las entradas, porque hace unos días la propia Premier League de Inglaterra publicó el promedio de asistencia que tiene en los estadios y la mayoría se acerca a 100%, o sea, inmuebles prácticamente llenos. Dejo aquí en este espacio la tabla de porcentajes. ¿Qué ocurre en la Premier League? Fácil: apuestan por la continuidad que se da en un torneo largo, donde por cierto hay más posibilidades de identificar qué jugador merece estar en su selección ya que durante prácticamente un año expresa su talento, y no durante cuatro meses, que es lo que en realidad dura nuestra liga.