DOMÓTICA, BENEFICIO ENERGÉTICO Y ECOLÓGICO

Cualquier persona pueda convertir su vivienda en una casa inteligente.

Arturo Moncada
Todo menos politica
Foto: Especial
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El ritmo actual de vida y la velocidad de los avances tecnológicos registrados en los últimos años inducen a la población a buscar nuevos modelos de hábitat, motivando el diseño de hogares y edificios más ecológicos, multifuncionales y flexibles. De este modo el conjunto de innovaciones científicas que se enlazan entre sí ha construido una nueva área para la arquitectura: la domótica.

Esta incluye la creación de controles automatizados para casas y edificios, conocidos como sistemas de habitaciones inteligentes. Sus diferentes programas permiten una gestión eficiente del consumo energético, seguridad, accesibilidad y confort general de un edificio o casa, convirtiéndose en un tema importante a considerar a la hora de proyectar, construir y habitar.

Atributos

Los sistemas domóticos se basan en la recolección de datos mediante sensores, los que luego se procesan para emitir órdenes precisas a los ejecutantes (aparatos de una vivienda, como electrodomésticos, etcétera), variando la calidad ambiental de cada recinto para el máximo aprovechamiento de todo lo instalado según las necesidades del usuario.

La domótica posee grandes ventajas porque al tratarse de un conjunto de tecnologías aplicadas al control y la automatización inteligente de una vivienda permite lograr un gran ahorro de energía eléctrica.

De igual forma permite mejorar el acceso a elementos del hogar a personas con discapacidades, incluye la posibilidad de aportar un sistema de seguridad con vigilancia automática y ayuda a la ecología entre otros beneficios.

Y es que la domótica se puede implementar en distintos ámbitos de una vivienda: desde controladores de una estufa hasta sistemas de gestión del agua, iluminación, gas, clima o incluso sistemas automáticos de persianas, puertas, etcétera.

Desarrollo

Si bien desde hace años la domótica se aplica en diferentes ámbitos —en principio relacionados al campo científico— actualmente es posible que cualquier persona en el mundo pueda convertir su vivienda convencional en una verdadera casa inteligente y volverla así por completo automatizada.

El sistema de domótica en un hogar puede controlarse sin inconvenientes por medio de paneles de control centralizado que se incorporan a la casa, así como mediante computadoras, portátiles, tabletas o smartphones, que permiten utilizar una red de internet con equipos remotos para incluso poder dar órdenes a distancia, es decir, indicarle a una casa inteligente una determinada tarea desde cualquier lugar en que el usuario se encuentre.

Por otra parte en la actualidad existe en diversos países un creciente interés en aplicar parámetros bioclimáticos al diseño de los edificios. Estos edificios bioconstruidos reducen los desmesurados costos actuales y contribuyen a mantener una mejor salud, tanto de las personas como del planeta.

Los edificios tradicionales tienen una responsabilidad muy elevada en muchos de los principales problemas de la sociedad moderna: deforestación, contaminación del agua, aumento del ozono atmosférico y calentamiento global.

Por otro lado muchos de ellos presentan características que fomentan una larga lista de enfermedades de sus habitantes: alergias, asma, neumonías, cefaleas, depresiones, problemas digestivos, trastornos del sueño, etcétera.

El diseño ecológico y la bioconstrucción, como complemento a la domótica, buscan combatir esa tendencia. Los estudios indican que las viviendas bioclimáticas reducen el consumo energético en climatización y calefacción en aproximadamente 60% respecto de las viviendas tradicionales, lo cual se traduce en un ahorro en las distintas facturas del gas o la electricidad de hasta 80%. En la misma proporción es posible la disminución de emisión de agentes contaminantes a la atmósfera. Asimismo contribuye a disminuir hasta un total de 30% el gasto de agua y 20% en iluminación. Por otro lado el usuario se beneficiará directamente por otras muchas ventajas de difícil valoración económica: la temperatura de la vivienda está mejor repartida por todo el hogar y evita los cambios bruscos que provocan los sistemas convencionales de aire acondicionado, la mayor iluminación natural como fuente de vitalidad y bienestar, la mayor ventilación natural que no secan el ambiente y evitan el aire viciado de los aparatos de aire acondicionado, un medio ambiente menos contaminado, entre otras ventajas.

La presencia de detectores y cámaras distribuidas en puntos clave del edificio permiten avisar además al usuario de posibles catástrofes.

Así que las posibilidades de transformar y manejar una vivienda a un sistema digital sin duda ya no son solo una idea futurista: ya se aplican y sus beneficios abarcan no solo a un usuario sino a la sociedad a su alrededor.

Arquitecturas del sistema de domótica

Centralizada En este sistema un controlador central es el “encargado” de transmitir los datos e información a los diferentes ejecutores a partir de información proveniente de diversos sensores, debidamente gestionada y procesada para el desarrollo de una actividad concreta.

Descentralizada En este caso, contrario al modelo anterior, existen varios controladores conectados entre sí mediante un BUS central que gestiona y manda la información a los controladores, así como a interfaces y ejecutores.

Distribuida La inteligencia del sistema domótico se encuentra diseminada o distribuida en los distintos módulos que lo componen. En este sentido cada dispositivo puede controlar diferentes actividades.

Mixta Los sistemas de domótica de arquitectura centralizada también se conocen como sistemas híbridos. En estos se combinan las arquitecturas de los anteriormente mencionados.

Fuente: Domótica integrada