París, Francia, 25 de julio. Ni el gelato italiano fue de ayuda en esta ocasión.
Los récords de temperatura que habían permanecido vigentes por décadas o apenas por unas horas cayeron el jueves uno por uno en toda Europa, en donde residentes y turistas por igual se metieron en fuentes, lagos, ríos o en el mar para escapar de la sofocante ola de calor proveniente del Sahara.
En un día que nadie olvidará en el continente, incluso dos presuntos narcotraficantes llamaron a la policía en Bélgica para rogarles que los rescataran de un contenedor en el que habían quedado atrapados.
Fue casi imposible mantener registro de los récords de temperaturas que iban cayendo conforme aumentaba el calor bajo un sol brutal en París, Londres, Bélgica, Alemania, Holanda, todos ellos lugares en donde las casas, cafeterías o tiendas no suelen contar con aire acondicionado. Incluso los sistemas de aire acondicionado en las oficinas quedaron rebasados por el calor.
Los climatólogos advirtieron que este tipo de ondas de calor podrían convertirse en la nueva norma pero se avecinan como un enorme desafío para todo el continente. Mientras las emisiones contaminantes continúan calentando al planeta, los científicos señalan que las ondas de calor serán más frecuentes e intensas, aunque es demasiado pronto para determinar si las altas temperaturas actuales están vinculadas con el cambio climático causado por el hombre.
“Posiblemente exista el ADN del cambio climático en la ola de calor histórica que se experimenta en Europa y otras partes del mundo. Y desafortunadamente seguirá empeorando”, dijo Marshall Shepherd, profesor de meteorología de la Universidad de Georgia.
Los ventiladores eléctricos se agotaron en todo París, y los tradicionales abanicos plegables reaparecieron en el hacinado metro de la ciudad. Hubo cancelación de trenes en Gran Bretaña y Francia, y las autoridades de ambas naciones llamaron a los viajeros a permanecer en sus hogares. Televisoras y radiodifusoras transmitieron mensajes pidiéndole a la población que se mantenga “hidratada”, mientras en las calles se entregaba agua embotellada a todo el que la solicitara.
Los niveles de calor alcanzados la tarde del jueves fueron increíbles:
—El área de París alcanzó los 42.6 grados Celsius para batir la marca previa de 40.4 grados impuesta en 1947.
—En Holanda, el instituto de meteorología anunció una nueva marca que superó el récord impuesto apenas el día anterior: 40.7 grados, en la municipalidad de Gilze Rijen, cerca de la frontera con Bélgica.
—Bélgica alcanzó máximos históricos dos veces en un día, llegando a 40.7 en la localidad occidental de Beitem. “Esta es la mayor temperatura en registro en la historia de Bélgica desde que se comenzaron a realizar mediciones en 1833”, dijo Alex Dewalque, deI Real Instituto de Meteorología.
—La localidad de Lingen, en el norte de Alemania, impuso un nuevo récord de temperatura a nivel nacional en al menos tres ocasiones el jueves, hasta alcanzar los 42.6 grados. Esas marcas que fueron cayendo se presentaron un día después de que se impusiera un récord nacional de 40.5 en Geilenkirchen, cerca de los límites con Bélgica.
—Londres alcanzó su día más caluroso en el mes de julio del que se tenga registro, con 36.9 grados en el aeropuerto de Heathrow. El récord anterior fue de 36.7 grados en 2015.
—En general en Gran Bretaña, el mercurio llegó a los 38.1 en el sur de Inglaterra, dándole al país su temperatura más alta para el mes de julio en la historia, pero sin superar el récord nacional de 38.5 grados de agosto de 2003. La Oficina Meteorológica de Gran Bretaña dijo que los registros de temperatura datan de 1865.