PRI: ENTRE LA REFUNDACIÓN Y EL OCASO

Moreno rechaza la división o el encono y apuesta al entendimiento, la colaboración y la solidaridad entre todos.

Ángel Hernández
Política
Foto: Especial
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El Partido Revolucionario Institucional (PRI) se encamina a la renovación de su dirigencia nacional el domingo 11 de agosto en medio de una fuerte disputa interna, sin una visión definida del rumbo que seguirá después de la histórica derrota electoral en la elección presidencial de 2018 y carente de propuestas claras que le permitan recobrar la confianza de la mayoría de los ciudadanos en un futuro inmediato.

La elección del nuevo liderazgo priista, que esta vez se realizará mediante el voto directo de sus militantes y no por delegados representa un desafío para el partido que dominó la vida política y electoral de México durante casi 70 años en el siglo XX y que el mes de marzo cumplió 90 años de existencia.
Para la futura dirigencia nacional del PRI, sin duda, el gran desafío estará en mantener la frágil unidad que aún conserva, evitar una fractura mayor entre los distintos grupos e impedir que se agudice el abandono de militantes, simpatizantes y cuadros dirigentes, así como emprender una renovación que le permita ser una opción electoral competitiva en próximos comicios.

La crisis del tricolor, derivada de la debacle electoral que sufrió hace poco más de un año, volvió a revivir el debate acerca de la necesidad de una profunda transformación e incluso de una refundación del partido, en la que coinciden varios analistas y que la propia Claudia Ruiz Massieu planteó durante su toma de posesión como dirigente nacional, incluida una reflexión respecto de los pasos que se tendrían que dar para, en su caso, adoptar una nueva concepción ideológica.
Si bien en las actuales circunstancias el reto es mayúsculo para el otrora gran partido hegemónico del país, no todo parece negativo para la causa del Revolucionario Institucional: es la primera fuerza local al mantener doce entidades de las 32 federativas (es el que más gubernaturas tiene), gobierna a 42 millones de personas, además de que es autoridad en 544 de los dos mil 458 municipios, es decir, en 22% del total a nivel nacional.
El desafió del tricolor, al igual que para otros partidos tradicionales (como el PAN), estriba en reconstruirse y tratar de mantenerse a flote después de la hecatombe que significó la victoria electoral de Morena en los comicios de julio de 2018, y con ello tratar de continuar como una oposición viable y propositiva durante el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, tarea nada fácil y de cuyo éxito dependerá en gran medida su permanencia como partido político.

Malos resultados electorales
Los tres aspirantes a la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI son el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas; la ex gobernadora de Yucatán, Ivonne Ortega Pacheco, y Lorena Piñón Rivera, militante priista originaria de Veracruz, quienes buscan encabezar el nuevo proyecto del priismo bajo la disyuntiva de emprender una urgente transformación que le permita al partido seguir como una opción electoral confiable para un importante sector de ciudadanos.
El otro escenario que tienen enfrente y no pueden descartar es iniciar el camino de una renovación total (que incluiría cambio de nombre y redefinir su proyecto político e ideológico) para poder afrontar los problemas y exigencias que demandan los actuales tiempos, en los que como ha dicho el propio AMLO no se trata solo de un cambio de gobierno sino de régimen y todas las transformaciones que eso conlleva.
La complicada situación por la que atraviesa en la actualidad el tricolor se refleja en sus malos resultados electorales.
En 2016 perdió los estados de Chihuahua, Durango, Quintana Roo, Tamaulipas y Veracruz.
En 2018 no solo fue derrotado en la elección presidencial sino que se quedó en un lejano tercer lugar con el menor número de votos recibidos en su historia con 13.5% del total de la votación, equivalente a siete millones 677 mil 180 sufragios.
Esa derrota implicó que también pasara de ser la primera fuerza, tanto en la Cámara de Diputados como en el Senado de la República, al quinto lugar y por debajo de Morena, PAN, Partido del Trabajo y Encuentro Social.
Otra muestra de la difícil situación que atraviesa el partido es que en el periodo 2016-2019 ha tenido cinco dirigentes nacionales: Manlio Fabio Beltrones (quien renunció por los malos resultados de los comicios de 2016), Carolina Monroy, Enrique Ochoa Reza, René Juárez Cisneros y Claudia Ruiz Massieu.

Divisiones y acusaciones

Luego de un complicado proceso para la emisión de la convocatoria y las bases para quienes buscaban participar en la elección del nuevo dirigente nacional del partido, al final fueron siete las fórmulas que se registraron: las conformadas por Alejandro Moreno Cárdenas y Carolina Viggiano; Ivonne Ortega y José Encarnación Alfaro; Ulises Ruiz y Coral Valencia; Lorena Piñón y Daniel Santos; Margarita Santos y Aureliano Mendoza; Benjamín Antonio Russek y Linda Obregón, así como la de Juan Antonio Santos y Ramiro Díaz, de las cuales las tres primeras obtuvieron su registro al cumplir con todos los requisitos.
Sin embargo la convocatoria, las reglas de inscripción y los requisitos provocaron acusaciones entre los principales aspirantes a competir, como que se trataba de un proceso amañado, que no había camino parejo para los contendientes y de pretender utilizar un padrón alterado que beneficiaría a uno de los aspirantes.
La ex gobernadora de Yucatán, Ivonne ortega, se inconformó a lo largo del proceso ya que aseguró que la dirigencia encabezada por Claudia Ruiz Massieu no cumplía con ofrecer condiciones iguales y transparentes para todos los candidatos.
Recordó que uno de los consensos fue que el padrón para la elección fuera el que validó el Instituto Nacional Electoral (INE) en enero pasado, para no correr riesgos jurídicos ni permitir injerencias ajenas al PRI en los procesos de afiliación.
La ex gobernadora dijo que a pesar de esto en la convocatoria se impuso otro padrón que no ha sido verificado “y claramente se orienta a favorecer al candidato de la cúpula”, en referencia al padrón que empezó a levantarse a principios de año e incorporaba a más de 70 mil nuevos priistas, de los que muchos presuntamente votarían por un candidato predeterminado.

Los desacuerdos con las bases para la renovación del liderazgo priista provocaron entonces la renuncia del ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, quien había anunciado su intención de competir por la presidencia del partido.
Narro denunció que se orquestaba una mascarada con un padrón lleno de irregularidades y se pretendía imponer a Alejandro Moreno al frente de la dirigencia; también advirtió del supuesto riesgo de que el PRI se convierta en un satélite del partido en el gobierno, en un partido testimonial o marginal.
Inconforme con la forma en que se realizaba el proceso para el relevo de la dirigencia nacional Narro Robles renunció el 19 de junio a 46 años de militancia priista.
Horas más tarde, por similares razones, también renunció Beatriz Pagés Rebollar a su militancia en el partido.

Propuestas
En la búsqueda por la presidencia del tricolor el gobernador con licencia de Campeche, Alejandro Moreno Cárdenas, afirma que de ganar la elección su misión al frente del partido será promover un desarrollo sustentable que llegue a todos.
Tras destacar que hoy más que nunca el país necesita un partido unido asegura que “vamos a saciar el hambre y sed de justicia de México. La lucha por la soberanía nacional, la democracia, la igualdad sustantiva y la justicia social es coincidente con nuestros principios”.
En su opinión el PRI demostrará que los priistas aún gozan de las mejores condiciones de desarrollo político y subraya que no le apuesta a la división o al encono sino que se enfoca en el entendimiento, la colaboración y la solidaridad entre todos.
Destaca que en la búsqueda del apoyo de los militantes del partido efectúa un ejercicio democrático con propuestas importantes y busca un acercamiento con todos los sectores, organizaciones y estructura territorial adscritos al partido a nivel nacional, a lo que lleva su propuesta de cambio para el tricolor.
A su vez Ivonne Ortega exhorta a los militantes a recuperar la posición del partido dentro de la esfera política. En su opinión el PRI no debe ser comparsa.
“Si logramos la recuperación del partido y crecemos en el número de legisladores se rompería con la capacidad actual del gobierno federal para aprobar sin contrapesos las reformas constitucionales”, asevera la ex gobernadora de Yucatán.
Ortega propone reconstruir el puente de comunicación entre la sociedad y la militancia priista y puntualiza la necesidad de terminar con los nombramientos cupulares, designaciones e imposiciones para que se erradique esa condición de “falsa unidad” que se mantiene en el partido tras perder la elección presidencial.
También apuesta por una conciliación de la militancia, que el partido regrese a su origen, así como cambiar los estatutos y programa de acción para armonizarlos con su actual condición de oposición, toda vez que actualmente están hechos a modo de un partido en el poder.
De ganar la dirigencia nacional del tricolor, expresa, “concentraría mi esfuerzo en la recuperación del partido y su ideología. Si el PRI no regresa a ese origen difícilmente puede tener futuro”.

Loreta Piñón Rivera, en tanto, convoca a todas las generaciones de priistas que aspiran a que haya una democracia plena en el partido a manifestarse contra el dedazo, la corrupción, el compadrazgo y las complicidades.

Su propuesta para el PRI es una ruptura con todos los males que provocaron la etapa crítica que hoy enfrenta ese partido “por culpa de corruptos que abusaron de la lealtad de la militancia y delinquieron al amparo del poder público. Haremos lo necesario para que nuestro retorcido sistema de justicia interno recupere su estado ideal. La purga que proponemos no será autoritaria sino que planteamos una sacudida institucional para que la justicia interna salga de su marasmo, mezclado con complacencia”, expone.
Piñón Rivera resalta que su discurso de renovación partidaria representará las inquietudes de una generación a la que la “ética del dinosaurio” le es ajena, porque “nunca fue nuestra circunstancia el partido único. Por nuestra edad somos nativos de la alternancia democrática que provocó la primera gran debacle del PRI en 2000; es decir, nosotros sí sabemos lo que es competir y estamos conscientes de que el PRI debe extirpar los vestigios autoritarios estatutarios y las malas prácticas de la política”.
Estructura partidista vs. renovación

David Morales González, académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán de la UNAM, considera que la próxima elección para elegir a la dirigencia nacional del PRI marcará un hito en la historia del partido luego de la estrepitosa caída que tuvo en las elecciones presidenciales del año pasado.
Este proceso, apunta, significará un reto para un partido que durante siete décadas fue dominante y hegemónico ya que está en juego su existencia.
Asevera que durante el proceso para renovar al líder priista se dieron cambios importantes en las reglas para la elección, como el hecho de que los militantes serán quienes elijan a su dirigencia, a diferencia de procesos anteriores en los que lo hacían delegados partidistas.
El profesor explica que los proyectos que encabezan Moreno y Ortega representan dos posturas distintas respecto del rumbo que puede tomar el partido.
Desde su perspectiva el primero representa la fuerza de la estructura partidista, en la que prevalece disciplina para aceptar la línea o cargada a favor de ciertos candidatos por parte de los liderazgos priistas, como son los gobernadores.
“El PRI no se puede entender en sus procesos internos sin una disputa para ganar las simpatías y la operación de sus estructuras territoriales, de sus militantes, así como de sus liderazgos y sectores, que tendrán que apoyar a alguno de estos dos grupos”.
Agrega que por otro lado Ivonne Ortega representa una figura importante dentro del partido y en caso de ganar el tricolor tendría un perfil opuesto a la estructura tradicional, a la cúpula priista, además de que programáticamente se darían cambios importantes como el rompimiento con la tradición cupular y el partido sería una oposición firme a Morena.
Morales González subraya que en el cambio de dirigencia la postura de Alejandro Moreno privilegiará la supervivencia como partido y el permanecer en la nueva configuración del sistema de partidos, en el que hay uno dominante (Morena) pero que le permitirá al PRI algunas posiciones en una posible alianza de facto con el partido en el poder para sobrevivir en las próximas elecciones.
En cambio el triunfo de Ivonne Ortega sería la apuesta hacia un auténtico partido de oposición al gobierno del presidente López Obrador.
El catedrático universitario afirma que si el PRI logra librar este paso crítico que significa la renovación de su dirigencia nacional estará “del otro lado”, para buscar seguir siendo competitivo y con posibilidades de superar una grave crisis, como ha ocurrido en otros momentos de su historia.

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Estados con gobiernos del PRI
Sonora
Sinaloa
Colima
Guerrero
Oaxaca
Coahuila
Zacatecas
Campeche
San Luis Potosí
Tlaxcala
Zacatecas
Estado de México

Numeralia
Municipios gobernados por el PRI 544 de los dos mil 458 municipios del país; 22% del total a nivel nacional.
Mexicanos gobernados por el PRI Más de 42 millones.
Diputados federales 47, que representan 9.45% del total.
Senadores Siete, que representan 5.4% del total
Militantes que podrán votar 6.5 millones, según el padrón electoral que entregó el PRI al INE.
Fuentes: PRI e INE

Alejandro Moreno Cárdenas
Nació en el estado de Campeche en 1975. Es licenciado en Derecho por el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores René Descartes.
Entre los diferentes cargos partidistas que ha desempeñado destacan la presidencia del Comité Directivo Municipal y Estatal de la Juventud Popular Revolucionaria por México; dirigente de los comités Municipal, Estatal y Nacional del Frente Juvenil Revolucionario; presidente del Comité Directivo Estatal del PRI en Campeche.
En 2003 fue electo diputado federal plurinominal en la LIX Legislatura y en 2006 senador por su entidad.
De 2007 a 2009 fue secretario de Organización del CEN del PRI.
En 2012 fungió como secretario de Operación Política del CEN priista.
En el Senado fue presidente de la Comisión de Juventud y Deportes y formó parte de las comisiones de Derechos Humanos, Salud y Reforma del Estado.
En 2012 fue nuevamente electo diputado federal en la LXII Legislatura y fungió como presidente de la comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados.
En 2015 fue electo gobernador de Campeche.
En 2018 fue elegido presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores (Conago) para el periodo de diciembre de 2018 a mayo de 2019.

Ivonne Ortega
Ivonne Aracelly Ortega Pacheco nació en 1972 en Dzemul, Yucatán. Es licenciada en Derecho por el Centro Universitario de España y México y cuenta con una maestría en Políticas Públicas Comparadas por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso).
Ha desempeñado distintos cargos dentro de la política: presidenta municipal, diputada local, diputada federal y senadora por el PRI.
Dentro de la estructura priista ha ocupado puestos como líder del Frente Juvenil Revolucionario y presidenta de la Comisión para la Integración de la Mujer.
En 2012 fue elegida secretaria general del CEN, cargo que dejó en 2015 para ocupar una curul en la Cámara de Diputados.
En 1998 fue electa presidenta de su municipio natal.
Tres años después, en 2001, fue electa como diputada al Congreso de Yucatán.
En 2003 fue diputada federal por el II Distrito de Yucatán y en 2006 senadora por Yucatán.
En 2017 buscó la candidatura a la Presidencia de la República de la mano de su partido.

Lorena Piñón
Es originaria de San Rafael, Veracruz. Cuenta con una maestría en Alta Dirección de Gobierno y Políticas Públicas.
Desde hace 17 años es militante activa del PRI, partido en el que ha ejercido varios cargos como presidenta adjunta del partido estatal, consejera política municipal, estatal y nacional, dirigente de Mujeres Jóvenes del ONMPRI en su estado.
Fue directora del Instituto de la Juventud Veracruzana.
Se desempeñó también como delegada federal de la Secretaría de Relaciones Exteriores en Veracruz.
Actualmente preside la fundación Logremos.