SINDEMIA GLOBAL DE OBESIDAD, DESNUTRICIÓN Y CAMBIO CLIMÁTICO

Los mexicanos tienen una alta disponibilidad de productos ultraprocesados y bajo consumo de alimentos frescos.

Lorena Ríos
Todo menos politica
Foto: Especial
Cuartoscuro

La obesidad, la desnutricióny el cambio climático son pandemias responsables de trastornos cardiovasculares, metabólicos y enfermedades crónicas que constituyen las principales causas de mortalidad en el mundo hoy: la combinación de las tres pandemias genera una sindemia global que es “el mayor desafío para los seres humanos, el medio ambiente y el planeta”.

Boyd Swinburn, copresidente de la Comisión Lancet e integrante de la Federación Mundial de Obesidad, recuerda que datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) advierten que cada año mueren 2.9 millones de personas a causa de la obesidad o sobrepeso.

En 2016, por ejemplo, existían dos mil 550 millones de adultos con esta condición. Antes se pensaba que era una característica de los países desarrollados pero ahora esta situación predomina en los países subdesarrollados, en especial de América Latina.

En contraparte la desnutrición o malnutrición —que impide el desarrollo saludable de la población infantil eleva el riesgo de mortalidad materno-infantil y afecta la productividad durante toda la vida— está presente en dos mil millones de personas, de las que 815 sufren desnutrición crónica.

A ello se suma el cambio climático, que pone en riesgo la seguridad alimentaria, por lo que la FAO sugiere aumentar 60% la producción de alimentos para dar de comer a la población mundial, que asciende a siete mil 700 millones de personas.

El también profesor de Nutrición de la Población y Salud Global en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda, señala que el cambio climático es un factor que “aumentará la desnutrición por medio de una mayor inseguridad alimentaria debido a fenómenos meteorológicos extremos, sequías y cambios en la agricultura. El fenómeno también puede afectar los precios de los productos alimenticios básicos, especialmente frutas y hortalizas, lo que aumentaría el consumo de alimentos procesados”.

Mala interacción

Ante investigadores y académicos reunidos en la sede de la Academia Nacional de Medicina el investigador neozelandés expone que en las últimas dos décadas la obesidad, la desnutrición y el cambio climático han sido abordados de manera separada y la capacidad de respuesta ha sido inadmisiblemente lenta, tanto por la falta de políticas efectivas como por la oposición de los intereses comerciales y, también, una demanda insuficiente de cambio por parte de la sociedad civil.

“La desnutrición disminuye demasiado lento como para cumplir las metas mundiales; ningún país ha revertido su epidemia de obesidad, y las respuestas de políticas integrales a la amenaza del cambio climático apenas comienzan”, destaca.

Boyd Swinburn, quien participó en el Informe de la Comisión Lancet, un proyecto que llevó tres años de investigación y la participación de 26 expertos de 14 países, el cual se titula La sindemia global de obesidad, desnutrición y cambio climático, comenta que “los países en desarrollo como México, con ingresos medios, suelen tener más problemas en materia de salud que los países pobres y ricos. Esto se debe a que la población tiene una mala interacción con el ambiente alimentario. Tiene acceso a una alta disponibilidad de productos ultraprocesados (ricos en azúcares, sales y grasas) y un bajo consumo de alimentos frescos, como frutas, verduras y hortalizas. El patrón anterior deriva en la generación de un aumento en obesidad, diabetes y enfermedades cardiovasculares”.

El investigador en obesidad exhorta a que los gobiernos tomen acción a nivel internacional, nacional y local sobre el sistema alimentario, donde resalta la necesidad de analizar el uso de la tierra ya que la agricultura y el aumento en el consumo de carne impacta en la emisión de Gases de Efecto Invernadero, así como el sistema de transporte, que provoca el uso cada vez mayor de vehículos individuales y el sedentarismo. Si se interviene en estos problemas se reduce la contaminación, se mejora la calidad del aire, las personas caminan y usan bicicleta y se contribuye a disminuir las tasas de obesidad.

Convenio

El especialista indica que la Comisión Lancet propone la creación de un tratado mundial para limitar la influencia política de la industria alimenticia (también conocida como big food), es decir, un proyecto de convenio marco sobre sistemas alimentarios con base en las convenciones mundiales sobre el tabaco y el cambio climático; la redirección de cinco billones en subsidios gubernamentales lejos de los productos dañinos y cerca de las alternativas más sostenibles, y la incidencia de la sociedad civil para romper décadas de inercia política.

En este sentido Juan Rivera Dommarco, director del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), destaca que factores como la política pública, los subsidios y la información nutricional disponible a los consumidores no se pueden separar de estos problemas ya que determinan el funcionamiento del sistema alimentario.

En relación a la creación del convenio marco sobre sistemas alimentarios explica que estará conformado por una serie de acciones regulatorias que deberán implementar los países para convertir los entornos alimentarios en ambientes saludables ya que en la actualidad muchos de ellos son obesigénicos.

Entre esas acciones se encuentra el etiquetado frontal de los alimentos y bebidas, regular la publicidad dirigida al público infantil, restricción de los alimentos de este tipo en las escuelas y la aplicación de medidas fiscales como los impuestos a las bebidas azucaradas y alimentos chatarra, que en México funciona adecuadamente.

El evento lo organizó el investigador Simón Barquera, del Centro de Investigación en Nutrición y Salud del INSP,quienconcluye que la población infantil es un sector muy vulnerable porque a esa edad apenas están en desarrollo y en una etapa en la que forman hábitos para toda la vida, por lo que gobierno, sociedad y academia están comprometidos a trabajar para mejorar las condiciones en las que crecen los niños.