PRIMER TROPIEZO

Llegó la hora de que México dé el salto de calidad a nivel de selecciones.

Cristopher Rivera
Columnas
Foto: Especial
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No siempre los pasos son perfectos, no siempre los vientos soplan a favor. El curso de las cosas y de la vida indican que en algún momento se tiene que tropezar. A todos les toca. Y en este sentido la selección mexicana, bajo el mando de Gerardo Martino, ya se encontró con la primera piedra que la hizo caer.

No tengo duda de que la noche del 10 de septiembre pasado fue una de las más amargas para el estratega de la selección nacional y para muchos de sus jugadores pero esa noche triste se tenía que atravesar, tenía que suceder, porque todo buen proceso necesita de pronto de sus raspones y sacudidas fuertes como la que nos propinó la Selección de Argentina.

Antes de enfrentar a Argentina la selección mexicana llevaba once partidos sin perder bajo el mando de Martino: estaba invicta. Y la verdad, con un funcionamiento bastante respetable pero sobre todo competente.

Sin embargo había un detalle que por lo menos su servidor, sin el afán de presumir, detectó desde tiempo atrás: la vulnerabilidad en la defensa, esa que tarde o temprano quedaría exhibida.

Si usted vio el duelo ante Argentina quizá coincida conmigo en que México llegó a ser mejor que el rival, pero los errores garrafales e inoportunos de los centrales Néstor Araujo y Carlos Salcedo rompieron con esas señales de buen futbol que los nuestros habían dado desde el minuto uno hasta el 17, tiempo en el que comenzó la pesadilla y ya no se pudo despertar.

Deudores

¿Pero por qué siempre se falla ante rivales de gran talla como Argentina? ¡Bueno! Porque hoy se tiene una defensa de agua, misma que propicia que la Selección de México sea de segundo nivel, como lo dijo el propio Martino.

Antes los fracasos se daban por la pobre mentalidad, por el futbol poco progresivo, etcétera. En fin, lo hecho, hecho está.

Néstor Araujo demostró que no tiene nivel de selección, lo mismo que Carlos Salcedo e incluiría a Miguel Layún. Hay que decirlo tal cual porque no es la primera vez que estos jugadores quedan a deber y estoy casi seguro de que el técnico ya se dio cuenta de que la defensiva tricolor necesita una buena refrescada. Considero de capital importancia que se continúe con esas miniconcentraciones para así ampliar el abanico de opciones en la defensa y la competencia se enriquezca en ese sector.

No siempre se va a ganar pero creo que ya llegó la hora de que México dé ese salto de calidad a nivel de selecciones porque la mentalidad ya cambió y desde hace mucho: es simplemente afinar esos pequeños grandes detalles que siguen marcando la diferencia ante esos rivales de gran nombre que a veces con muy poco nos pasan por encima.

Fue el primer tropiezo de lo que hasta ahora ha resultado ser un buen proceso.