LA INTOLERANCIA, UN OBSTÁCULO PARA EL PROGRESO SOCIAL

La tolerancia implica ser conscientes del respeto, la empatía y la solidaridad con las demás personas.

Redacción
Todo menos politica
Foto: Especial
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Por Tomás Caparroso Franco

Nuestro mundo sería un lugar mejor si cada uno de nosotros aprendiéramos a ser más tolerantes, a respetar nuestras diferencias, entender que somos distintos y que a pesar de esas diferencias podemos subsistir con otras personas, con otros países, con otras ideologías, con otros idiomas, con otras religiones, entre diversos factores políticos, sociales o culturales.

La intolerancia se presenta como un elemento significativo en las relaciones humanas, tanto en la cuestión social, familiar o individual, que tiene efectos negativos y que repercuten directamente en el comportamiento de las personas. Se ha convertido en una cuestión tan cotidiana que se hace común que nuestra realidad se ve rebasada por rechazar lo distinto, por la irritabilidad que se produce en el actuar diario, por la falta de diálogo y la propensión hacia la violencia verbal y física.

Esta intolerancia la vemos en cada situación del acontecer en la vida de las personas, en la familia, en la escuela, en las calles, en el trabajo… A continuación un conflicto en el que observaremos cómo se desarrolló y se resolvió a través de la mediación.

Términos


La controversia fue entre dos vecinos: Ernesto, quien es dueño de un departamento y cuenta con dos lugares para el estacionamiento y, por otro lado, Sebastián, quien es su vecino y arrendatario.

El señor Ernesto solo utiliza un espacio para algunas herramientas, por lo que le renta el otro lugar a Sebastián por dos mil 500 pesos al mes. En una ocasión Ernesto se percató de que Sebastián utilizaba su lugar de estacionamiento para una moto, por lo que el señor Ernesto se molestó y le reclamó a Sebastián; se hicieron de palabras y no pudieron arreglar nada. Entonces, para tratar de resolverlo, Ernesto decide llevarlo ante un proceso de mediación.

Una vez hecho lo anterior se invita a Sebastián para llevar una mediación; él acude, se le informa y decide aceptar. En un primer momento se le informa sobre la mediación y los principios de confidencialidad, voluntariedad, neutralidad e imparcialidad. Asimismo se le hace saber que el objetivo es resolver el conflicto presente satisfaciendo las necesidades de ambas partes.

Posteriormente las partes le cuentan al mediador lo que había ocurrido. Ernesto le comenta sobre sus dos plazas y que le renta una de estas a Sebastián; sin embargo se aprovecha y utiliza más espacio del que le corresponde, por lo que no tolerará ninguna falta de respeto al acuerdo realizado; dice que lo mejor hubiera sido que le avisara.

A su vez Sebastián comenta que no utiliza la plaza sino que la moto puede salirse un poco, y que al señor Ernesto no le afecta, y que tampoco le dijo sobre poder utilizar un poco más del espacio porque ya lo había hecho en una ocasión anterior y las motos no le molestaban, además de que de todo se enoja.

Después de diversas pláticas el mediador, tratando de que la comunicación fuera efectiva y sin faltas de respeto, logró hacer entender a las partes que lo mejor es que formulen posibles soluciones para ese problema. Cada uno de ellos tiene distintas necesidades y dialogando, analizando las similitudes y las diferencias se podría llegar a un acuerdo.

En este momento el primero en hablar fue el señor Ernesto, quien manifestó que no tendría problema en que utilizara más espacio siempre y cuando le pagara 50% más de lo que pagaba. Sebastián se opuso y manifestó que era mucho dinero por un poco de espacio, por lo que le ofreció 15% más. Tratando de hacer ofertas y contraofertas llegaron al acuerdo de que Sebastián le pagaría 20%, más el servicio de limpieza del espacio y del estante donde guarda sus herramientas, y a cambio podría utilizar la mitad del lugar del segundo estacionamiento.

El mediador procedió a formalizar el acuerdo en esos términos. Finalmente el señor Ernesto puso una última consideración: que en cualquier momento podría recuperar el espacio total. Ambos aceptaron los términos y se llevó a cabo el acuerdo.

De manera general observamos que la poca paciencia o la irritabilidad nos llevan a generar diversas emociones negativas que no permiten el diálogo para solucionar los problemas.

Debemos entender que la tolerancia implica ser conscientes del respeto, la empatía y la solidaridad con las demás personas, dejar por un momento el rechazo y darnos tiempo para analizar la situación y el contexto. Es trascendental entender que lo diferente no divide sino que ayuda a sumar en cada uno de los aspectos en los que nos desenvolvemos.