BOLSAS DE PLÁSTICO: PUNTA DEL ICEBERG DEL PROBLEMA

Martha Mejía
Bienestar
Foto: Especial
Cuartoscuro

El 1 de enero pasado entró en vigor en la Ciudad de México el decreto por el que se reforman, adicionan y derogan diversos artículos del reglamento de la Ley de Residuos Sólidos. El documento publicado en la Gaceta Oficial indica que queda prohibida la comercialización, distribución y entrega de bolsas de plástico al consumidor en los puntos de venta de bienes o productos, excepto si son compostables.

También señala que la medida excluye a “las bolsas de plástico necesarias por razones de higiene o que prevengan el desperdicio de alimentos siempre y cuando no existan alternativas de plástico compostable”.

Por ejemplo las bolsas de plástico relacionadas con alimentos como carne, pescado o pollo estarán permitidas ya que se requieren para conservar la higiene y hasta el momento no existe otro material recomendado por una norma de salubridad.

¿Compostables?

Las bolsas compostables están hechas de materiales que se degradan 90%, como mínimo, en seis meses. Cuando estas se someten a ambientes ricos en dióxido de carbono su proceso de descomposición puede llevarse a cabo en la mitad del tiempo; es decir, tres meses.

En comparación una bolsa de plástico normal puede tardar hasta 500 años en descomponerse.

Pese a las nuevas disposiciones y los beneficios que otorgan las compostables la Secretaría de Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) indicó que estas no se producen en México, por lo que por ahora no hay ninguna autorización para usar ese tipo de bolsas en la capital del país.

“La empresa que venda se hará responsable de garantizar la colecta y procesamiento; bajo esas circunstancias podrán venderse: compostable, asociada a un programa de manejo. De lo contrario no se puede”, indicó la titular de la Sedema, Marina Robles.

“Se requiere la presentación de un plan de manejo ante la dependencia y hasta ahora no existe ninguna solicitud”, dijo.

Lo que sí se puede usar y comprar

La Sedema ha establecido que las bolsas que sí se pueden comercializar, comprar y distribuir para transportar mercancías son las fabricadas de tela, yute, rafia (tipo costal), plástico tejido o malla, siempre y cuando sean durables y puedan reutilizarse en múltiples ocasiones, con un contenido mínimo de 50% de material reciclado posconsumo y 100% reciclables.

Se pueden transportar frutas y verduras en cucuruchos de papel, llevar recipientes para transportar alimentos delicados como el huevo o pan, o utilizar mochilas para cargar los artículos adquiridos.

De acuerdo con algunos especialistas este proceso es cultural, por lo que sugieren no generar resistencia a este cambio y ver por los beneficios ecológicos que traerá consigo.

Popotes y cápsulas

Para 2021 serán otros plásticos de un solo uso los que estarán prohibidos en la capital.

Estos son: tenedores, cuchillos, cucharas, palitos mezcladores, platos, popotes o pajillas, bastoncillos para hisopos de algodón, globos y varillas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, aplicadores de tampones fabricados total o parcialmente de plásticos, diseñados para su desecho después de un solo uso, excepto los que sean compostables.

También quedará prohibida la comercialización, distribución y entrega de productos que contengan microplásticos añadidos intencionalmente, así como cápsulas de café de un solo uso fabricadas con materiales plásticos.

Multas

De no cumplirse con lo establecido en la Ley de Residuos Sólidos las sanciones previstas van de 500 a dos mil Unidades de Medida y Actualización (UMA), con valor de 84.49 pesos cada una, por lo que el valor de las multas estaría entre dos mil 245 y 168 mil 980 pesos, de acuerdo con Robles García.

“No es un tema de multas pero estamos listos y aquellos comercios que incumplan con la prohibición de bolsas de plástico de un solo uso serán acreedores”, advirtió.

Robles puntualizó que “las sanciones son para quienes comercializan, para quienes distribuyen o para quienes entreguen bolsas en las tiendas. No es para una persona que va caminando con sus productos en la calle. Pero se trata de alentar a cada uno de los consumidores a que vaya con su bolsa para que no permita que le den una bolsa de plástico desechable y que la rechace cuando le quieran dar. Eso ayudará a que entre todos hagamos posible este cambio”.

Andrée Lilian Guigue Pérez, directora General de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, expresó a su vez que no se permitirá que se comercialice, se distribuya ni se entregue al consumidor una bolsa de plástico desechable.

Recordó que en años pasados hubo un intento por retirar estas bolsas pero no se logró porque la industria se impuso y el consumidor no se comprometió.

De acuerdo con la Sedema a partir de la tercera semana de enero comenzarán los operativos para verificar que los negocios no entreguen o comercialicen bolsas de plástico.

“Hay inspectores de la Secretaría del Medio Ambiente, pero quien más nos dice las cosas que pasan en la ciudad es la gente: nos mantiene enterados de todo, porque no tendríamos capacidad nunca para tener vigilantes o inspectores en toda la ciudad, en todos los puntos de la capital”.

Pérdidas

El presidente de la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de la Ciudad de México, Nathan Poplawsky Berry, advirtió que estas nuevas disposiciones tendrán un impacto en el desarrollo operativo del sector, afectando al menos 50 mil empleos.

Precisó que esta industria en la capital representa 2.6% del PIB del sector de la manufactura: “Son cuatro mil empresas las que se dedican al plástico y esto impactará de manera directa en 50 mil empleos. Se hubiera hecho de forma gradual”, puntualizó.

Recalcó que dicha prohibición, aunada a mayores impuestos, está entre los principales factores de impacto para las expectativas de ventas del sector comercio, servicios y turismo capitalino.

De acuerdo con la Canaco-CDMX el comercio organizado de la capital del país espera una desaceleración en sus ventas durante 2020, con un repunte de 1.5% comparado con 4.5% que tuvo en 2019.

Jorge Treviño Aguado, director general de Ecoce, comentó en tanto que la prohibición de bolsas de plástico representa un acto de desconocimiento y desesperación.

“Están desesperados y quieren quedar bien con la gente. Son signos de atender demandas populares pero sin mayor conocimiento. Las prohibiciones por lo general no resuelven nada. El tratar y manejar bien los residuos sólidos es mucho más grande que esto. Simplemente todo lo que es orgánico, que normalmente se entierra o se pudre, genera Gases de Efecto Invernadero y no estamos haciendo nada en el país al respecto. Esto significa que contamina más lo orgánico que el popote”, indica.

Pero, además, agrega, será sumamente difícil de vigilar el cumplimento de esta ley por dos motivos: “Primero, México tiene una economía informal muy grande y casi todos los plásticos de un solo uso se venden en las centrales de abasto; ahí por lo regular no hay control, a veces ni siquiera dan factura, todo mundo va y compra en pequeñas cantidades y la dispersión del material es muy grande: todas las empresas grandes de plásticos de un solo uso venden en las centrales de abasto y nadie las vigila”.

En segundo término, señala, “si nos vamos al tema de biodegradabilidad para evitar a los plásticos de un solo uso el gobierno tampoco tiene capacidad ni las instalaciones para vigilar qué plásticos sí tienen aditivos biodegradables y cuáles no. Y además para que sea realmente biodegradable se necesita infraestructura de composteo, la cual tampoco existe. Entonces sí: es un tema que se volvió muy mediático y de presión, pero no resolverá el problema de residuos”.

José Anguiano, ex presidente de la Asociación Nacional de Industriales de la Bolsa Plástica de México (Inboplast), apuntó que otra pérdida radica en que con esta prohibición se dejarán de reciclar alrededor de 260 mil toneladas anuales de desechos plásticos que se usaban precisamente para fabricar las bolsas.

“La producción de bolsas de plástico utiliza como materia prima las 260 mil toneladas anuales de desechos plásticos y que forman parte de la economía circular. Ahora, al prohibirse estas bolsas, esos desperdicios quedarán sin posibilidad de reutilizarse”, advirtió.

Amparos

Ante la medida en los primeros días de enero alrededor de 50 empresas promovieron ya amparos. José del Cueto, presidente de la sección de fabricantes de bolsas de la Asociación Nacional de Industrias del Plástico (ANIPAC), dijo que estos se han presentado hasta ahora de manera individual y no como un recurso colectivo.

“Esperamos poder llegar a un punto de negociación donde la secretaría (Sedema) permita a las empresas bolsas que cumplan con ciertos requisitos, que se permitan en cuanto a contener material reciclado y se puedan reutilizar”, señaló.

En este sentido deploró que la publicación del reglamento de dicha ley, realizado después de su entrada en vigor, incluyera medidas que no se habían anunciado, como un plan de manejo para las bolsas compostables.

“Piden cosas que no estaban en la ley. Ya de por sí querían bolsas compostables y ahora exigen un plan de manejo. Si la ley ya la permite, ¿cómo la secretaría puede exigir un plan de manejo si es una alternativa que estaba ya prevista? Creemos que confunden y complican más las cosas”, expresó.

Un problema mayor

De acuerdo con Guigue Pérez,directora general de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, en la CDMX se generan alrededor de 13 mil toneladas de basura diarias, de las cuales ocho mil 600 toneladas se envían a rellenos sanitarios y solo mil 900 toneladas van al reciclaje. De ahí que el malogrado proyecto de la planta termovalorizadora El Sarape era la propuesta para darle solución a parte del problema.

En 2017 el entonces gobierno de la CDMX firmó un contrato por el cual la transnacional Veolia construiría una planta termovalorizadora que convertiría cuatro mil 500 toneladas de basura diaria en energía que alimentara al Metro y a oficinas de gobierno.

No obstante en octubre de 2018 el Tribunal de Justicia Administrativa capitalino suspendió el contrato de El Sarape por considerar afectación al interés público, derivado del excesivo gasto que implicaría su operación.

Claudia Sheinbaum, actual jefa de Gobierno, se declaró contra la planta termovalorizadora por su alto costo y señaló que buscaría instalar una planta de reciclaje en los terrenos del Bordo Poniente, lugar donde se instalaría la termovalorizadora.

El gobierno de la CDMX optó por no impugnar la decisión del Tribunal pero la empresa Veolia sí lo hizo al considerar que es improcedente, por lo que esta historia aún no concluye.

Actualmente las cifras hablan de que 67% del total de la basura va a parar a los municipios de Cuautitlán, Cañada, Milagro y Chicoloapan, en el Estado de México, así como a Cuautla, en Morelos.

Casi 33% de los residuos se recicla o reutiliza mediante dos plantas de selección (18%) y ocho para generar composta (16%). En la primera se separan y clasifican materiales que conservan sus características físicas y químicas para su valorización en incorporación a cadenas productivas; en las plantas de composta se genera biomasa, agua y algunos gases como dióxido de carbono y metano.

Licitaciones

Finalmente, en 2020, sin planta de termovalorización y sin planta de reciclaje, lo que sí hay en la capital del país es una convocatoria, lanzada el 7 de enero, para la instalación y operación de Plantas de Tratamiento y Aprovechamiento de los Residuos Sólidos (PTAR).

La convocatoria, publicada en la gaceta local, indica que conforme al inventario de residuos sólidos de 2018 durante ese año se generaron 13 mil 73 toneladas diarias de residuos sólidos, lo que da una generación de 1.38 kilogramos de basura por capitalino.

“Del total de residuos sólidos generados ocho mil 107 se envían a disposición final a cinco rellenos sanitarios: cuatro ubicados en el Estado de México y uno en Morelos (…) Por ello es necesario contar con mecanismos para garantizar la correcta instalación y operación de plantas de tratamiento y aprovechamiento de residuos, evaluando periódicamente su capacidad y adecuado funcionamiento”, de acuerdo con el documento.

La Sedema convocó a las personas físicas y morales cuya actividad preponderante u objetivo social sea, entre otras, el manejo, tratamiento, aprovechamiento o reciclaje de residuos sólidos de la ciudad, que se encuentren en pleno ejercicio de sus derechos y que demuestren contar con los recursos humanos y materiales suficientes, así como con la capacidad técnica y financiera para las PTAR.

Se detalló que las plantas podrán recibir los residuos sólidos separados o mezclados provenientes de los centros de transferencia del gobierno local o de empresas particulares autorizadas, teniendo en cuenta que deben tratar y aprovechar un mínimo de tres mil toneladas diarias de residuos sólidos de la ciudad.

La presentación de propuestas será del 10 al 28 de febrero. El resultado de las propuestas se dará a conocer en abril.

Alternativas

Llevar bolsas ecológicas de mandado (las que no se tiran).

Transportar los productos en cajas.

Usar bolsas de manta.

Llevar bolsas compostables.

Transportar frutas y verduras en cucuruchos de papel.

Llevar recipientes para transportar alimentos delicados, como huevo o pan.

Utilizar mochilas para cargar los artículos adquiridos.