LAS CAPACIDADES MILITARES DE MÉXICO (II/II)

Contar con ciencia y tecnología propias con aplicación militar asegura la independencia, soberanía, libertad y democracia del país.

Javier Oliva Posada
Columnas
Foto: Especial
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El desarrollo de la ciencia y la tecnología con aplicaciones militares es lo que dinamiza buena parte de los beneficios que después en la vida civil tienen determinante influencia. Por ejemplo el internet, que ha sido un factor que ha marcado una etapa en el desarrollo de la humanidad, primero tuvo utilidad militar en Estados Unidos y luego se convirtió en una indispensable herramienta de comunicación.

Incluso ese empuje del crecimiento en la inversión de los gobiernos en sus áreas de Defensa, Seguridad e Inteligencia no ha hecho más que crecer. La semana anterior la Casa Blanca anunció en su propuesta de gasto para el ejercicio fiscal de 2021 un importante incremento en el presupuesto del Departamento de Defensa, para pasar de 705 mil millones de dólares a 750 mil millones. Hay que recordar que el año pasado el presidente estadunidense anunció la creación del Comando Aeroespacial como una Fuerza Armada más de su país, lanzando la carrera armamentística al espacio sideral.

El compromiso de llevar de nuevo naves tripuladas a la Luna, e incluso a Marte, indica a todas luces una importante inversión en ciencia y tecnología para alcanzar dichos objetivos. En ese mismo sentido, pero en proporción a los antagonismos que cada Estado enfrenta y conforme a sus irrepetibles condiciones geopolíticas, México desde la dinámica de los sectores de Defensa, Seguridad e Inteligencia debe atender a los avances del desarrollo de las capacidades militares con aplicaciones al ciberespacio y los ámbitos vinculados a la importancia fundamental que tiene el garantizar la transmisión y almacenamiento de imagen y voz.

Asunto clave

Ni más ni menos el pasado día 11 de este mes el acreditado periódico The Washington Post dio a conocer un amplio reportaje sobre las actividades de espionaje conjunto entre Estados Unidos y Alemania a países rivales, e incluso aliados, incluyendo México. La preparación en esos términos de unas Fuerzas Armadas capaces no solo de asumir posiciones defensivas al respecto de la circulación de información y protección de sitios sensibles al manejo de información del gobierno en turno, es un asunto clave para el desarrollo del país, por lo que el estamento civil de este sexenio y de los que vienen para crear las bases de una reforzada industria civil militar.

No debe confundirse, desde la perspectiva civil, que la industria militar es un asunto exclusivo de militares. La dinámica generada entre los ámbitos de lo civil con aplicación militar, a partir del estudio en perspectiva para garantizar la viabilidad del Estado, la nación y la sociedad, es algo que compete a los ámbitos más relevantes del conocimiento. De allí que en estos años para nuestro país se presente un desafío, a la vez que una oportunidad, para avanzar en la dirección correcta de la cooperación y trabajo conjunto, con la finalidad de asegurar en las mejores condiciones el desarrollo y crecimiento de México.

Contar con ciencia y tecnología propias con aplicación militar a su vez asegura la independencia, soberanía, libertad y democracia del país. Es del todo deseable que el estamento civil, en las áreas que corresponden, asuman con toda seriedad una ruta de exitosa colaboración con las Fuerzas Armadas, más aún ante el creciente desafío que implican los antagonismos asimétricos como son el crimen organizado y común, o más recientemente la migración forzada procedente de Centroamérica. Las inalterables condiciones geopolíticas de México así lo exigen. No hay lugar para interpretaciones subjetivas.