MUJERES: ¿QUÉ SIGUE EN LA LUCHA CONTRA LA VIOLENCIA?

Lo que debe seguir es la congruencia de todas las instituciones que se sumaron al 8M.

Lorena Ríos
Política
Foto: Especial
Cuartoscuro

Las principales arterias de las ciudades más importantes del país se tiñeron de morado el pasado 8 de marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer. En la Ciudad de México, del Monumento a la Revolución a la plancha del Zócalo, más de 120 mil mujeres —según estimaciones oficiales— de todas las edades salieron a las calles para gritar un ya basta a la violencia y feminicidios.

Salieron para demandar justicia y fin a la impunidad. Y al día siguiente, en el 9M, se hizo el silencio y la ausencia de mujeres más ruidosa, sin precedente en la historia.

La parálisis derivó en pérdidas económicas por 43.5 mil millones de pesos (según estudios de Citibanamex), que equivalen a 50.7% del valor agregado total a la economía de un día.

Eso fue solo una parte del mensaje: el paro de mujeres demostró la importancia de la participación en la dinámica del país por parte de un sector que está cansado de la profunda desigualdad y discriminación de género que vive cotidianamente.

Cabe destacar que de los 65 millones de mujeres en México, 23.7 millones participan en el trabajo doméstico con o sin remuneración y 18 millones están en actividades remuneradas.

El día después

¿Qué es lo que sigue después del 8M y el 9M?, se les cuestiona a varias especialistas e investigadoras en temas de equidad de género y derechos de las mujeres. Todas coinciden en señalar que debe imperar “la congruencia” por parte de todas las dependencias de gobierno e instituciones que se sumaron a la movilización, para erradicar la violencia contra las mujeres.

Ahora se tiene que pasar a la adopción de acciones contundentes, señalan.

“Lo que debe seguir es la congruencia de todas las instituciones que se sumaron, que apoyaron, que participaron, como la iniciativa privada, partidos políticos, medios de comunicación y universidades: ahora tienen que pasar a las acciones contundentes para prevenir, atender, solucionar la violencia de género contra las mujeres. El principal reclamo es la impunidad ante los feminicidios”, puntualiza Elvia González del Pliego, coordinadora del programa de Género e Inclusión de la Universidad Iberoamericana.

La investigadora expone que en materia de leyes que protejan a las mujeres “estamos a la vanguardia. El problema está en la operación y en la limitación de recursos, así como en la falta de preparación del personal del sistema judicial ya que al llegar las víctimas a denunciar las revictimizan”.

La especialista de la UIA aclara que el problema de la violencia contra las mujeres “no es de un solo lado. La violencia existe porque hay una ideología, hay un machismo que la sustenta: si la gente o los hombres no creyeran que lo pueden hacer no lo harían. Hay una violencia cultural que sustenta estos actos. Por ende tenemos mucho que trabajar desde el área social, desde los medios, la familia, la Iglesia, trabajar en conjunto para contribuir para que esto deje de suceder. Necesitamos cambiar las creencias que la sustentan”.

La marcha del 8M y el paro general del 9M “son un parteaguas, un antes y después en la vida de las mujeres en México. Para mí fue el silencio más ruidoso, el grito más fuerte que hemos pegado para decir: ¡Ya basta! Espero que después de esto se tomen cartas en el asunto. Nos toca ahora exigir a las instituciones que realicen las acciones en consecuencia para la prevención”, comenta Elvia González.

“Si matan a una, nos matan a todas”

Para poder frenar la violencia contra la mujer son necesarias acciones por parte de los gobiernos estatales y federal, crear fiscalías especializadas en feminicidios, además de un Código Penal único para mejorar la persecución de los delitos contra mujeres. “Eso es muy importante para poder tipificar no solo el feminicidio sino también la desaparición forzada de mujeres y otra serie de delitos y crímenes”, dice Julia Monárrez, investigadora del Departamento de Estudios Culturales de El Colegio de la Frontera en Ciudad Juárez.

“Crear una fiscalía con un cuerpo especializado en el tema de feminicidio (es necesario) porque el Estado tiene el mandato de hacer investigación y hacer lo que llaman la debida diligencia en los casos de feminicidio. El Estado debería tener una institución sumamente sólida para cumplir con todo esto y personal calificado que siga los protocolos, pero eso tendría que ser a nivel nacional y a nivel estatal”, añade.

Uno de los principales problemas en los casos de feminicidio es que, al ser investigados, no se siguen los protocolos, aunado a que las órdenes de protección hacia las mujeres que se encuentran en riesgo o son amenazadas por sus parejas o no se giran a tiempo, lo que provoca que la autoridad no cumpla con su papel, señala.

Tatiana Revilla Solís, integrante de la organización Gender Issues, menciona que entre los obstáculos que impiden conseguir la justicia está que “al llegar al Ministerio Público regresan a las mujeres que no muestran señales de violencia física grave, por la falta de capacitación e información en el tema de perspectiva de género y protocolos de actuación”.

Y con esa actitud el representante social desincentiva la denuncia o envía a las mujeres a otras agencias o centros de justicia después de hacerlas esperar horas, lo cual lleva a que las mujeres tengan que moverse con sus propios recursos, en tiempo fuera de la jornada laboral. Todo debe ser cubierto por las denunciantes para acudir ante un Ministerio Público.

La autora de Fallas y retos de la atención de la violencia de género contra las mujeres, publicado por El Colegio de la Frontera Norte, expresa que “no hay especialización policial en el tema, falta claridad en quién debe dar seguimiento a las órdenes de protección y conflicto entre las policías municipales, estatales y ministeriales”.

Y por si fuera poco hay una falta de normatividad municipal que brinde facultades a las policías municipales y estatales en el tema de violencia contra las mujeres. Ellas, debido a todos esos obstáculos, muchas veces se arrepienten, por lo cual las autoridades y la víctima misma ven como pérdida de tiempo el interponer una denuncia.

“Las propuestas centrales deben estar en cómo lograr una incorporación de perspectiva de género en todo el sistema de acceso a la justicia (porque) mientras las respuestas al tema de la violencia contra las mujeres estén centradas en lo punitivo y no se ponga el foco en las fallas operativas, pocas esperanzas de solución se vislumbran”, advierte Revilla Solís.

La especialista en el tema reconoce que la mayoría de las acciones emprendidas son de contención y hacen falta medidas de prevención. “Por ejemplo en el caso del Metro no es suficiente el vagón para las mujeres: hace falta tomar medidas en el resto de ellos para prevenir y concientizar a los hombres”, puntualiza.

Machismos cotidianos

Para erradicar los machismos cotidianos es necesario hacerlos visibles, no dejarlos pasar y entender su origen, afirman Claudia de la Garza y Eréndira Derbez, autoras del libro No son micro. Machismos cotidianos. “Los machismos saturan, hartan, porque hacen sentir a los hombres poderosos y a las mujeres culpables. Por esta razón es necesario visibilizarlos”, explican.

“Cuando una mujer se sube al Metro al vagón de los hombres y le dan un arrimón sin que nadie intervenga, o cuando en la calle le gritan a otra comentarios obscenos, o que en juntas de trabajo las mujeres sean interrumpidas por algún varón, así como si alguien les pregunta que si están en sus días ante un cambio de actitud” son solo algunos ejemplos de actitudes machistas que suceden a diario, detalla Eréndira Derbez.

“En el libro decidimos describir (los machismos), explicar de dónde vienen y lo que me parece demasiado poderoso: en el momento que los nombramos aprendemos a cuestionarlos y a verlos en todas partes. A partir de ahí podemos alzar la voz, no solo por lo que nos pasa a nosotras sino para tener sororidad y ser cómplices con las compañeras que (también) pueden vivirlos”, agrega De la Garza.

Algunos de los micromachismos son, por ejemplo, cuando se dice que la mujer debe cocinar, debe cuidar a los hijos, o si ya trabaja y tiene un bebé debe dejar su empleo. En el ámbito educativo se observa cuando se considera que los hombres son mejores en matemáticas y las mujeres son mejores en letras. “Ese tipo de micromachismos e ideas son realmente prejuicios y estigmas, y esos son los que debemos de romper, de cambiar”, concluyen.

Costo de la desigualdad

El mundo pierde riqueza por 160 billones de dólares debido a las diferencias entre los ingresos de las mujeres y los hombres durante toda su vida, de acuerdo con el estudio del Banco Mundial intitulado Potencial truncado: el alto costo de la desigualdad de ingresos por género (2018).

El informe revela que en casi todos los países las mujeres deben vencer obstáculos para participar plenamente en la fuerza laboral y obtener la misma remuneración que los hombres. Por ello las mujeres representan solo 38% de la riqueza en capital humano en sus países, definida como el valor de los ingresos futuros de sus ciudadanos adultos, en comparación con 62% de los hombres.

Destaca el análisis que los programas y políticas que facilitan a las mujeres la obtención de empleo, el acceso a infraestructura básica y servicios financieros, así como el control de la tierra, pueden ayudar a lograr la igualdad de género en los ingresos.

En 2019 las mujeres más ricas del mundo representaron 11% de la lista. Se trata de 243 mujeres que son parte del grupo con más de mil millones de dólares, la mayoría gracias a una riqueza heredada.

Desde ir a buscar leña y agua para poder limpiar y cocinar para el hombre, hasta cuidar de las personas más pequeñas o mayores, las mujeres a menudo soportan la carga de un trabajo esencial no remunerado. Cada día las mujeres y niñas de todo el mundo trabajan un total de doce mil 500 millones de horas de forma gratuita, reveló a su vez la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La organización benéfica de ayuda y desarrollo concluyó que “los gobiernos de todo el mundo pueden y deben construir una economía humana que sea feminista y que beneficie a 99%, no solo a 1% de la población”.

El estudio se centra en el impacto que el trabajo de cuidado no remunerado o mal remunerado tiene en las perspectivas y los medios de vida de las mujeres y las niñas en todo el mundo, y cómo esto impulsa la creciente desigualdad.

Empleo y desempleo de la mujer en México

Del total de mujeres de 15 años y más 42.6% está vinculada a la Población Económicamente Activa (PEA) y 57.4% están en la Población No Económicamente Activa (PNEA).

De cada 100 mujeres en la PEA de 15 años y más con al menos un hijo nacido vivo, 36 tienen secundaria completa.

De las mujeres ocupadas que son madres, 26.5% trabajan por cuenta propia.

La tasa de desocupación para las mujeres pasó de 3.7 a 3.2% entre noviembre y diciembre de 2019.

Fuente: Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE)

Mujeres y hombres más ricos del mundo

Francoise Bettencourt Meyers (L’Oreal).

Alice Walton (Walmart).

Jacqueline Mars (Mars).

Yang Huiyan (Inmobiliaria).

Susanne Klatten (BMV).

Bill Gates (Microsoft).

Amancio Ortega (Zara).

Warren Buffett (Berkshire Hathaway).

Carlos Slim Helú (Grupo Carso)

Jeff Bezos (Amazon).

Mark Zuckerberg (Facebook).