Por Félix Fuentes
Las consultas públicas sobre asuntos principales de la nación han registrado tropiezos insuperables y son causantes de las divergencias entre el régimen presidencial y el sector privado.
Cuando era presidente electo el tabasqueño Andrés Manuel López Obrador decidió la primera encuesta y llevarla a cabo entre el 25 y el 28 de octubre de 2018 para definir el rumbo del Nuevo Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (NAIM).
La consulta la organizó un consejo ciudadano de académicos y organizaciones como la Fundación Arturo Rosenblueth. El costo fue de 1.5 millones de pesos reunidos, según se dijo, con aportaciones voluntarias de legisladores… ¡de Morena!
El resultado oficial fue de dos mil 674 votos para ser realizado el NAIM y once mil 506 en contra. Antes de saberse el conteo final se habló de 310 mil 463 participantes.
En otra encuesta de ese tipo, la realizada para la construcción de dos pistas en el aeropuerto de Santa Lucía, fueron dados a conocer estos resultados: “310 mil 463 personas votaron por continuar el aeropuerto de Texcoco y 747 mil votaron a favor de Santa Lucía”.
Los números de los párrafos anteriores fueron y han sido motivo de frases hirientes. Desde 2018 ya se decía que la encuesta del NAIM como era prevista constituía una burla, según el panista Damián Zepeda. La marcha fifí de aquel año recibió candentes agravios.
Sin embargo las encuestas perduran y el pasado fin de semana se realizó una en Mexicali con el propósito de eliminar la planta cervecera de ese lugar, Constellation Brands, valuada en mil 400 millones de dólares. Se argumentó que agota el agua potable de esa comunidad.
Un informe indica que participaron 36 mil 781 personas, pero solo representan 2% de la población de Baja California.
Revés
El poderoso periódico The Wall Street Journal publicó que se recurre a las consultas para cancelar obras como la de Constellation y es “una señal negativa para la inversión extranjera”.
El rotativo británico Financial Times alertó que dicha decisión “es un gran revés para la confianza empresarial en México y se produce cuando la pandemia del coronavirus amenaza con recortar la inversión”.
Dirigentes del sector privado elevaron sus voces para indicar que hay empeño en destruir la confianza de los inversionistas y “la consulta no tiene sustento jurídico”. Lo afirmó Carlos Salazar, quien lidera el Consejo Económico Empresarial de México. Además dirigió duros calificativos al gobierno.
Lo anterior significa que los empresarios rompen relaciones con el gobierno justo cuando se hablaba de grandes inversiones del sector privado y de las cuales está urgida la nación.
Es otro mensaje negativo que incidirá en el ínfimo crecimiento de México y provoca un desplome permanente de nuestra economía.