El Papa Francisco arribó este miércoles bajo una fuerte lluvia al Santuario de Nuestra Señora Aparecida, en el estado brasileño de Sao Paulo, donde millares de peregrinos lo esperaron toda la noche para escuchar la misa que oficiará esta mañana.
Más de 5 mil efectivos custodiarán la seguridad del papa en ésta, su segunda visita al Santuario, aunque la primera desde que asumió como obispo de Roma.
La gigantesca Basílica, que es sólo un poco más pequeño de la de San Pedro, en El Vaticano, estaba rodeada de millares de personas que pasaron la noche en vela y soportando el frío y la lluvia para esperar al Pontífice y recibir su bendición.
Banderitas multicolores se agitaron cuando el helicóptero sobrevoló el Santuario antes de aterrizar en el helipuerto, donde Francisco abordó un “papamóvil” blanco, semicubierto, que lo llevó a la Basílica en medio de los vítores de la multitud.
