MÉXICO VA CON TODO POR LA VACUNA CONTRA COVID-19

Busca altos estándares de seguridad, eficacia y calidad.

CORONAVIRUS-RUSIA VACUNA
AP
Lorena Ríos
Bienestar
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Aunque hay señales alentadoras de que la pandemia mundial de Covid-19 tiene una tendencia al descenso en el número de casos y muertes, México no se confía y participa activamente en los estudios clínicos fase 3 de vacunas que buscan proteger a la población contra la infección del SARS-CoV-2 y que se desarrollan en seis países: Estados Unidos, Reino Unido, Rusia, China, Francia e Italia. Al mismo tiempo impulsa cuatro proyectos para contar con una vacuna de factura nacional.

Al respecto el canciller Marcelo Ebrard, orquestador de las sinergias entre naciones desarrolladas, comunidad científica internacional y nacional que participan en diversos proyectos para encontrar la fórmula que genere inmunidad ante el coronavirus, señala que el objetivo central es crear una vacuna gratuita y de acceso universal, concepción que ha sido expresada y respaldada en la Cumbre del G-20, así como en la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU).

En tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), a cargo de Tedros Adhanom Ghebreyesus, logró sumar a 172 naciones al Servicio Mundial de Vacunas (Covax), que busca garantizar el acceso equitativo a las vacunas contra el nuevo coronavirus.

El Plan Covax es un mecanismo para la compra y el riesgo, de modo que si una fórmula demuestra ser segura y efectiva todos los países adheridos a este mecanismo podrán tener acceso a ella. Hasta el momento se tienen nueve posibles fármacos.

Pero Adhanom Ghebreyesus advirtió que la competencia entre países por adquirir las vacunas en detrimento de un sistema coordinado a escala mundial podría elevar los precios del biológico y aumentar la duración de la pandemia.

El objetivo es entregar al menos dos mil millones de dosis seguras y eficaces para finales de 2021, resaltó.

Inmunización

El gobierno mexicano no espera que la solución de la pandemia por coronavirus llegue del extranjero: la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) adelantó que 19 proyectos científicos mexicanos relacionados con el Covid-19 recibirán financiamiento para acelerar su investigación y desarrollo. Esto será posible mediante un fondo integrado con recursos de la Agencia Mexicana para la Cooperación Internacional y el Desarrollo (Amexcid), de entidades extranjeras y de fundaciones del sector privado.

Esther Orozco Orozco, coordinadora del Consorcio Mexicano de Vacunas y Tratamientos Covid-19 que presentó la SRE, expone que “esta acción anuncia que México utiliza la ciencia y la tecnología para salir a resolver un problema que afecta no solo al país o a América Latina sino al mundo. Es un mensaje de que no hay otra manera de salir adelante si no es con los científicos. Tendremos vacuna mexicana contra el Covid-19”.

La especialista en biología celular indica que la participación conjunta de la comunidad científica y de las empresas es clave para el desarrollo de una vacuna mexicana contra el Covid-19.

“Sabemos que hay otras vacunas que van más adelantadas que las nuestras, pero esto es una inyección de aire fresco”, expresa. La experta acepta que la vacuna mexicana no será la primera que esté lista, pero los esfuerzos ya comenzaron a pavimentar el camino para desarrollarla.

Son cuatro los proyectos para el desarrollo de vacunas y tratamientos médicos para hacer frente a la pandemia: vacuna recombinante del Instituto de Biotecnología de la UNAM y el Cinvestav, vacuna Avimex-IMSS, vacuna ADN del ITESM, Universidad Autónoma de Baja California y el Instituto Politécnico Nacional, y una vacuna con base en péptidos de la Universidad Autónoma de Querétaro en colaboración con el IPN.

De los cuatro proyectos, comenta la investigadora, el más avanzado es la vacuna con base en el virus recombinante de la enfermedad de Newcastle como vector, a cargo de los doctores Bernardo Lozano y Constantino López, con el apoyo de los laboratorios de la empresa Avimex, el IMSS, el Cinvestav y el IPN.

Va a la cabeza el proyecto debido a que el Laboratorio Avimex ya se dedicaba antes de la pandemia a hacer vacunas veterinarias. “Ya tenían toda la plataforma y ahora tienen un nuevo espacio para dedicarlo a las vacunas humanas. Ya las probaron en animales (ratones y cerdos) y están en proceso de entrar en la fase clínica, que se prevé sea en noviembre próximo”, señala Orozco.

El proyecto de vacuna contra el SARS-CoV-2 con base en el despliegue de epítopos en partículas virales recombinantes, que encabeza la doctora Laura Palomares (quien ya desarrolló una vacuna contra el zika), en colaboración con el Instituto de Biotecnología de la UNAM, también se encuentra “avanzado, a punto de entrar en la fase 1”.

En cuanto al proyecto que lidera el doctor Juan Joel Mosqueda, de la Universidad de Querétaro, este trabaja con la evaluación de una quimera recombinante multiepitópica como vacuna contra el Covid-19 y todavía tiene pendiente la prueba en animales, al igual que la iniciativa de la Universidad de Baja California con el Tecnológico de Monterrey (ITESM), que trabaja en el desarrollo e implementación sin fines de lucro de la vacuna de nanoplásmidos npJS19.

En este proyecto Sonia Mayra Pérez Tapia, directora Ejecutiva de la Unidad de Investigación, Desarrollo e Innovación Médica y Biotecnológica (UDIMEB) de la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas (ENCB) del IPN, destaca que una parte de la vacuna se fabricará fuera del país y otra en México, “pero definitivamente los ejercicios preclínicos, los controles analíticos y los ensayos en humanos se desarrollarán aquí”.

La experta en inmunología reconoce que producir una vacuna normalmente lleva en promedio diez años, pero la situación de emergencia obliga al mundo a trabajar en tiempo récord. “Con el apoyo suficiente estoy segura de que el próximo año podríamos tener ya un prototipo vacunal mexicano disponible”, pronostica.

Pérez Tapia explica que todos los medicamentos y los desarrollos vacunales deben cumplir con tres características: calidad, seguridad y eficacia. “La seguridad es lo primero que se evalúa en un producto y las vacunas no son la excepción: deben cumplir con todas las pruebas de seguridad antes de probar su inmunogenicidad en humanos. Así que cuando una vacuna termina de manera óptima sus fases de evaluación y es aprobada por la entidad regulatoria nacional, la población debe tener la certeza y la tranquilidad de que cuenta con un producto seguro, de calidad y que genera protección”.

Cooperación internacional

Representantes de la empresa farmacéutica AstraZeneca y Liomont se reunieron con el titular de la Comisión Federal de Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) para iniciar el proceso de planeación de la producción de la vacuna contra el Covid-19 en México.

“Los equipos de ambas empresas presentaron, en términos generales, lo que será el proceso que se llevará a cabo, así como la participación de cada uno de los actores involucrados en la producción y comercialización de la vacuna, incluyendo a la empresa mAbxience, ubicada en Argentina, que próximamente visitará la autoridad sanitaria mexicana”, indicó en un comunicado.

La vacuna que desarrollan la Universidad de Oxford y AstraZeneca espera recibir el aval de la autoridad reguladora de Estados Unidos, la FDA, entre octubre y noviembre de este año, para después ser avalada por la Cofepris y poder iniciar la aplicación a la población en el primer trimestre de 2021.

En una fase inicial se producirán de 150 a 250 millones de dosis en la planta mAbxience de Grupo Insud en Argentina, mientras que el envasado y exportación se realizará desde la planta de la mexicana Liomont, ubicada en Ocoyoacac, Estado de México, que cuenta con una capacidad de dos a 15 millones de dosis en su división de vacunas. El costo unitario por vacuna que ofrece AstraZeneca va de los cuatro a cinco dólares; actualmente se encuentra en fase 3 de investigación.

Sputnik V

En otro frente México participará con dos mil voluntarios en la fase tres de la vacuna Sputnik V, informa el canciller Ebrard, quien explica que las autoridades rusas se comprometieron a enviar la información técnica y los protocolos de la inyección. Esos datos los analizarán los órganos reguladores y la Secretaría de Salud, apunta.

Dice que al reunirse con Víctor K. Koronelli, embajador de la Federación Rusa, se planteó la posibilidad de que México formara parte de los países donde se realizan las pruebas de la fase tres. El funcionario ruso explicó que para lograr la aprobación del regulador nacional se vacunará a más de 40 mil personas y será supervisada por un organismo extranjero.

La OMS declaró que espera con “impaciencia” analizar los resultados de los ensayos clínicos de la vacuna rusa.

En tanto, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que estaría dispuesto a aplicarse la vacuna de Rusia si se demuestra que es eficaz. “Yo sería el primero en dejarme vacunar, pero tenemos que conocer bien lo que está sucediendo, garantizar que sea algo efectivo”, expresó.

EU, China y Francia

El gobierno mexicano también participa en la fase 3 de vacunas que desarrollan las farmacéuticas Janssen Pharmaceutical, filial de Johnson & Johnson, de Estados Unidos; y las chinas de Cansino Biologics y Walvax Biotechnology, las cuales están interesadas en fabricar el producto en territorio mexicano para su posterior distribución en el mercado de América Latina.

Además México se incorporó al protocolo de investigación de la fase 3 de la vacuna antiCovid-19 que desarrolla la farmacéutica francesa Sanofi-Pasteur, lo cual permitirá al país adquirir conocimiento sobre el antídoto y, de ser el caso, tener acceso temprano a este.

“Para nosotros ahora es la prioridad número uno lo que gira en torno del acceso oportuno de México a las vacunas que, en su caso, tengan éxito”, explica Ebrard.

El gobierno federal cerró además un acuerdo con Italia para que mexicanos participen en los estudios clínicos de la vacuna GRAd-COV2. La sustancia la desarrolla la compañía biomédica ReiThera, cuya sede está cerca de Roma. Ya 90 personas —seleccionadas entre siete mil— fueron inyectadas con la vacuna en el Instituto Nacional de Enfermedades Infecciosas del Hospital Spallanzani, en Roma.

El ministro de Sanidad, Roberto Speranza, informó que se inició la experimentación en humanos de su vacuna contra el Covid-19 con la esperanza de que las dosis puedan estar disponibles para su venta en el primer trimestre de 2021.

Ante este panorama la población en México y el mundo empieza a recuperar la esperanza de encontrar un escudo que la proteja contra el enemigo invisible, que en algunos casos resulta mortal. Tienen la confianza de retornar a sus centros de trabajo y negocios con todas las medidas de higiene y, además, con la tranquilidad de que pronto recuperarán la estabilidad económica, la vida laboral, escolar y social.

Siete iniciativas

El Consorcio Mexicano de Vacunas y Tratamientos Covid-19 seleccionó siete iniciativas científicas del Cinvestav.

Las líneas de investigación seleccionadas corresponden a tres tipos de aplicaciones: profilácticas, diagnósticas y terapéuticas.

En el área profiláctica figura el proyecto Evaluación de vacunas contra el SARS-CoV-2 ante protocolos de inmunización para obtener respuesta inmunitaria en las mucosas nasal, bucal, bronquial y vaginal, que lidera Marco Antonio Vega López, investigador del Departamento de Infectómica y Patogénesis Molecular de este centro.

En las aplicaciones diagnósticas se seleccionó el proyecto denominado Prueba serológica rápida, barata y de alta sensibilidad para detectar IgG contra SARS-CoV-2 usando nanopartículas magnéticas y microfluídica, propuesta por Gabriel Caballero Robledo, de la Unidad Monterrey. Es una alternativa de detección rápida que podría emplearse en clínicas móviles o en empresas, mediante un dispositivo de tamaño similar a una moneda.

Dentro de la misma categoría se eligió la propuesta Técnica de detección de SARS-CoV-2 en sitio, basada en RT-LAMP y producción de antígenos vacunales, que desarrolla Beatriz Xoconostle Cázares, del Departamento de Biotecnología y Bioingeniería. En este caso se busca hacer una detección in situ del nuevo coronavirus con respuesta en un lapso de 15 a 45 minutos.

Además se optó por el trabajo sobre aptámeros de ADN para la detección rápida de SARS-CoV-2 en el que Luis Marat Álvarez Salas, adscrito al Departamento de Genética y Biología Molecular, utiliza tecnologías usadas previamente para la detección del virus del papiloma humano y que pueden ser útiles en pruebas rápidas de Covid-19.

También se anunció el apoyo al proyecto Detección de Covid-19 en el binomio madre-hijo en mujeres lactantes, de Jaime García Mena, del Departamento de Genética y Biología Molecular, cuyo trabajo se concentra en el análisis de microbiota en la leche materna.

Para el caso de las aplicaciones terapéuticas se seleccionó la línea de investigación sobre Análisis preclínico de ADAM17 e IGF1 como alternativas terapéuticas en el daño pulmonar agudo de pacientes con alto riesgo de Covid-19, propuesta por Michael Schnoor, del Departamento de Biomedicina Molecular, y el proyecto que busca la Purificación del dominio de unión a ligando (RBD) de la proteína spike del SARS-CoV-2 recombinante optimizado para mayor solubilidad, cuyo titular es Édgar Morales Ríos, del Departamento de Bioquímica.