El avance de la vacunación contra el SARS-CoV-2 está dando frutos: no solo protege a la gente frente al coronavirus sino que también sirve de escudo protector a favor de la generación de la riqueza mundial, pues ya hay una visible recuperación.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), en sus Perspectivas económicas que presentó el pasado 31 de mayo, reajustó en dos décimas al alza el PIB global previsto para este año, ubicándolo en 5.8 por ciento.
El tirón puede ser aún mayúsculo partiendo de que se atraviesa el segundo trimestre del año ya que generalmente tanto el tercero como el cuarto trimestre suelen tener una actividad económica más intensa.
Para José Ángel Gurría, exsecretario general de la OCDE desde el pasado 1 de junio tras 15 años de presidir al organismo con sede en París, la pandemia es el “enemigo prioritario” que se tiene enfrente y hay que luchar contra él acelerando el ritmo de las inmunizaciones.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoce que hasta el momento se han administrado mil 900 millones de dosis antiCovid y que si bien se avanza de manera dispareja en los suministros de los diversos sueros disponibles en el mercado, esos viales traen luz de esperanza para una humanidad urgida por recuperar —más pronto que tarde— su vuelta a la normalidad.
Esas vacunas dan alivio y confianza, señala la OCDE convencida de sus buenos resultados sin pasar por alto que el rebote es desigual en los países, lo que hará más difícil para algunos retornar a los niveles prepandemia.
Antes de que la alarma sanitaria en Wuhan, China (diciembre de 2019), trascendiera a pandemia (declarada oficialmente el 11 de marzo de 2020) el PIB mundial creció 2.9%, presionado a la baja por la intensa guerra comercial arancelaria y de sanciones entre Estados Unidos y China.
La irrupción de la pandemia, con su rápida propagación, cambió todo el panorama, empeorándolo todavía más con una debacle nunca antes vista: una contracción de 3.3% en 2020, según datos del Fondo Monetario Internacional (FMI).
El reto ahora es crecer y retornar a los niveles prepandemia. Álvaro Santos, director del Departamento de Economía de la OCDE, afirma que hay países como China, Corea, Estados Unidos y Turquía que ya vislumbran los niveles de PIB per cápita previos al año pasado.
“Hay optimismo, sí, porque las previsiones mundiales para 2021 son cercanas a 6% de crecimiento. Tenemos, por ejemplo, a Estados Unidos con un PIB previsto de 6.9 y casi 7%. Y la eurozona con estimaciones de un PIB de 4.3%. Esto es, en general las grandes economías crecerán”, matiza el experto.
El billonario plan de estímulos y el plan de infraestructura propuesto por Joe Biden, presidente de EU, por 1.9 y dos billones de dólares, respectivamente, resultó un bálsamo para el grueso de los países integrantes del llamado Grupo de los 20 (G-20), que aglutina 85% del PIB global.
Muchas son economías con profundos vínculos comerciales, económicos y de inversión con la Unión Americana. Y de este tirón México saldrá muy beneficiado.
A principios de 2021 la OCDE estimó que el PIB de EU rondaría 6.5%, el país azteca lograría un crecimiento económico de 4.5% y Canadá de 4.7%. Sin embargo en su más reciente reajuste del pasado 31 de mayo este llamado club de los países desarrollados corrigió sus predicciones al alza: para EU prevé un PIB de 6.9%, lo que jalará hacia arriba el PIB de México rumbo a 5% y el de Canadá cercano a 5.4 por ciento.
¿Habrá una recuperación en V en el crecimiento mundial? El rebote será mucho mayor (de 5.8%) al logrado en 2019 en nivel prepandemia (2.9%), pero el reto será sostener ese rápido repunte en el tiempo.
Para comenzar, según Santos, ese rebote será desigual: los países saldrán cada uno a distintas velocidades, unos más rápido que otros en el tiempo, lo que tendrá sus consecuencias.
“Habrá repercusiones negativas. La incertidumbre seguirá siendo elevada, pero los riesgos al alza y a la baja están más equilibrados. Ahora bien, para lograr una recuperación mundial sólida y sostenible hay que vacunar a nivel internacional, así como focalizar el apoyo fiscal durante la transición y planificar marcos fiscales claros, eficaces y sostenibles a medio plazo”, subraya el economista.
El riesgo de salir de la pandemia a diferentes velocidades repercutirá en las brechas de desigualdad profundizándolas, al igual que la miseria; y muy seguramente ensanchará la economía informal, convertida en reducto para miles de afectados por la pandemia.
¿Cuánto durará el rebote? La respuesta sigue siendo incierta porque depende del resultado de las inmunizaciones y del efecto de los planes de estímulos y de su impacto en la economía real en las naciones que los implementan.
“Algunos países se recuperan mucho más rápido que otros. Corea y Estados Unidos retornan a los niveles de vida anteriores a la pandemia unos 18 meses después. Se espera que gran parte de Europa tarde casi tres años en recuperarse. Y en el caso de México y Sudáfrica podrían ser entre tres y cinco años”, de acuerdo con el informe de la OCDE.
Para el próximo año las previsiones son de un crecimiento cercano a 4.4%, siempre y cuando el entorno actual siga relajándose, vuelva fuerte el consumo, las fronteras se abran y las inmunizaciones aceleren su ritmo.
“A finales de 2022 el ingreso mundial todavía seguirá siendo casi tres billones de dólares inferior a lo previsto antes de la crisis. Tres billones de dólares equivalen aproximadamente al tamaño de la economía francesa”, recoge el documento.
La OCDE indica que a mayor población vacunada más rápido habrá empleo y cita a EU, que empezó a recontratar gente para el sector turismo, el cual ya calienta motores de cara a un verano en el que diversas medidas pueden permitir que la gente vacunada viaje y también la gente que ya pasó la enfermedad y aquella que pueda presentar una PCR negativa.
La Unión Europea (UE) recién presentó su Certificado Verde Digital que estará operativo a partir del 1 de julio; a lo largo de estos días se realizarán pruebas piloto entre los 27 países integrantes para constatar que la descarga del código QR suceda sin problema.
México: viento de cola
La economía azteca muestra un mayor dinamismo de lo esperado. Entrevistado al respecto por Vértigo Alberto González, economista en jefe de la sección de México y de Costa Rica en la OCDE, explica desde París los factores positivos que impulsan el auge.
“Nuestras proyecciones son más optimistas para México: por un lado sus exportaciones se muestran muy dinámicas, están a niveles por encima de lo que se observaba antes de la pandemia, y está siendo muy importante la recuperación robusta en Estados Unidos. Digamos que es un viento de cola muy importante para México”. Y, por otro lado, “también las exportaciones al resto de países están comportándose relativamente bien”, expresa con precisión.
En la óptica de González México le saca partido a su gran integración en el comercio internacional al tiempo que, añade, hay otro factor impulsor de esta recuperación económica a favor del país azteca, como lo es la situación sociosanitaria que pasó de un repunte del coronavirus a inicios de enero para entrar en una fase decreciente en marzo.
A México, comenta el economista, le favorece el avance de las vacunas. Hasta el momento los contratos adquiridos por las autoridades sanitarias mexicanas para la compra de la vacuna antiCovid son los siguientes: 34.4 millones de dosis con Pfizer (EU); 79.4 millones con AstraZeneca (Reino Unido); con CanSino, 35 millones (China); con Sputnik V (Rusia) 24 millones, y con CoronoVac (China) un total de diez millones.
A la fecha se inocularon 18.3 millones de viales, primordialmente a personas mayores de 60 años, mientras que la cifra de fallecidos ronda los 218 mil muertos, con más de dos millones de contagios en una población que supera los 127 millones de personas; la urgencia pasa por volver a los trabajos y actividades cotidianas.
—Dentro de los países de la OCDE México es uno de los que implementan casi nulos programas de estímulos…
—Sin duda. México no ha hecho programas de apoyo directo tan grandes como otras economías de la OCDE e incluso de la región. Es cierto que México tiene, digamos, espacio fiscal en comparación con otras economías. Por ejemplo, en términos de recaudación está por debajo de sus pares regionales y eso limita un poco su capacidad de reacción. Pero sí creemos que hay algo de espacio fiscal para hacer algo más: es un buen momento para fortalecer la recuperación.
Antes de la pandemia, recuerda el especialista, la economía azteca traía cierta prudencia en sus cuentas fiscales “y tiene un buen manejo de la deuda pública; eso hace que tenga un acceso al mercado de capitales y el año pasado los ingresos tributarios se mostraron sorprendentemente resilientes, no cayeron tanto como se esperaba que cayeran. Y fue gracias a los esfuerzos contra la evasión fiscal”.
Para la OCDE México tiene todavía espacio para dar un apoyo fiscal que debería focalizar en las empresas y en los trabajadores que han sido más directamente afectados por la pandemia.
—¿Cree que se ha mantenido cierto grado de confianza por parte de los inversores hacia México o se le ha castigado severamente como a otras economías latinoamericanas? El peso sigue muy presionado por el dólar y el euro.
—Lógicamente México es una economía muy abierta y está sujeta a todas estas volatilidades financieras, pero vemos que hasta el momento lo maneja bastante bien. Ha habido un momento difícil en cuanto a los flujos de capitales en la primavera pasada, pero el banco central reaccionó rápidamente, lanzó un programa masivo de disponibilidad de pesos y de dólares y se consiguió atajar ese episodio de volatilidad.
González sostiene que hay confianza en México por parte de los mercados internacionales: “Hemos visto cómo otras economías latinoamericanas salen perjudicadas con sus ratings en las últimas semanas, pero para México se confirman las perspectivas. Es resultado de que antes de la pandemia venía con una prudencia fiscal y el banco central tiene una buena reputación: ha conseguido anclar de manera consistente las expectativas de inflación y mantiene un tipo de cambio flexible. Toda esa estabilidad macroeconómica es muy bien valorada”.
—Es decir, que México durante años ha hecho la tarea y no llegó tan mal a la pandemia como otros países, digamos comparado con España, que cayó más de 12% y recibe grandes cantidades de dinero de la Unión Europea…
—México, en términos de estabilidad macroeconómica, mantiene una gran robustez de su política económica; las lecciones se aprendieron con relación a décadas pasadas. Algo importante es que su integración al mercado internacional, sobre todo en las manufacturas, le ayuda a que esa caída del PIB se revierta; le beneficia la recuperación de Estados Unidos y de Canadá; y es que México está muy integrado a las cadenas de valor.
En cuanto a las elecciones de este 6 de junio, en la visión de la OCDE el resultado no afectará para nada el actual curso de la política económica y no se espera ningún tipo de efecto. “El factor político está allí, pero no lo vemos como un elemento muy determinante para nuestros pronósticos; no esperamos que vayan a suceder grandes cambios en cuanto a políticas económicas independientemente del resultado; no lo vemos como un riesgo en absoluto”, asegura.
RECUADROS
Reajusta la OCDE al alza el PIB mundial
Países PIB estimado / Marzo de 2021 PIB estimado / Mayo de 2021
Mundo 5.6% 5.8%
India 12.6% 9.9%
China 7.8% 8.5%
EU 6.5% 6.9%
Turquía 5.9% 5.7%
Francia 5.9% 5.8%
España 5.7% 5.9%
Reino Unido 5.1% 7.2%
Indonesia 4.8% 4.7%
Canadá 4.7% 6.1%
Argentina 4.6% 6.1%
México 4.5% 5.0%
Australia 4.5% 5.1%
Italia 4.1% 4.5%
Brasil 3.7% 3.7%
Corea del Sur 3.3% 3.8%
Fuente: Perspectivas económicas de la OCDE
Gurría deja la OCDE y vuelve a México
El economista mexicano José Ángel Gurría dejó de presidir la OCDE desde el pasado 1 de junio tras 15 años de ser su secretario general. Lo sustituye el australiano Mathias Cormann.
Vértigo tuvo oportunidad de hablar con él en exclusiva justo el día en que se encontraba en el Palacio del Elíseo para recibir de manos del presidente de Francia, Emmanuel Macron, la máxima condecoración que concede el gobierno francés.
Gurría externó un mensaje a favor de vencer rápidamente a la pandemia, pero también de que el mundo se prepare para afrontar una gran responsabilidad intergeneracional a favor de proteger el planeta.
Una de las propuestas que deja casi a punto de ser aprobada por consenso mundial tiene que ver con la tasa GAFA (Google, Amazon, Facebook y Apple), que consiste en gravar en cada país las ganancias de las multinacionales digitales y de la tecnología. La OCDE le llama Impuesto Mínimo Global, que cuenta con la aprobación del presidente Joe Biden y está a meses de ser aprobado por todas las naciones.