MÉXICO: POTENCIAL PARA PRODUCIR HIDRÓGENO VERDE

Se considera un combustible limpio que puede suponer la disminución significativa de Gases de Efecto Invernadero con beneficios reales a nivel económico y ambiental.

Hydrogen car concept - 3d rendering
Martha Mejía
Bienestar
Share

De acuerdo con el Consejo Mundial del Hidrógeno son cuatro las condiciones necesarias para lograr la descarbonización: mejorar la eficacia energética, desarrollar fuentes de energías renovables, optar por fuentes de baja o nula huella de carbón e implementar sistemas de captura de carbono.

Por ello el hidrógeno verde se distingue como la solución ecológica para las industrias más contaminantes, además de ser una respuesta efectiva para frenar el cambio climático.

¿Qué es?

“Se trata del primer elemento de la tabla periódica, el más abundante en el Universo. Tiene un par de particularidades. La primera es que no se encuentra solo: usualmente está compuesto por otros elementos; por ejemplo, en el agua se combina con el oxígeno. La segunda es que no se considera una fuente primaria de energía, es decir, se trata de un vector energético porque puede almacenar energía, se puede licuar o gasificar”, explica Israel Hurtado, fundador de la Asociación Mexicana de Hidrógeno.

También existen diferentes colores del hidrógeno, de acuerdo con su origen o proceso de obtención.

“En el caso del hidrógeno verde, este se obtiene al descomponer la molécula del agua: se separan los átomos de oxígeno y el átomo de hidrógeno y lo capturan. Este proceso se llama electrólisis. Es un proceso electroquímico”, puntualiza el experto.

Para hacer la descomposición de la molécula del agua, agrega Hurtado, “se utilizan electrolizadores, que funcionan con electricidad; si la electricidad proviene de una central renovable, ya sea solar, eólica o geotérmica, entonces el hidrógeno se considera verde porque en todo su proceso no existió ninguna emisión de CO2 en la atmósfera. También depende si provino o no de algún otro elemento combustible fósil”.

Por ejemplo, explica, hay hidrógeno gris, que se obtiene al descomponer la molécula del metano, pero este sí proviene del gas natural, es decir, de combustible fósil. Por ello ese hidrógeno no se considera limpio. La diferencia es que el gris proviene del metano y el gas natural, mientras que el verde viene del agua y en su proceso de producción no se emite ninguna contaminación a la atmósfera.

Potencial

La Agencia Alemana de Cooperación Internacional (GIZ) calcula que si en México se dan los incentivos y políticas públicas adecuadas, además de las condiciones favorables para la adopción de la industria, se podrían desplegar más de 670 Megawatts de electrólisis para 2030.

La GIZ también estima que las empresas productivas del Estado pueden llegar a demandar anualmente casi una tonelada de hidrógeno verde, que representa unos mil 300 millones de dólares para refinerías, producción de combustibles, gasoductos y generación eléctrica.

Mientras, en el sector privado industrias como la minera, la acerera, la cementera y la química, entre otras, ocuparán casi 600 toneladas de hidrógeno verde al año, es decir, alrededor de 700 millones de dólares.

“Atrás quedó el uso de combustibles fósiles, principalmente carbón, petróleo y gas, que originan alrededor de 4.5 millones de muertes anuales en todo el mundo y generan pérdidas económicas estimadas en 2.9 billones de dólares, lo que equivale a aproximadamente 3.3% del PIB mundial”, indica José Navarro Meneses, director general de Tarsus México.

Señala que el hidrógeno verde también permitirá descarbonizar el transporte, la industria y la actividad humana. “Es un combustible limpio que puede suponer la reducción significativa de la emisión de Gases de Efecto Invernadero (GEI) con beneficios reales a nivel económico y ambiental. Por ejemplo, en un esquema con base en la movilidad, el hidrógeno permitirá evitar el alto consumo e importación de gasolinas. Asimismo, la dependencia del gas natural podría disminuir si se aprovecha al máximo la generación de electricidad con este elemento”.

Tendencia mundial

A nivel global, indica Israel Hurtado, en algunos países ya se realizan mezclas de hidrógeno verde con gas natural. A este proceso se le llama blending. “Estas pruebas piloto se hacen para mezclar hidrógeno de manera natural y llevar estos combustibles, por ejemplo, a una casa para hacer funcionar un calentador o una estufa. Y para todo lo demás que se utiliza el gas natural”, comenta.

Indica que esta mezcla justamente se realiza para descarbonizar al gas natural, es decir, “al final aunque el gas natural es un fósil y es menos contaminante que otros, como el carbón o el combustóleo, al final es contaminante. Lo que se busca es reducir la emisión de CO2 a través del gas natural y una de las soluciones que se ha encontrado es mezclarlo con el hidrógeno verde. A este proceso se le está apostando”.

Actualmente se construyen plantas productoras de hidrógeno verde en países como España y Chile, “en tanto que Alemania, Corea del Sur, China, Francia, Estados Unidos y Canadá centran su atención en este elemento como fuente energética”, indica por su lado Navarro Meneses.

Al respecto, Hurtado hace hincapié en que México tiene tanto potencial como Chile o incluso mayor respecto de la producción de este elemento. “Esto por las propias características del país, como el tamaño geográfico, la población y la industria, además de tener como país vecino a Estados Unidos, que es altamente intensivo en consumo de energía y puede ser un buen comprador de hidrógeno”, dice.

Guadalupe Ramos, presidente de la Sociedad Mexicana del Hidrógeno, agrega que en tanto no se defina una regulación en la materia el desarrollo no puede detenerse.

Por ello, dice, “no podemos esperar a que nos den permiso de hacerlo porque en realidad hay muchas actividades en las que no necesitamos autorización para estudiar el hidrógeno y para utilizarlo: tenemos que demostrar que las cosas funcionan y en ese momento la regulación nos abrirá un camino más amplio”.

En la senda

De acuerdo con los especialistas México vislumbra un gran futuro en materia de hidrógeno verde por todo el potencial que tiene en energías renovables, principalmente en la parte solar y eólica, y en la medida en que se genere un marco normativo y regulatorio que las promueva, que se brinden incentivos adecuados y se impulse el desarrollo tecnológico, detonará su producción, además de que todo lo anterior se alinea con el hecho de cumplir con medidas ambientales y objetivos de sustentabilidad energética, lo que es un reto para todas las empresas.

“México no puede quedarse atrás. Necesita transitar hacia la economía del hidrógeno y aprovechar su potencial en energías renovables para impactar positivamente en materia de inversiones, creación de empleos e ingresos por exportación”, finaliza Navarro Meneses.

×