COVID-19: MUERTES EN EXCESO Y ORFANDAD PUDIERON EVITARSE

“De 2018 a 2022 el gasto promedio por persona en salud aumentó 37.5 por ciento”.

COVID 19
Lorena Ríos
Bienestar
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A casi un año de haberse declarado el fin de la emergencia sanitaria los expertos señalan tres errores fundamentales: subestimación de la gravedad del virus; centralización y personalización de las decisiones; y la política de austeridad.

México sufrió una desafortunada combinación de desventajas estructurales frente a la crisis sanitaria por el Covid-19, con graves y repetidas fallas de liderazgo y gestión de la pandemia: en conjunto, estas configuraron un escenario devastador, en el que a las seculares desigualdades sociales y debilidades institucionales se sumaron decisiones gubernamentales que lejos de contenerlas las agudizaron, indicó la Comisión Independiente de Investigación sobre la Pandemia de Covid-19 en México.

A un año de haberse declarado el fin de la emergencia sanitaria (9 de mayo de 2023) los expertos señalan tres errores fundamentales, que incluyen la subestimación de la gravedad del virus; la centralización y personalización de las decisiones; y la política de austeridad.

El epidemiólogo Jaime Sepúlveda, coordinador del estudio, destacó que de las más de 800 mil muertes en exceso por la infección de coronavirus cuatro de cada diez ocurrieron por fallas en el manejo de la crisis, lo cual dejó en evidencia que se pudieron evitar cerca de 300 mil decesos durante la emergencia sanitaria, que causó más de 200 mil huérfanos de madre o padre, cifra por arriba de países como India, Colombia, Brasil y Estados Unidos.

Detalles

Dicha Comisión Independiente realizó un arduo trabajo pro bono de reconocidos especialistas en distintos campos de conocimiento coordinados por Sepúlveda. Las conclusiones del informe deben ser conocidas y ampliamente discutidas. Como subrayan los expertos, es necesario “aprender para no repetir, evaluar para entender y recomendar para hacer a México más fuerte y resiliente”.

Las consecuencias de la pandemia en México pudieron ser diferentes, señaló la investigación. Destacó que un modelo estadístico con base en datos de muertes en exceso de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y considerando múltiples factores “estructurales” (prevalencia de enfermedades crónicas entre la población, gastos de salud, calidad del sistema de salud, tamaño de la economía informal, urbanización, niveles de desarrollo económico y estructura demográfica, entre otros) indicó que al menos 37% de las muertes en exceso en México no son atribuibles a las condiciones del país prepandemia.

Esto representa cerca de 300 mil muertes durante toda la emergencia sanitaria, respecto de las 808 mil muertes en exceso totales.

¿Quién no recuerda la frase “Quédate en casa” o la afirmación de que no era necesario el uso de cubrebocas? Estas acciones provocaron que miles de pacientes llegaran tarde a los servicios médicos; 60% de las personas infectadas terminaron en consultorios y farmacias privadas; más de 40% de las personas hospitalizadas perdieron la vida, frente a 10 o 15% en otros países.

Durante la pandemia se registraron cuatro mil 843 muertes del personal de salud por Covid-19, la cifra más alta registrada en todo el continente americano. El informe recordó que las autoridades negaron la vacunación prioritaria a médicos y enfermeras del sector privado.

En 2020 y 2021 el número de muertes entre personas de 35 a 44 años aumentó 47% en comparación con 2019. Para el grupo de 45 a 54 años, el aumento fue de 70%. En comparación con el mundo, muchos adultos jóvenes perdieron la vida.

Además, se registró una reducción en la esperanza de vida entre 2019 y 2021 de cuatro a 4.6 años en México. Esto significa un regreso a niveles de esperanza de vida de hace aproximadamente 30 años. Y es 2.4 veces más alta que la mundial. Asimismo, 95% de los fallecidos murió en soledad.

La zona centro del país fue el epicentro de la epidemia. La Ciudad de México, Tlaxcala, Estado de México y Puebla encabezan la lista en porcentaje de muertes en exceso. La segunda ola, con pico en enero de 2021, fue la más mortal de toda la emergencia. Tan solo en diciembre de 2020 y enero de 2021 ocurrieron más de 152 mil muertes en exceso.

Economía

El estudio reveló que durante el primer año de pandemia cerraron un millón de negocios en forma definitiva; 10.6 millones de mexicanos perdieron el empleo; más de seis millones abandonaron la clase media; y el PIB presentó un descenso de 8.7%. Su recuperación tardó 31 meses, una de las más lentas en América Latina.

De 2018 a 2022 el gasto promedio por persona en salud aumentó en 37.5% en términos reales. Y en el sector de la población más pobre el gasto de los hogares en salud se incrementó 74% en ese mismo periodo.

La migración de las personas en busca de atención médica del área pública a la privada, especialmente en el primer nivel de atención, refleja el deterioro provocado por la austeridad presupuestal a la que se sometió a las instituciones públicas, más la disrupción causada por las reformas gubernamentales. Sin inversión en las capacidades e instituciones estatales, la política social con base en transferencias directas auspicia un proceso de privatización de facto.

Educación

Al iniciar la pandemia había 30.1 millones de alumnos matriculados en el sistema de educación básica y media superior (modalidad escolarizada); al salir de la emergencia se redujo a 28.8 millones (4.2% menos). Se registraron además pérdidas significativas en el aprendizaje: aumentó el nivel de dominio insuficiente y, excepto en el dominio básico de lenguaje y comunicación en secundaria, se redujeron drásticamente los niveles de dominio básico, satisfactorio y sobresaliente en primaria del país.

Según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) solo ocho de 210 países mantuvieron un cierre total de escuelas tan prolongado como el de México (53 semanas), que se traducen en fuertes disrupciones en el aprendizaje, profundización de las desigualdades y daños notables en el bienestar emocional, la salud mental y los vínculos socioafectivos de los niños y jóvenes.

Salud mental

A través de un video la doctora en Sicología María Elena Medina-Mora, quien también participó en el estudio, comentó que lo que se aprendió con la pandemia es que el impacto en el bienestar y en la salud mental evolucionó en dos sentidos: primero, en los síntomas que inician con ansiedad y estrés; y, segundo, en las manifestaciones graves, enfermedades mucho más severas que se sumaron a los trastornos crónicos.

“Cuando empezamos a ver muchas pérdidas, se asoció un malestar general que puede identificarse en escalones o etapas. Empezó con tener problemas de sueño, problemas de irritabilidad, de desesperanza, y con sentimientos que impedían tener un funcionamiento normal. Después surgieron trastornos como depresión, estrés postraumático y ansiedad”, explicó la especialista.

De acuerdo con ella existen brechas en la atención sicológica entre las que se encuentran: que solo 20% de las personas que necesitan atención la reciben y la baja inversión en el gasto de salud; además, no hay suficiente personal, existen 3.68 siquiatras por cada 100 mil habitantes en México. Añadió que para atender estos problemas es necesario generar resiliencia, promover la cobertura universal de salud y la seguridad sanitaria.

En el estudio también participaron la doctora Carol Hedilman en el tema de comunicación; Enrique Cárdenas en el tema económico; Julio Frenk respecto de retos del sistema de salud; y Julia Carabias en el tema ambiental.