Investigaciones del Instituto de Neurobiología de la UNAM advierten que plaguicidas como el glifosato y la atrazina, ampliamente usados en la agricultura, pueden causar daños neurológicos relacionados con el Parkinson, el autismo y trastornos de ansiedad.
Verónica Mireya Rodríguez Córdova, responsable del estudio, ha comprobado en modelos animales alteraciones en el comportamiento, pérdida de memoria y daños en neurotransmisores tras exposiciones prolongadas a bajas dosis. Además, halló diferencias entre hembras y machos, lo que sugiere efectos hormonales diferenciados.
Estas sustancias llegan a los seres humanos a través de alimentos, aire y agua contaminada. El glifosato, el más usado a nivel mundial, está asociado con la pérdida de biodiversidad; la atrazina, prohibida en varios países, aún se aplica en cultivos como maíz y caña en México.
Los hallazgos subrayan la urgencia de revisar el uso de estos químicos por sus riesgos a la salud y al medio ambiente.