El reto de una agricultura regenerativa en México

“No hay seguridad alimentaria sin sostenibilidad. Y no hay sostenibilidad sin agricultores empoderados”, advierte la FAO

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Cortesía Grupo Herdez
Martha Mejía
Bienestar
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En un momento en que el cambio climático y la degradación ambiental exigen replantear la forma en que producimos nuestros alimentos, el campo mexicano se convierte en un escenario clave para la transformación. Grupo Herdez, una de las compañías alimentarias más emblemáticas del país, ha dado un paso importante al integrar prácticas de agricultura sustentable y regenerativa en su cadena de suministro, apostando por un modelo más resiliente, justo y respetuoso con los ecosistemas.

Actualmente, más de 3 mil 800 productores mexicanos —en su mayoría pequeñas y medianas empresas— abastecen de materias primas agrícolas y apícolas a la empresa. De ese total, cerca del 58% están integrados al Programa de Agricultura Sustentable y Regenerativa (PASyR), una iniciativa que busca no solo mejorar la calidad de los cultivos, sino también reducir el impacto ambiental de la actividad agrícola.

Los resultados son alentadores. En más de 8 mil hectáreas se han aplicado técnicas como el uso eficiente del agua —con reducciones de hasta 60% en su consumo—, rotación de cultivos, conservación del suelo y biodiversidad, y una mejora del 11% en la productividad de alimentos básicos como tomate, maíz y cebolla. Además, los agricultores han logrado reducir costos operativos mediante el uso racional de insumos, como fertilizantes y plaguicidas, y generar productos con menor huella ecológica.

Uno de los avances más significativos es la implementación del programa Cosechas Regenerativas en cultivos de trigo, que en 2024 abarcó unas 3 mil 400 hectáreas y logró una reducción de hasta 6.5% en emisiones de CO2 por hectárea. Esto ha sido posible mediante la práctica de cero labranza, sistemas de riego por goteo y una estrategia de fertilización conocida como 4R —que promueve el uso del fertilizante correcto, en la dosis adecuada, en el momento y lugar indicados—.

Este enfoque, que combina innovación técnica con conocimiento agroecológico, está alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, especialmente en lo relacionado con seguridad alimentaria, trabajo digno, consumo responsable y protección de los ecosistemas terrestres. Más allá del discurso corporativo, estas acciones muestran que es posible generar valor económico y social a partir de una relación más equilibrada con la tierra.

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Cortesía Grupo Herdez

En un mercado cada vez más exigente con la trazabilidad y el impacto ambiental de lo que consumimos, la transición hacia una agricultura regenerativa no es solo una estrategia de sostenibilidad empresarial: es una necesidad urgente para garantizar el futuro del campo mexicano y la soberanía alimentaria del país. El desafío ahora es escalar estas prácticas y demostrar que una producción responsable puede ir de la mano con la competitividad y la justicia social.

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