ESTUFAS ECOLÓGICAS: UNA RECETA CONTRA EL CAMBIO CLIMÁTICO

“Conservar el fuego sin destruir el bosque es un acto de equilibrio”.

Estufas ecológicas
Bienestar
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Respirar limpio no debería ser un lujo, pero en muchas comunidades rurales representa una deuda ambiental y social que por fin comienza a saldarse.

En muchas cocinas rurales de México el fuego nunca se apaga del todo: la leña arde desde temprano, llenando el aire de humo y cubriendo las paredes de hollín. Cocinar ahí significa también respirar combustión.

Sin embargo, en comunidades como la de Santa María de los Ángeles este escenario empieza a cambiar con la instalación de estufas Patsari —una alternativa ecológica y segura al fogón tradicional—: las familias comienzan a respirar mejor.

Recientemente la organización ECOLIFE Conservation celebró la construcción de su estufa número 16 mil en Tlalpujahua y durante una visita a la comunidad fue posible observar de cerca cómo estas estufas transforman la vida cotidiana en los hogares.

“Antes el humo se quedaba adentro de la casa. Nos ardían los ojos, la garganta y no podíamos respirar bien. Ahora todo sale por la chimenea y la diferencia se siente”, señala Elizabeth Salazar García, beneficiaria del proyecto.

Para ella la estufa Patsari no solo significa comodidad, sino un verdadero respiro.

Ecotecnología

La estufa Patsari —palabra purépecha que significa “Cuidador”— fue diseñada por el Grupo Interdisciplinario de Tecnología Rural Apropiada (GIRA) en colaboración con la UNAM. Su estructura cerrada, hecha con ladrillos, barro y comales de hierro, permite cocinar con leña sin que el humo se acumule en el interior del hogar.

Desde 2017 el modelo ha sido adoptado por ECOLIFE como parte de su programa Tsasú, que trabaja en comunidades rurales del centro del país. En palabras de Adrián Catana García, coordinador estratégico del proyecto, “la Patsari es una alternativa segura, saludable y eficiente al fogón tradicional, pues puede reducir hasta 50% del consumo de leña y eliminar 90% del humo dentro de las casas”.

Cada estufa se construye con materiales locales y una estructura simple, pero robusta. Su costo aproximado es de cinco mil pesos, aunque gracias al modelo solidario de ECOLIFE las familias beneficiarias solo aportan una pequeña cuota de recuperación. El proceso de instalación toma alrededor de una hora y media.

El impacto es inmediato. Elizabeth, quien cocina para su familia todos los días, indica que solía gastar entre 20 y 23 kilos de leña diarios. “Una camioneta nos la trae, nos costaba hasta mil 200 pesos y no nos duraba ni tres semanas. Ahora usamos mucho menos y la comida se hace igual de bien”, dice.

El proceso para recibir una Patsari es sencillo, pero riguroso. Las viviendas deben contar con un techo (láminas) en buen estado, paredes no flamables y una base firme para la instalación. El proyecto está abierto a quienes cumplan con estos requisitos y vivan dentro de las zonas de trabajo.

“Cada estufa representa una vida mejor. No es solo infraestructura, es dignidad”, afirma Catana García. Señala que el diseño evita accidentes, conserva el calor y mejora la seguridad.

“Incluso después de apagada la Patsari mantiene el calor por un par de horas, ideal para climas fríos como los de Tlalpujahua”, puntualiza.

Salud: el cambio más profundo

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS) cocinar con leña en espacios cerrados equivale a fumar una cajetilla de cigarros diaria. Las enfermedades respiratorias, infecciones oculares y hasta complicaciones cardiovasculares son comunes entre quienes conviven con el humo todos los días.

Magda Karina Salazar, médico del Centro de Salud de Santa María, lo explica con claridad: “Muchos piensan que por vivir en zonas boscosas el aire es limpio, pero la contaminación dentro de casa por la leña es invisible y muy dañina. La Patsari reduce esa exposición. Es una medida de salud pública, no solo de cocina”.

María Luisa Mendiola Cruz, otra de las beneficiarias y quien lleva tres años cocinando con una Patsari, comparte su experiencia: “Ya no me arde la garganta ni tengo que limpiar todo el tizne que se pegaba en las paredes. Mi familia está más tranquila y hasta podemos comer juntos en la cocina sin tanto calor ni humo”.

En palabras de quienes la usan, la Patsari es sinónimo de dignidad. Representa una mejora concreta en su día a día, pero también un símbolo de que las soluciones apropiadas, pensadas desde el conocimiento local y la tecnología adecuada, pueden cambiar realidades complejas.

Actualmente ECOLIFE trabaja en Michoacán, Querétaro y Estado de México instalando unas 150 estufas al mes. La meta es ambiciosa: 37 mil estufas en comunidades rurales que rodean la Reserva de la Mariposa Monarca.

Menos leña, más bosques

En una región tan íntimamente ligada al bosque como lo es el oriente de Michoacán, la reducción del consumo de leña tiene un efecto directo sobre el medio ambiente. Las comunidades donde se instala la estufa Patsari están ubicadas principalmente cerca de la Reserva de la Biósfera de la Mariposa Monarca, un área natural protegida de importancia internacional.

Brenda Pineda Mendoza, coordinadora del proyecto en ECOLIFE Conservation México, subraya este enfoque ambiental: “El uso de estas estufas alivia la presión sobre los bosques. Cada estufa reduce emisiones de carbono y evita la tala innecesaria. Además, el proyecto cuenta con una certificación de bonos de carbono que nos permite seguir financiando más estufas”.

De acuerdo con la organización, hasta la fecha se han evitado más de 128 mil toneladas de CO₂ a través de este modelo, certificado bajo el estándar Gold Standard, reconocido internacionalmente. También se desarrolla un componente educativo, con más de 160 talleres en escuelas y comunidades que abordan temas como el cuidado del bosque, el uso responsable de la leña y la conservación del ecosistema.

Para lograr sus objetivos el proyecto depende de la colaboración de instituciones, donantes y ciudadanía. Las personas interesadas en apoyar pueden hacerlo a través de http://www.ecolifeconservation.com o contactando al promotor local en su comunidad.

Mientras tanto, en casas como las de Elizabeth o María Luisa el cambio ya es palpable. La cocina sigue siendo el corazón del hogar, pero ahora está libre de hollín, más saludable y más digna. Y eso, para muchas familias, lo cambia todo.

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