La vacuna más importante es la Tdpa (tétanos, difteria y tos ferina), que debe aplicarse entre las semanas 27 y 36 del embarazo.
La inmunización materna brinda un doble escudo de protección para la mujer embarazada y para el recién nacido: las mujeres gestantes son más propensas a enfermarse gravemente por virus respiratorios debido a los cambios en su sistema inmunitario, corazón y pulmones durante la maternidad.
Así, la vacunación en madres juega un papel fundamental porque durante los primeros tres meses de vida las enfermedades respiratorias pueden ser graves e incluso mortales para los recién nacidos.
Al vacunar a la madre en su periodo de embarazo se producen anticuerpos que llegan al feto a través de la placenta, ofreciendo una protección adicional al bebé cuando es más vulnerable. Además, la llamada estrategia capullo ayuda a reducir el riesgo de exposición a virus y bacterias transmitidos por personas cercanas, como padres, hermanos, abuelos, amigos, cuidadores, niñeras y profesionales de la salud.
De igual forma, vacunar a quienes rodean al bebé es clave para disminuir la propagación de enfermedades contagiosas, creando una barrera a su alrededor. Esta estrategia es clave para garantizar el bienestar del menor hasta que este pueda recibir todas las dosis de vacunas necesarias para desarrollar una inmunidad completa.
El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) recomienda vacunar a las mujeres embarazadas contra diversas enfermedades para proteger tanto a la madre como al bebé.
La vacuna más importante es la Tdpa (tétanos, difteria y tos ferina), que debe aplicarse entre las semanas 27 y 36 del embarazo para proteger al bebé de la tos ferina en sus primeros meses de vida. También se recomienda la vacuna contra la influenza, especialmente durante los meses de otoño e invierno.
De igual forma, el IMSS sugiere la inmunización contra hepatitis B si la mujer embarazada tiene factores de riesgo de infección y la doble viral (sarampión y rubéola) en caso de que no haya sido vacunada o no tenga pruebas de inmunidad contra estas enfermedades.
La información y las recomendaciones de vacunación pueden variar, por lo que es importante consultar con el médico sobre el esquema de vacunación adecuado para cada mujer embarazada.
¿Cómo funciona?
La inmunización materna se da a través de tres vías principales: el paso de anticuerpos transplacentarios, que mediante la vacunación fortalece la protección madre/neonato al transferir anticuerpos específicos generados por la madre durante la vacunación; el fenómeno de microquimerismo, donde las células inmunes maternas viajan al feto a través de la placenta para instruir al sistema inmunológico fetal en desarrollo; y la transferencia de anticuerpos mediante la lactancia, proporcionando estos a través de la leche materna, que recubren la mucosa del bebé extendiendo así la protección más allá de los primeros meses de vida.
En la Semana Mundial de la Inmunización se promueven la vacunación y la acción colectiva para proteger a las personas de enfermedades prevenibles.
En este contexto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) trabaja con diferentes países para sensibilizar sobre la importancia de la seguridad inmunológica y apoyar a los gobiernos en la implementación de programas de calidad con el fin de aumentar la protección contra afecciones de todo tipo.
Si una mujer gestante presenta síntomas como fiebre, tos o dificultad para respirar es importante que busque asistencia de inmediato. De la misma forma, las mujeres embarazadas y aquellas que acaban de dar a luz deben continuar asistiendo a sus citas médicas de rutina, siguiendo las medidas específicas para reducir el riesgo de contagio.
También se debe consultar con el proveedor de atención médica antes de probar cualquier remedio casero o medicamentos de venta libre, ya que algunos pueden no ser adecuados durante el embarazo.
Si los síntomas empeoran o persisten, se sugiere buscar atención para una evaluación y tratamiento adicionales.
Previene fallecimientos
El IMSS cuenta con uno de los esquemas de vacunación más completos a nivel mundial y gracias a la aplicación de las vacunas se previenen al año más de diez millones de fallecimientos, afirma María del Rocío Almazán Ortiz, coordinadora de Enfermería en Salud Pública en el Órgano de Operación Administración Desconcentrada (OOAD) Ciudad de México Regional (CDMX) Sur.
Destaca que como parte de las acciones del programa PrevenIMSS las vacunas se aplican desde recién nacidos hasta adultos mayores y que se atiende a todos los grupos de edad: niños, niñas, adolescentes, mujeres, hombres, adultos mayores y personas embarazadas.
“Las vacunas son preparaciones que se derivan de virus o bacterias que no causan la enfermedad, pero que activan o reactivan el sistema inmunológico y protegen la salud; cuando es necesario, se aplican dosis de refuerzo según el tipo de vacuna”, explica.
La especialista dice que existen actualmente vacunas autorizadas que se utilizan para prevenir más de 25 infecciones y así tener control de estas, entre las que se encuentran tuberculosis, hepatitis B, difteria, tos ferina, tétanos, poliomielitis, enteritis por rotavirus, sarampión, rubéola, parotiditis, influenza y neumonías, tanto en niños como en adultos.
Puntualiza que no vacunarse puede llevar a padecer enfermedades, complicaciones graves y en ocasiones hasta la muerte en el caso de difteria, sarampión, tétanos neonatal, tos ferina y poliomielitis.
La coordinadora de Enfermería resalta que el IMSS está comprometido con la salud de la población, por lo que es muy importante que acudan con su Cartilla Nacional de Salud a su Unidad de Medicina Familiar (UMF) más cercana, donde personal de enfermería revisará el esquema de vacunación y aplicará las dosis correspondientes.
Concluye que en México el derecho a la protección de la salud se reconoce como una garantía constitucional para todas las personas, por lo que el IMSS “está comprometido con la salud de la población y brinda servicios de prevención y protección que mejoran las condiciones de vida”.
Recomendaciones para mujeres gestantes
Mantener al día el esquema de vacunación.
Practicar el distanciamiento físico y evitar lugares concurridos.
Asegurarse de que las habitaciones estén bien ventiladas.
Usar mascarilla cuando no sea posible mantener una distancia adecuada con los demás.
Lavarse las manos frecuentemente con gel hidroalcohólico o agua y jabón.
Practicar la higiene respiratoria.
Cubrirse la boca y la nariz con el interior del codo o un pañuelo desechable al toser o estornudar y desechar inmediatamente el pañuelo usado.