La IA salva vidas en la lucha contra el cáncer de mama

Esta tecnología detecta señales de cáncer que los radiólogos podrían pasar por alto

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CDMX, 15 de agosto de 2025. La Inteligencia Artificial (IA) revoluciona distintas industrias al mejorar la eficiencia, la innovación y el acceso a soluciones de vanguardia. En la medicina, su impacto es innegable: desde diagnósticos tempranos de enfermedades hasta el desarrollo de terapias personalizadas y nuevos fármacos. Durante octubre, mes de la sensibilización sobre el cáncer de mama, resalta un hecho contundente: la IA se ha convertido en un actor crucial para detectar esta enfermedad en sus fases iniciales, logrando identificar señales que podrían pasar inadvertidas en los estudios convencionales.

Las mamografías siguen siendo el estándar mundial en la detección del cáncer de mama. Sin embargo, su alcance tiene límites. Algunos tumores, especialmente los más pequeños o de crecimiento rápido, pueden escapar al ojo humano, retrasando el tratamiento y reduciendo las probabilidades de éxito.

Esta enfermedad sigue siendo una de las principales causas de muerte entre las mujeres del planeta. América Latina tiene alrededor de 462,000 diagnósticos nuevos de cáncer de mama por año y cerca de 100,000 muertes causadas por esta enfermedad, de acuerdo con el Plan Estratégico de la Organización Panamericana de la Salud 2026-2030.

En tanto, en México, datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) y del Instituto de Investigaciones Biomédicas de la UNAM confirman que los tumores malignos fueron la tercera causa de muerte en el país en 2024, con 47,439 defunciones, mientras que la edad promedio de diagnóstico de cáncer de mama es de 52 años —una década antes que en Estados Unidos o Europa—, y entre el 60 % y 70 % de los casos se detectan en etapas avanzadas.

La IA que ve más allá

Ante esta realidad, la tecnología ofrece un respiro. Herramientas como Mia, desarrollada por Kheiron Medical en el Reino Unido, han logrado identificar señales de cáncer de mama que incluso radiólogos experimentados pasaron por alto en 11 pacientes.

La clave está en sus algoritmos de aprendizaje profundo, que analizan mamografías con precisión milimétrica para detectar anomalías casi invisibles. El resultado: diagnósticos más tempranos, pronósticos más favorables y vidas salvadas. Pero para que la IA alcance todo su potencial en la medicina, se requiere algo más que software.

Sin embargo, para que soluciones basadas en IA como Mia funcionen sin interrupciones y con la precisión que el entorno médico exige, es necesario contar con una infraestructura digital crítica especialmente diseñada para soportar cargas de procesamiento intensivo en tiempo real.

Para Vertiv, la computación en el borde (edge computing) se convierte en un elemento esencial, ya que permite acercar el procesamiento de datos a los equipos médicos, reduciendo la latencia en la interpretación de imágenes y mejorando los tiempos de respuesta diagnóstica. Esta capacidad resulta crucial para brindar resultados más ágiles y personalizados a cada paciente.

“La detección temprana no depende solo de algoritmos sofisticados, sino de que los hospitales cuenten con energía confiable, refrigeración eficiente y capacidad de procesamiento cerca del punto de atención,” señala Gustavo Pérez, director de Desarrollo de Mercados de Vertiv Latinoamérica.

El poder de procesamiento que demanda la IA no es menor. Las próximas generaciones de procesadores podrían alcanzar densidades de hasta 500 kW por rack, un desafío técnico que solo puede enfrentarse con soluciones energéticas estables y sistemas de refrigeración avanzada. Los hospitales deben implementar estrategias que aseguren la disponibilidad permanente de estos recursos, garantizando diagnósticos precisos, atención continua y cero interrupciones.

“Invertir en infraestructura digital crítica es invertir directamente en vidas salvadas: tiempos de diagnóstico más cortos, tratamientos oportunos y menos muertes”, asegura el directivo de Vertiv.

En América Latina, la capacidad de la IA para detectar signos tempranos de cáncer de mama abre una oportunidad única en la región. Su adopción puede fortalecer los sistemas de salud, agilizar diagnósticos y reducir listas de espera, especialmente en hospitales públicos. Pero para que esto ocurra, se requiere optimizar la infraestructura energética, garantizar la continuidad operativa y capacitar al personal médico y técnico para aprovechar al máximo estas soluciones.

Tecnología que respalda la salud del futuro

Con una experiencia global en el desarrollo de soluciones tecnológicas para entornos críticos, los desarrolladores de soluciones e infraestructura TI de misión crítica participan activamente en el diseño de infraestructuras que garantizan la operación continua de las aplicaciones basadas en IA.

De esta manera, se ofrecen soluciones completas que van desde la red hasta el chip, incluyendo gestión de energía, sistemas de alimentación ininterrumpida, tableros de distribución, busway, switchgears, baterías y gestión térmica mediante refrigeración líquida, esenciales para extraer el calor generado por GPUs y procesadores.

La experiencia en el desarrollo de estas tecnologías, permite que hospitales, centros de investigación y redes médicas digitales cuenten con sistemas estables, eficientes y preparados para responder a las exigencias del procesamiento intensivo de datos en tiempo real, contribuyendo con la construcción de una infraestructura sanitaria más resiliente y sostenible, capaz de sostener la creciente demanda tecnológica de la medicina contemporánea y de preparar al sector para los desafíos de la salud digital del futuro.

La lucha contra el cáncer de mama ya no depende únicamente de la detección humana, sino también de innovaciones tecnológicas y de la fortaleza de las infraestructuras que las sostienen. En México y América Latina, donde la mayoría de los casos se detectan en etapas tardías, la IA representa una oportunidad para cambiar el curso de la historia. Invertir en tecnología de misión crítica es, en esencia, invertir en esperanza, tiempo y vidas.

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