La importancia de la salud mental en la búsqueda de ser papás

El 60% de las mujeres en México que atraviesan por tratamientos de reproducción asistida muy prolongados presentan ansiedad o depresión

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Cortesía Ingenes
Bienestar
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Ciudad de México, 30 de octubre de 2025.- En el marco del mes de la Salud Mental, es fundamental visibilizar que la salud emocional también debe ser parte de la conversación cuando hablamos de fertilidad. Las mujeres que atraviesan tratamientos para ser madres suelen enfrentarse a un desgaste psicológico profundo, marcado por la incertidumbre, el miedo y la presión social.

De acuerdo con el Consejo Nacional de Población (CONAPO) se estima que cerca del 17% de la población femenina en edad reproductiva enfrenta dificultades para concebir. Sin embargo, más allá del impacto médico, hay una dimensión con poca visibilidad: la salud emocional.

Los especialistas en reproducción asistida coinciden que los procesos de infertilidad pueden desencadenar cuadros de ansiedad, depresión e incluso trastorno de estrés postraumático. Datos recientes de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), revelan que el 40% de las mujeres con diagnóstico de infertilidad en México presentan síntomas significativos de ansiedad o depresión. Esta cifra asciende al 60% cuando se atraviesan tratamientos de reproducción asistida muy prolongados.

“El diagnóstico de infertilidad no sólo es un reto físico, sino también emocional. Muchas personas viven un duelo invisible, a veces con culpa, frustración y miedo al futuro. Por eso, no podemos hablar de salud reproductiva sin hablar también de salud emocional”, afirma la Dr. Edgar Luna, Coordinador Médico de Salud Emocional Ingenes (SEI).

La carga emocional incluso, puede convertirse en un factor que interfiera con el éxito o fracaso del mismo tratamiento. El estrés crónico influye en los ciclos hormonales, altera la ovulación y puede reducir la tasa de éxito en procedimientos de baja y alta complejidad. Asimismo, la presión social, la desinformación y el estigma en torno a la infertilidad profundizan el aislamiento emocional que muchas mujeres enfrentan durante este proceso.

En este sentido, es importante tener un enfoque integral que acompañe no sólo el aspecto médico, sino también el bienestar psicológico. El trabajo interdisciplinario entre médicos y biólogos de la reproducción humana, psicólogos y terapeutas, es fundamental para abordar de manera efectiva las múltiples aristas que implica la infertilidad. “No se trata solo de lograr un embarazo. Se trata de cuidar a la mujer en todas sus dimensiones para lograr su objetivo de tener un bebé. Cada consulta debe sumarse el acompañamiento emocional”, añade el Dr. Edgar Luna, Coordinador Médico de Salud Emocional Ingenes (SEI).

En el área de Salud Emocional Ingenes (SEI), entendemos que cuidar la fertilidad también implica cuidar el bienestar emocional. El apoyo psicológico ayuda a manejar la incertidumbre, disminuir la angustia ante los ciclos fallidos y fortalecer los recursos personales para atravesar cada etapa con mayor resiliencia.

Este apoyo también favorece la comunicación en la pareja y la adherencia al tratamiento, permitiendo vivir y experimentar el proyecto de maternidad y paternidad desde un lugar más compasivo y consciente. Integrar la salud emocional en un programa integral no sólo humaniza la experiencia, sino que la vuelve más sostenible, recordando que detrás de cada intento hay una historia, una expectativa y, muchas veces, una lucha silenciosa.

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