Lluvias en México, época de prevención de enfermedades fúngicas

Se recomienda tomar medidas para evitar infecciones severas, especialmente en pacientes inmunocomprometidos

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Redacción
Bienestar
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Con la llegada de las lluvias a México, la combinación de humedad y temperaturas cálidas propician la proliferación de diversos tipos de hongos, especialmente en regiones tropicales y subtropicales que favorecen el crecimiento de esporas fúngicas en el ambiente. Si bien la mayoría son inofensivas, algunas como la Aspergillus, pueden llegar a causar infecciones graves al ser inhaladas, sobre todo en personas con sistemas inmunológicos debilitados.

Sumado a lo anterior, otras infecciones fúngicas, como la candidemia, también representan una amenaza seria para pacientes vulnerables, especialmente en entornos hospitalarios y, aunque no están directamente relacionados con la temporada de lluvias, ambas requieren atención médica urgente y tratamiento específico.

Durante esta época se incrementa la exposición a hongos como Aspergillus o Candida , presentes en el suelo, plantas, materia orgánica en descomposición e incluso en sistemas de ventilación. El hongo Aspergillus , por ejemplo, es uno de los más comunes en el aire y generalmente no afecta a personas sanas. Sin embargo, en personas con sistemas inmunológicos debilitados o con ciertas enfermedades pulmonares preexistentes, puede causar una infección conocida severa como aspergilosis invasiva.

“Esta situación incluye a pacientes con cáncer (especialmente de la sangre) que reciben quimioterapia, receptores de trasplantes (tanto de médula ósea o de órganos sólidos), personas con VIH/SIDA no controladas, o bajo tratamiento inmunosupresor crónico (como corticosteroides) y pacientes graves en unidades de cuidados intensivos, con estancias prolongadas o que usan ventiladores”, comenta el Dr. Antonio Rojo García, Gerente Médico de Eurofarma México.

Aunque no existe vigilancia obligatoria, los estudios disponibles estiman entre mil y seis mil casos anuales en México, con una mortalidad que puede oscilar entre 40 y 90 por ciento, dependiendo de la detección temprana.

“Lo más preocupante es que los síntomas, entre los que destacan fiebre persistente, tos (que en ocasiones puede producir sangre o mucosidad), dolor torácico o dificultad para respirar, pueden confundirse fácilmente con otras enfermedades respiratorias, como una neumonía bacteriana o una infección por COVID-19, lo que retrasa el diagnóstico e inicio del tratamiento oportuno”, advierte el Dr. Rojo García.

Por su parte, la candidemia es una infección fúngica grave que ocurre cuando el hongo Candida , una levadura que normalmente habita en nuestro cuerpo sin causar daño ingresa al torrente desde donde puede propagarse rápidamente a órganos vitales como el hígado, el bazo, los riñones, el corazón o el cerebro si no se detecta o trata a tiempo.

Este padecimiento se observa con mayor frecuencia en pacientes hospitalizados, a menudo asociado al uso de dispositivos médicos invasivos como catéteres venosos centrales o respiradores, especialmente en unidades de cuidados intensivos o después de internamientos prolongados.

En México, el diagnóstico de candidemia se basa principalmente en hemocultivos seriados, reforzados por pruebas como ß-D-glucano y PCR fúngica cuando están disponibles, de acuerdo con protocolos oficiales. El tratamiento empírico se inicia de inmediato con equinocandinas en pacientes críticos, ajustando posteriormente según especie identificada y sensibilidad.

Las guías nacionales coinciden con las internacionales (IDSA) en recomendar al menos 14 días de tratamiento tras la última hemocultura negativa. Es esencial retirar catéteres venosos centrales y evaluar focos secundarios como ojo, corazón o SNC. En este sentido, un diagnóstico y tratamiento oportuno son claves para reducir la alta mortalidad, que puede superar el 40 por ciento.

Recomendaciones de prevención
Aunque no todas las infecciones fúngicas pueden evitarse, hay medidas que pueden reducir significativamente el riesgo, sobre todo durante la temporada de lluvias:

  • Evitar actividades al aire libre en zonas con polvo o tierra suelta si se tiene un sistema inmunológico comprometido
  • Mantenga los sistemas de ventilación limpios y bien mantenidos.
  • Usar mascarillas N95 si se realizan tareas de jardinería, limpieza de sótanos o contacto con materiales en revisión.
  • Consultar inmediatamente al médico ante síntomas persistentes como fiebre, tos o dolor torácico.
  • En pacientes de alto riesgo, el monitoreo médico constante puede permitir la detección precoz y tratamiento oportuno
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