PONTE PILAS… Y RECÍCLALAS

Una vez usadas las baterías se convierten en desechos que tardan hasta mil años en descomponerse, tiempo durante el cual pueden contaminar agua, suelo y aire.

Martha Mejía
Bienestar
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Cada año en la Ciudad de México se consumen más de mil 270 toneladas de baterías, de las que menos de 10% se recolecta: la cifra revela una gran problemática, sobre todo si se toma en cuenta que una sola pila para reloj puede contaminar de agua lo equivalente a tres albercas olímpicas.

De ahí que la Secretaría del Medio Ambiente (Sedema) de la CDMX, en conjunto con Grupo IMU, dio a conocer el relanzamiento de la campaña IMU Recicla.

Tóxicas

Las pilas son de gran utilidad. Se utilizan en linternas, controles remotos, relojes, calculadoras, celulares y un sinfín de dispositivos. Sin embargo, una vez usadas se convierten en desechos que tardan en descomponerse entre 500 y mil años, tiempo en el que pueden contaminar miles de litros de agua, grandes superficies de suelo y el aire, por lo que requieren de un manejo especial.

Por ello es muy importante el trato que se les da después de utilizarlas. No es nada recomendable, por ejemplo, tirarlas en el bote de basura junto con residuos domésticos porque contienen diversos metales —plomo, que es un metal blando; metales de transición como cadmio, mercurio y níquel; litio, que es un metal alcalino—, así como otras sustancias tóxicas en forma de polímeros.

Debido a que en su mayoría esos metales se sustraen de minas en China, este país decidió reducir las exportaciones de estos elementos, generando como consecuencia que sus precios, así como el costo de los bienes derivados de los mismos, hayan aumentado.

En términos de salud el mal manejo de estos desechos puede provocar padecimientos que van desde ceguera, pasando por cambios de personalidad, pérdida de memoria, daños en riñones y en pulmones, hasta cáncer e incluso altas exposiciones provocan la muerte.

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Reciclables

“Desde 2007 a la fecha hemos reciclado mil 300 toneladas de pilas usadas con el apoyo de la autoridad. Los ciudadanos pueden sumarse y beneficiarse de este programa para no tener desechos en su casa, con solo separar las pilas usadas del resto de la basura y llevarlas a la columna más cercana. Tenemos un compromiso con el cuidado del medio ambiente y con la sociedad; por eso apoyamos el acopio y el manejo responsable, para que posteriormente se entreguen a una planta de reciclaje”, explica Gerardo Cándano, director general de Grupo IMU.

Desde hace 15 años, la empresa Imágenes y Muebles Urbanos se encarga de realizar el acopio de las pilas cada 15 días. También elabora un registro de lo que recupera en cada una de las 400 columnas de acopio disponibles en parabuses de la Ciudad de México (adicionalmente se cuenta con recolectores en Guadalajara y Pachuca), para disponer de forma segura de estos residuos.

Otra recomendación es tratar de disminuir el uso de baterías, de preferencia optar por utilizar en lo posible aparatos mecánicos o eléctricos, es decir, optar por la versión de los que se conectan por cable a la corriente eléctrica.

Minería urbana

De acuerdo con la Sedema las pilas recolectadas se almacenan en un centro de acopio temporal que tiene la empresa en el municipio de Naucalpan, Estado de México.

Una vez que se reúne más de una tonelada de pilas se trasladan a la empresa Sitrasa, que tiene una planta de reciclaje en Irapuato, Guanajuato, donde se clasifican por su tipo.

La Sedema explica que Sitrasa recupera la carcasa de las pilas y se reutiliza en la fabricación de alambre, llaves, varillas, partes para carro y otros productos.

“Debemos saber que muchos de los bienes que consumimos necesitan de cierto tipo de materiales que no necesariamente están disponibles fácilmente. Uno de los grandes retos que enfrenta el mundo en general para producir distintos tipos de bienes particulares dependen de materiales cada vez más escasos, más raros y un tanto costosos”, indica al respecto Marina Robles García, titular de la Sedema.

También se recuperan algunos metales como litio, cadmio, níquel y zinc, que se reutilizan en diversas cadenas productivas. Lo que no se recupera se usa como estabilizador de residuos peligrosos dentro de la misma planta.

Robles García agrega que con estas acciones se abre la puerta a la vanguardia de la minería urbana, que “es una de las grandes oportunidades que tenemos en el mundo dentro del esquema de la economía circular para disminuir la presión que la minería ejerce en los ecosistemas vírgenes y además aprovechar algo que ya tenemos en circulación y que está en los celulares, en las computadoras, en los autos, en muchísimos productos que consumimos y creemos que una vez que dejan de ser útiles para nosotros se convierten en desperdicio”.

PILARES

Esta alianza, agrega, es de relevancia porque permite dar continuidad a la economía circular “en una lógica que se identifica en el mundo como la gran posibilidad de avanzar de manera más armoniosa en el esquema productivo y de consumo hacia la sustentabilidad”.

Por eso se decidió la instalación de 50 contenedores para pilas usadas en 50 Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes (PILARES) de la CDMX como parte de la estrategia.

La meta, señala, es tener estos contenedores sustentables en los 300 PILARES: “Digamos que esta es la oportunidad que da la alianza entre una empresa y el gobierno para poner a disposición de la gente una forma de manejar un tipo de residuo con el que no necesariamente sabemos qué hacer y que es altamente contaminante”, puntualiza.

El servicio es gratuito y está abierto a su uso las 24 horas. Se pueden depositar pilas AA, AAA, C, D, CR y cuadradas usadas. Para consultar dónde está la columna más cercana hay que ingresar a la página https://imu.com.mx/services/imurecicla.