En México, más de 16 millones de personas padecen algún grado de deficiencia visual, lo que representa más del 12% de la población nacional y se coloca al país entre los 10 con mayor prevalencia de pérdida de visión a nivel mundial. De estos casos, el 67.5% corresponde a dificultades para ver de cerca, el 29.1% son deficiencias visuales moderadas a severas y el 3.4% corresponde a ceguera.
La mayoría de los casos de debilidad visual se concentran en sectores vulnerables: personas mayores, de recursos escasos y en zonas marginadas, donde acceder a atención oftalmológica es un reto. Lo más grave es que muchas de estas afecciones son tratables, pero la falta de diagnóstico oportuno y la escasez de especialistas —con solo 26 oftalmólogos por cada millón de habitantes en nuestro país— perpetúan el problema.
La ceguera genera un profundo impacto psicológico y social en quienes la padecen. No solo deteriora su calidad de vida, sino que limita su participación en ámbitos clave como el trabajo, la educación y la vida social. Esta pérdida de independencia aumenta significativamente el riesgo de sufrir depresión, ansiedad y otros trastornos emocionales.
Asimismo, la dificultad para interactuar y reconocer expresiones faciales puede provocar aislamiento, afectando su bienestar emocional y sus relaciones interpersonales.
Además del impacto social, la pérdida de visión representa una carga económica considerable, ya que México pierde alrededor de 6,051 millones de dólares al año en productividad debido a la ceguera ya la discapacidad visual moderada o severa en personas de 50 a 64 años. De ese total, 5.194 millones se deben a la pérdida por visión moderada o severa, y 857 millones, a la ceguera. Estas cifras subrayan la urgencia de invertir en servicios de salud ocular como una estrategia no solo de bienestar, sino también de desarrollo económico.
Con la apertura de la Cínica 11, San Antonio, en la Alcaldía Álvaro Obregón de la ciudad de México el pasado 26 de junio, APEC Hospital de la Ceguera redobla esfuerzos para acercar servicios oftalmológicos de alta calidad a las comunidades que más lo necesitan. Esta nueva clínica se suma a las ya establecidas en Atlalilco, Las Flores, Miramontes, Azcapotzalco, Valle Dorado, Las Américas, Aragón, La Villa, Cuautitlán Izcalli y la clínica quirúrgica Lindavista.
Esta iniciativa representa una oportunidad para que la institución continúe construyendo un sistema de salud. visual más justo, equitativo y accesible, asegurando que la atención oftalmológica de calidad llegue a quienes más la requieren, sin importar su ubicación o condiciones económicas.