INMUNIZACIÓN: FACTOR CLAVE EN TEMPORADA DE NEUMONÍAS

Lorena Ríos
Bienestar
NEUMONÍA

Autoridades sanitarias llaman a poner más atención a esta enfermedad, ya que es la principal causa individual de mortalidad infantil y la primera causa de muerte por infecciones en el mundo.

La neumonía es una infección respiratoria aguda que afecta los pulmones llenando los sacos aéreos (alvéolos pulmonares) con líquidos o pus y que se ha convertido en un tema de relevancia debido a su impacto en la salud pública de millones de personas a pesar de los avances de la atención médica y la tecnología: sigue siendo una de las principales causas de mortalidad en niños y adultos mayores.

Virus, bacterias y hongos son los causantes de este padecimiento al invadir el tejido pulmonar mediante la aspiración de microorganismos desde las vías respiratorias altas, a través de la circulación sanguínea proveniente de otra región del organismo.

Algunas bacterias comunes —y que son la causa más frecuente de infección— incluyen Streptococcus pneumoniae, Legionella pneumophila, Mycoplasma pneumoniae, Chlamydia pneumoniae y Haemophilus influenzae.

Respecto de los virus, el sincitial respiratorio, la influenza y el SARS-CoV-2 (Covid-19) son los más comunes, pero al verse comprometidas las vías respiratorias con una neumonía viral y de complicarse esta también pueden desencadenar neumonía bacteriana.

La doctora Selene Guerrero Zúñiga, neumóloga especialista en adultos y vocera de PiSA Farmacéutica, comenta que los hongos pueden generar una neumonía que afecta más fácilmente a las personas que padezcan problemas de salud crónicos o que tienen sistemas inmunitarios debilitados.

En esta categoría podemos incluir los siguientes tipos: Pneumocystis, Coccidioidomicosis, Cryptococcus o Histoplasmosis.

Se debe poner más atención a la neumonía, ya que es la principal causa individual de mortalidad infantil en todo el mundo y la primera causa de muerte por infecciones.

Cualquier persona puede contraer neumonía, pero algunos factores de riesgo incluyen la edad (menores de dos años y mayores de 65); la exposición a químicos, contaminantes o humos tóxicos; el tabaquismo; el alcoholismo; la desnutrición; enfermedades crónicas; un sistema inmunitario debilitado y haberse enfermado recientemente de gripe.

Los síntomas de la neumonía pueden variar desde leves hasta graves e incluyen fiebre de bajo grado, malestar general, dolores musculares y articulares, cansancio, dolor de cabeza, tos seca y síntomas digestivos leves como náuseas, vómitos y diarreas. En ancianos, la neumonía puede presentarse con alteración del comportamiento.

El diagnóstico se basa en la historia clínica, el examen físico, la oximetría de pulso, la radiografía de tórax, exámenes de sangre, cultivo de flema o sangre y la búsqueda de ADN de virus o bacterias.

La tomografía computarizada de tórax puede ser necesaria en casos complejos.

El tratamiento de la neumonía depende del tipo de germen que la causa. Los antibióticos son efectivos contra la neumonía bacteriana —mas no la viral—, mientras que la neumonía viral y fúngica requieren medicamentos específicos, según sea detectado el agente causante.

Muy importante es buscar atención médica y evitar la automedicación ante cualquier presencia de síntomas como fiebre, acceso de tos, expulsión de flemas, dificultad para respirar, dolor en pecho y malestar general.

En casos graves o de alto riesgo la neumonía debe tratarse en un hospital. La rapidez en la atención es crucial para prevenir complicaciones como insuficiencia respiratoria, insuficiencia renal, además de una bacteriemia (cuando las bacterias entran al torrente sanguíneo), abscesos pulmonares, derrame pleural o empiema, explica la doctora Guerrero.

La prevención de la neumonía se centra en la vacunación sistemática como la mejor estrategia para combatir la neumonía (Haemophilus Influenzae tipo b, neumococos, influenza, sarampión, Covid-19 y tos ferina).

Inmunización infantil

El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) advierte que muere al menos un niño cada 45 segundos a causa de la neumonía, siendo la enfermedad infecciosa que más muertes ocasiona en menores de todo el mundo, sin dejar de lado que los adultos mayores de 65 años también tienen un riesgo mayor, pues el sistema inmunitario generalmente se debilita a medida que la gente envejece.

Dadas las cifras, es importante tener en cuenta que la neumonía puede ser una infección respiratoria grave, razón por la cual se deben tomar medidas para intentar prevenirla.

Cabe destacar que la neumonía representa 81% de las causas de muertes por infecciones neumocócicas, por lo que resulta fundamental redoblar esfuerzos a fin de evitar infecciones respiratorias agudas que provoquen hospitalizaciones y fallecimientos.

Rumbo al Día Mundial de la Neumonía —que se conmemora el 12 de noviembre—, Gabriela Abalos, líder médica de Vacunas para Latinoamérica de Pfizer, alerta que más de 95% de todos los episodios de neumonía clínica y más de 99% de muertes por neumonía que sufren los niños menores de cinco años en todo el mundo se produce en los países de bajos y medios ingresos.

“Ante esta situación, las vacunas conjugadas contra el neumococo (PCV, por sus siglas en inglés) han disminuido la mortalidad, morbilidad y discapacidad infantil asociadas a la enfermedad neumocócica. La identificación de serotipos varía según la región geográfica, edad y periodo de estudio; seis a once de los serotipos más comunes causan aproximadamente 70% de todas las infecciones invasoras en niños en el mundo; de estos, los serotipos 6A y 19A fueron asociados a neumonías bacterianas. Las vacunas conjugadas actuales han demostrado un substancial impacto contra las neumonías generadas por los diferentes serotipos presentes”, resalta.

Cada año la neumonía causa la muerte de más de 300 mil personas en el continente americano. Si bien el impacto de esta enfermedad alcanza a todos los grupos etarios, las infecciones por neumococo se presentan con mayor frecuencia en los extremos de la vida. En el caso de los niños las cifras nos muestran que, cada año, más de 700 mil menores de cinco años mueren de neumonía, de los cuales más de 153 mil son recién nacidos, un grupo especialmente vulnerable a la infección.

Con base en estas cifras, la neumonía se ubica como la quinta causa principal de muerte, solo por debajo de las cardiopatías, accidentes cerebrovasculares, enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y cáncer de pulmón, y por encima de nefropatía, Alzheimer, diabetes, cirrosis y cáncer colorrectal.

Una de las principales estrategias de prevención contra la neumonía es la vacunación, especialmente en los países que luchan con una doble carga de neumonía entre niños y adultos: “El uso rutinario de vacunas contra la neumonía en niños ha cambiado sustancialmente la epidemiología de la enfermedad. En niños pequeños vacunados, la enfermedad a consecuencia de serotipos para los que hay vacunas se ha reducido a niveles insignificantes”, destaca Morales.