TOTOABA Y VAQUITA MARINA, ESPECIES MEXICANAS QUE SE NIEGAN A DESAPARECER

“El número actual de vaquitas se calcula entre diez y 13 individuos”.

Martha Mejía
Bienestar
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VAQUITA MARINA

En la solución del problema deben incluirse mecanismos que ayuden a garantizar medios de vida a las comunidades pesqueras locales.

La totoaba y la vaquita marina son dos especies endémicas del Golfo de California, un espacio marino entre México y Estados Unidos donde hoy enfrentan el peligro de extinción debido a la pesca ilegal.

La totoaba es un pez endémico del Golfo de California. Quizá su nombre no indique lujo, como en el caso del caviar o la langosta, pero su buche o “vejiga natatoria” alcanza al venderse cifras estratosféricas que lo convierten en el pescado más codiciado del planeta.

Se trata del pez más grande de la familia de las corvinas, llamadas así por el sonido que emiten cuando el aire entra y sale de su vejiga. Pueden vivir hasta un cuarto de siglo, pesar hasta 136 kilos y crecer casi dos metros.

China y otros países asiáticos aprecian la vejiga de totoaba por sus presuntas propiedades medicinales, como nutrir el hígado y los riñones, mejorar la piel, aumentar la circulación sanguínea, además de un mayor y mejor apetito y desempeño sexual.

Pero la totoaba no siempre estuvo asediada: su demanda se debe a la casi extinción de otro pez, el “bahaba chino”, especie que se creía aportaba cualidades similares. No obstante, la sobrepesca de esta especie hizo que la comunidad asiática volteara la vista hacia la totoaba. Esto sucedió a principios de los veinte, cuando un grupo de orientales construía las vías del tren cerca del Golfo de California y se percató de la similitud entre ambos peces.

Pasados los años la pesca de totoaba creció hasta el punto de ser insostenible. En 1970 las autoridades prohibieron su captura. En esa misma década la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES) incluyó a la totoaba en el Apéndice I, prohibiendo su comercio internacional con fines comerciales.

En 1975, Estados Unidos la incluyó en su lista de especies en peligro de extinción, lo que provocó que su captura, posesión, transporte o venta sean ilegales. Sin embargo, fue hasta la década de 1990 cuando las políticas públicas destinadas a proteger a esta marsopa empezaron a parecer prometedoras.

No obstante, en medio de esta pesca indiscriminada, queda atrapada en las redes de forma accidental (pesca incidental) el mamífero más amenazado del mundo y al que se le acaba el tiempo: la vaquita marina.

Supervivencia

La Comisión Ballenera Internacional (CBI) emitió recientemente una “alerta de extinción” para la vaquita marina. De acuerdo con la CBI la razón es que la desaparición de la vaquita todavía no es inevitable, por lo que llamó a mantener los trabajos de conservación y rescate, pero sobre todo a cambiar en su totalidad las artes de pesca en el Alto Golfo de California.

Apoyó esa advertencia el Comité Científico de la CBI, que integra a 200 expertos en cetáceos de diversas partes del mundo.

La vaquita es el único mamífero marino originario de México y el más pequeño de los cetáceos (grupo que incluye a las ballenas, delfines y marsopas). Es robusta, con las aletas largas y cóncavas. Su cabeza es redonda y su hocico corto. Su dorso es de color gris oscuro, con zonas laterales gris claro y vientre blanco. Tiene parches negros alrededor de los ojos y los labios.

Al igual que otros cetáceos, la vaquita utiliza la ecolocación, un sistema sensorial que consiste en emitir sonidos y recibir las ondas acústicas de rebote utilizando un órgano especial llamado melón que funciona como lente acústica para reconocer su entorno, buscar alimento e identificar depredadores.

La pequeña marsopa se reproduce cada dos años o más. Dan a luz una sola cría y la madurez sexual es de alrededor de seis años.

De acuerdo con los resultados del reporte al Gobierno de México del Crucero de Observación Vaquita 2023 existe 76% de probabilidad de que el número actual de vaquitas sea entre diez y 13 individuos, incluidas dos crías. Estos números muestran la resistencia de una especie que simplemente se niega a desaparecer.

“Nadie quiere que la vaquita desaparezca. Si lo hace, solo quedarán muestras de su tejido congeladas en nitrógeno líquido y habremos perdido una especie única en México y en el mundo. Para evitar este trágico final es necesario propiciar condiciones para la supervivencia de la vaquita”, señalan los expertos.

Acciones

Especialistas como Ixchel López Olvera reconocen “la voluntad y los esfuerzos de varias partes interesadas involucradas en la protección de este cetáceo endémico y en garantizar los medios de vida de las comunidades pesqueras locales. Sin embargo, continuamos haciendo llamados para el uso de métodos de pesca alternativos dentro de su hábitat central y enfatizamos la importancia de salvar a la especie”.

Asimismo, los expertos convocan a un trabajo integral y colaborativo a nivel nacional e internacional para detener la pesca ilegal de totoaba en redes de enmalle, la principal causa de la captura incidental de vaquitas.

Algunas recomendaciones de WWF México para atender la situación, por ejemplo, son que la legislación ambiental y pesquera se haga cumplir, así como que los infractores y delincuentes sean sancionados de forma significativa y eficaz, lo que contribuirá a crear un ambiente de cumplimiento de la ley.

“El enfoque debe pasar de ser reactivo (detener a los infractores y delincuentes) a ser preventivo (evitar que delincan)”, señala López.

Asimismo, que se fortalezca la cooperación internacional entre China, Estados Unidos y México para desalentar la demanda de totoaba, impactar su valor y desmantelar el mercado.

Se debe también apoyar al gobierno de México y al sector pesquero del Alto Golfo de California en su tarea de evitar la extinción de la vaquita, presionando a las autoridades, exigiendo resultados y motivando e incentivando a los pescadores que trabajan de manera sostenible.

Y finalmente promover una profunda educación colectiva sobre la indisoluble relación entre el ser humano y la naturaleza, explicando que nuestra supervivencia depende de todas las formas de vida del planeta y de sus recursos.