El 19 de abril de 2023 se celebra por primera vez el Día Mundial del Hígado, iniciativa
propuesta por la Asociación Europea para el Estudio del Hígado (EASL, en sus siglas en
inglés) para ser más conscientes de que falta mucho por hacer con relación a las patologías
hepáticas. En este contexto, México se une a la llamada global para concientizar sobre la
salud hepática y la necesidad de tomar medidas preventivas y de tratamiento efectivo.
De acuerdo con el Dr. Andrés Beck, médico cirujano de Caritas Pharma, el hígado es el
órgano que desempeña numerosas funciones vitales en el cuerpo humano, tales como:
- Metabolismo de nutrientes: Convirtiéndolos en formas que el cuerpo pueda
utilizar, como la descomposición de carbohidratos, grasas y proteínas, así como el
almacenamiento de glucógeno, como forma de energía de reserva.
-Producción de bilis: Líquido que se almacena en la vesícula biliar y se libera en el
intestino delgado para ayudar en la digestión de las grasas.
-Desintoxicación: Eliminando toxinas y sustancias dañinas del torrente sanguíneo,
como alcohol, medicamentos y otras sustancias químicas.
- Almacenamiento de vitaminas y minerales: Como las vitaminas A, D, E, K y B12,
así como el hierro y el cobre, liberándolos según sea necesario para mantener el
equilibrio en el cuerpo.
-Producción de proteínas: Incluyendo albúmina y factores de coagulación
sanguínea.
“El hígado es un órgano versátil, ya que puede regenerarse en condiciones óptimas. Sin
embargo, hay algunos padecimientos que pueden dañarlo irreversiblemente, como la
insuficiencia hepática, por lo que hay que prevenir para mantener una saludable calidad de
vida”, menciona el Dr. Andrés Beck.
La insuficiencia hepática ocurre cuando el hígado no puede llevar a cabo sus funciones
normales. La insuficiencia aguda (severa e inmediata), ocurre como resultado de una
infección o reacción a medicamentos. La insuficiencia crónica (persistente), ocurre debido
a una infección viral continua, alcoholismo, lesiones debido a incremento de la bilirrubina,
enfermedades autoinmunes o como resultado de cáncer primario de hígado.
Cuando el trasplante de hígado es la única opción de tratamiento para recuperar la función
hepática, los inmunosupresores (medicamentos anti-rechazo) juegan un papel fundamental
para la aceptación del nuevo órgano en el receptor. “Nuestro sistema inmunológico tiene la
función de atacar cualquier agente extraño que encuentre en el cuerpo, lo que incluye un
órgano trasplantado. Este acto de atacar al nuevo hígado es lo que llamamos rechazo. Es
por eso que los inmonusupresores dan esperanzas a los pacientes trasplantados, pues
tienen la función de suprimir la respuesta inmune del cuerpo para prevenir el rechazo al
órgano trasplantado”, explica el Dr. Andrés Beck, destacando la necesidad de vigilancia
médica estricta y puntual para evitar efectos secundarios a largo plazo o riesgo de contraer
infecciones y enfermedades.
Las terapias con inmunosupresores pueden ser de inducción, de uso intravenoso, para
prevenir el rechazo agudo y crónico durante las primeras semanas post-trasplante, o de
mantenmiento, de uso oral, que deben tomar a largo plazo para conseguir una buena
función del injerto con la máxima supervivencia del receptor.
“El trasplante de hígado es un procedimiento crucial que salva vidas y ofrece una segunda
oportunidad a aquellos que enfrentan enfermedades hepáticas avanzadas, por lo que
también hace falta fomentar la cultura de la donación. Una de las claves para el éxito del
trasplante de hígado es el uso adecuado de inmunosupresores. En conmemoración del
Día Mundial del Hígado, invito a la población a tomar conciencia sobre la importancia de
la salud hepática, adoptar hábitos de vida saludables y buscar atención médica temprana
en caso de cualquier preocupación relacionada con el hígado”, concluye el Dr. Andrés
Beck.