Ambliopía y estrabismo: principales alteraciones de la visión binocular

Especialistas exhortan a realizar un examen optométrico completo desde el nacimiento

Redacción
Bienestar
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Cortesía COM

Datos de la Secretaría de Salud señala que alrededor de 500 mil niños pierden la vista cada año, aproximadamente uno por minuto. Mientras que, de acuerdo con el Primer Informe Mundial sobre la Visión, publicado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2019, al menos dos mil 200 millones de personas reportan tener deficiencia visual o ceguera, y de estos, 95 millones son niños. Sin embargo, cerca del 40% de todas las causas de ceguera en la niñez son prevenibles o tratables.

Por ello, el Consejo Optometría México advierte sobre la importancia de evaluar la salud visual desde el nacimiento con el fin de detectar alteraciones de la visión binocular como la ambliopía y el estrabismo.

La visión binocular es la integración de los estímulos luminosos que llegan a cada ojo como percepción única, es decir, se capta toda la estimulación externa que llega a cada uno de nuestros ojos y el cerebro sincroniza ambas imágenes para crear un campo visual más completo. Así es como el ser humano tiene percepción de profundidad, es decir, podemos distinguir qué tan cerca o lejos de nosotros se encuentra algo.

La visión binocular se desarrolla desde el nacimiento, mediante diversas adecuaciones que hacen los músculos para dirigir a los ojos a una posición paralela.

Las principales alteraciones de la visión binocular son:

Ambliopía u “ojo flojo”. Padecimiento en el que un ojo ve más que el otro, porque no funciona en coordinación con el cerebro, provocando que el cerebro le dé más importancia al ojo con buena visión y con esto debilita más al ojo ambliope lo que puede derivar en estrabismo o que con el tiempo baje la visión del ojo débil. De acuerdo a cifras de la Secretaría de Salud, en México hay una prevalencia del 2 al 3% en niños de 3 a 7 años.

Estrabismo. Situación en la que los ojos no están alineados correctamente y apuntan en distintas direcciones. En un niño pequeño, el cerebro aprende a ignorar la imagen del ojo desalineado. En su lugar, sólo ve la imagen del ojo que no está desviado o que tiene mejor visión. Como resultado, la percepción de profundidad puede verse afectada. En México, de acuerdo con la SSA, la prevalencia de estrabismo es de 4% en niños de 1 a 2 años de edad.

Hipermetropía, miopía y astigmatismo o errores refractivos oculares no corregidos o mal corregidos que ocupan el tercer lugar en causas de visión baja a nivel mundial.

La visión es crucial para el desarrollo del niño desde el momento del nacimiento. Para los infantes reconocer y responder a sus padres y maestros propicia el desarrollo cognitivo y social así como el de habilidades motoras, coordinación y equilibrio.

“Al disminuir o haber alguna afección de la visión binocular, la calidad de vida puede verse muy afectada. En el caso de los niños, en el aprendizaje. Es por eso que el papel del optometrista en estos casos es muy importante para hacer una detección y una intervención tempranas”, señaló la Licenciada en Optometría, Donají López Cobilt.

Agregó que “muchas veces se confunden los problemas de aprendizaje con problemas visuales no tratados. De hecho muchos de los maestros son los que llegan a identificar estas señales antes que los padres. Otros síntomas son: mala coordinación motora, dolores de cabeza, que el niño entrecierre los ojos cuando está frente a una pantalla o a un objeto y el más notorio que alguno de los ojos se desvíe al momento de fijar la mirada”.

El proceso de rehabilitación, tratándose de la visión binocular y la corrección de problemas binoculares, es para mejorar o para evitar que llegue a ser un caso de visión baja. Cuando el paciente ya refiere una visión baja hay que enfocar la terapia a una terapia adaptativa, es decir, se enseña al paciente a utilizar su remanente visual para realizar algunas actividades que todavía podría hacer.

Reyna Citalán Zúñiga, corresponsable de la Licenciatura en Optometría de la Escuela Nacional de Estudios Superiores Campus León, Guanajuato, señala que las causas de los problemas en la visión binocular son multifactoriales y se dan a lo largo del desarrollo del niño, por lo que para la prevención de estos padecimientos, “es necesario realizar un examen optométrico completo desde el nacimiento que evalúe sobre todo la visión binocular: posición de los ejes naturales y agudeza visual”, explicó.

Son pruebas que pueden aportar datos muy relevantes sobre la existencia de algún riesgo de padecimiento visual y que se pueda tratar y corregir desde muy temprana edad, ya sea por medio de terapia visual o de algún método corrección óptica, como el uso de lentes, añadió.

Posterior a este examen de nacimiento, se recomienda una revisión optométrica a los seis meses de edad y una revisión anual periódica, ya que el estado visual tiene un proceso de maduración que se alcanza a los seis años de edad.

La SSa reconoce la importancia del examen visual desde el nacimiento. De hecho, el 25 de enero de 2013, en el Diario Oficial de la Federación, se publicó la reforma por la cual se agregó la fracción IV al artículo 61 de la Ley General de Salud en la que se indica como carácter prioritario la atención y “aplicación del tamiz oftalmológico neonatal a la cuarta semana de nacimiento para la detección temprana de malformaciones que puedan causar ceguera, y su tratamiento, en todos su grados”. Sin embargo, muchos padres ignoran este derecho que tienen sus hijos y no dan el seguimiento adecuado.

Debido a que en la actualidad todavía hay mucha desinformación en torno a los problemas visuales, como profesionales de la salud visual, debemos incluir dentro de nuestra práctica profesional, la información, pues somos educadores de la salud. Por eso hacemos una invitación a la población en general a que se informe en torno a la importancia de la salud visual, concluyó Donají López.