Aprendizaje perdido, obesidad, migración y violencia, desafíos que enfrenta la niñez en post pandemia

“En México tenemos que lograr recuperar los aprendizajes y es la tarea más importante que tiene el país”

Redacción
Bienestar
Niños con celular ONU.jpg
ONU

El cierre de casi 18 meses de las escuelas en México por la pandemia de Covid-19 causó que niñas, niños y adolescentes perdieran dos años de aprendizaje claves, estimó Fernando Carrera, representante del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en nuestro país.

En la presentación del Informe anual 2021 de la organización, Carrera recordó que la decisión gubernamental de mantener cerrados los centros educativos afectó mayormente a la infancia en situación de vulnerabilidad.

“La pandemia vino a sacudir el mundo de las niñas y los niños de una manera muy particular… La pérdida de aprendizajes es la mayor amenaza generacional que tenemos en este momento. En México tenemos que lograr recuperar los aprendizajes y es la tarea más importante que tiene el país”, dijo Carrera.

En el informe, Unicef México explicó que su trabajo se ha centrado en promover un regreso saludable a las clases presenciales para, con ello, garantizar el derecho a la educación de 25.4 millones de niñas, niños y adolescentes.

La deserción escolar se convirtió en uno de los problemas más desafiantes para la educación del país, por lo que significa perder la posibilidad de instrucción, preparación para la vida, integración y el ejercicio de un cúmulo de derechos para niñas, niños y adolescentes, indicó el organismo internacional.

“De acuerdo con la Encuesta para medir el impacto del Covid-19 en la educación del INEGI, 3.6 por ciento de los estudiantes del nivel medio superior no se graduaron en el ciclo escolar 2019-2020 y para el ciclo escolar 2020-2021 se observó la misma tendencia. Las dificultades económicas que enfrentaron en sus hogares, aunado a la sensación de no aprender lo suficiente con la educación a distancia, se convirtieron en las dos principales razones por las que los adolescentes no permanecieron en la escuela”, abunda el documento.

Durante la presentación, Carrera dijo que además de la educación, la pandemia había dejado otros desafíos, como la migración, la obesidad y la violencia ejercida en contra de la infancia.

Sobre la migración, criticó que ni siquiera haya cifras confiables sobre la cantidad de niñas, niños y adolescentes que atraviesan México para ir hacia Estados Unidos, lo que incide sobre la magnitud de apoyo y acompañamiento que requieren.

Un tercer desafío, dijo Carrera, tiene que ver con la nutrición, pues aunque durante la pandemia no hubo registros de desnutrición como un problema de salud, sí creció la obesidad entre la población infantil.

“No se incrementó la desnutrición, eso es un gran mérito, eso significa que las familias en el límite del hambre no sacrificaron la alimentación de los niños, pero la obesidad, sí, y esto habla de malos hábitos… y (de) la pérdida de espacios seguros de alimentación”, aseveró.

Más allá de la pandemia, la violencia en México -tanto la intrafamiliar como la de las calles-, sigue siendo una de las amenazas más grandes en contra de niñas, niños y adolescentes.